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» Diario Cordoba
Fecha: 10/08/2025 05:23
El doctor Juan de la Haba, oncólogo médico de los hospitales Reina Sofía y San Juan de Dios de Córdoba, e investigador principal del proyecto HERA, analiza los primeros resultados de este innovador proyecto, destinado al estudio de marcadores moleculares en la leche materna, que permitan el diagnóstico precoz y el desarrollo de tratamientos personalizados para el cáncer de mama posparto. Hasta el momento, esta investigación cuenta con muestras de leche materna donadas por más de 3.000 madres andaluzas. -Cuatro madres andaluzas que han participado como donantes de leche materna en el Proyecto HERA han sido diagnosticadas de cáncer de mama posparto. Se trata de los primeros casos detectados tras acabar la primera fase de la investigación, impulsada por el Grupo de Nuevas Terapias en Cáncer del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic), cuyo objetivo es el desarrollo de un test no invasivo que permita identificar el riesgo de padecer este tipo de cáncer a partir de 3 o 4 gotas de leche. ¿La proporción de casos de cáncer de mama posparto detectada corresponde a lo que podía imaginarse antes de comenzar con la investigación? -En esta fase del estudio, nuestro objetivo no es todavía el diagnóstico precoz de la enfermedad, sino recoger la leche de aquellas mujeres que en un futuro pueden desarrollar un cáncer de mama, para analizar su composición y ver si de alguna manera en futuros test que podamos realizar podamos identificar a aquellas mujeres de riesgo, y en ese caso, si realizar las pruebas que sean necesarias para favorecer un diagnóstico precoz. -¿El biobanco de muestras de leche materna del que dispone el grupo que dirige es ahora mismo el mayor del mundo? -Resulta difícil concluir esto con un 100% de seguridad. Según los registros que he consultado sí lo sería. Se trata del biobanco de leche materna más grande, tanto en cantidad de donantes como en las características de extracción y conservación de muestras. No hay registros publicados de otro proyecto con este número de muestras y específicamente dedicadas al estudio del cáncer de mama posparto. Existen Instituciones con presupuestos millonarios, como el Human Milk Science Institute norteamericano, que han desarrollado biobancos de leche para diversos tipos de investigación, pero no enfocados a cáncer posparto con una base poblacional tan amplia. -Aunque sí existen investigaciones sobre leche humana y cáncer, por ejemplo, estudios en los que se detecta ADN tumoral en leche o investigaciones más amplias sobre nutrición infantil y factores de riesgo oncogénico, ningún proyecto enfoca su objetivo en la determinación de riesgo molecular del cáncer de mama posparto como el de HERA. - ¿Qué pasos asistenciales se están dando con esas cuatro mujeres a las que se les ha diagnosticado cáncer? ¿Son todas de Córdoba o de otras provincias también? -Se ha diagnosticado cáncer de mama a cuatro mujeres, tres de Córdoba y una de Sevilla, y en la actualidad están en su proceso de tratamiento habitual para esta patología, como si no hubieran formado parte de este proyecto. «Es el biobanco de leche materna más grande, en cantidad de donantes y en muestras» -La evidencia científica siempre ha destacado que la lactancia materna ayuda a la recuperación de la mujer después del parto y también ayuda a prevenir el cáncer de mama, aunque esto no quita que sigan surgiendo casos de un determinado tipo de cáncer de mama posparto, que es el que ha motivado esta investigación. Porque la lactancia materna nunca debe entenderse como algo negativo para las mujeres, ¿verdad? -Totalmente de acuerdo. La lactancia materna es, desde el punto de vista científico y sanitario, altamente beneficiosa, tanto para la madre como para el bebé. Diversos estudios han demostrado que favorece la recuperación posparto, fortalece el vínculo madre-hijo, protege al bebé frente a infecciones y reduce en la madre el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluido el de mama. Por tanto, en ningún caso debe interpretarse que esta investigación asocie la lactancia materna con un mayor riesgo de cáncer. Muy al contrario: el Proyecto HERA utiliza la leche materna como una ventana biológica, como una fuente valiosa de información para detectar de forma precoz un tipo concreto de cáncer de mama que, aunque poco frecuente, puede surgir en los meses posteriores al parto. Lo innovador de esta línea de investigación es precisamente su enfoque: emplear la leche materna como biomarcador no invasivo para avanzar en la predicción y el diagnóstico precoz del cáncer de mama posparto, y con ello, mejorar el pronóstico y la calidad de vida de las mujeres afectadas. El oncólogo Juan de la Haba. / Víctor Castro -¿Cómo surgió la idea de que la leche materna podía ser un biomarcador? -La idea de utilizar la leche materna como biomarcador del cáncer de mama posparto es el fruto de una línea de trabajo que se remonta a 2013, cuando comenzamos a preguntarnos, desde la Oncología Clínica, si existía una relación profunda y aún no del todo comprendida entre el cáncer de mama y la maternidad. No se trataba de un interés anecdótico, sino que en la práctica clínica habíamos visto mujeres jóvenes que desarrollaban cáncer durante la gestación poco después de dar a luz, en plena etapa de lactancia o al poco tiempo de haberla finalizado. Esa inquietud nos llevó a iniciar una investigación estructurada que, con el tiempo, se consolidó gracias a la colaboración con el Grupo Geicam y el desarrollo del Proyecto EMbarCAm, el primero en España que abordó de forma sistemática el cáncer de mama asociado al embarazo y al posparto. Los resultados que obtuvimos mostraban claramente que el cáncer de mama posparto era biológicamente distinto y, en muchos casos, más agresivo, lo que subrayaba la urgencia de buscar herramientas de diagnóstico precoz para estas pacientes. De ahí surgió una nueva pregunta simple, pero poderosa: ¿Y si la leche materna pudiera ser una ventana hacia lo que está ocurriendo en el tejido mamario? La hipótesis era ambiciosa, pero científicamente plausible. La leche materna no es un fluido neutro: contiene células epiteliales, fragmentos de ADN, ARN, exosomas, metabolitos… todo ello procedente directamente de las glándulas mamarias. En otras palabras, la leche podría funcionar como una biopsia líquida natural, no invasiva, accesible en un momento muy concreto de la vida de la mujer. Así nació el Proyecto HERA, con un enfoque innovador: crear el mayor biobanco de leche materna del mundo para analizarla mediante herramientas de biología molecular e inteligencia artificial, con el objetivo de identificar factores predictivos de cáncer de mama posparto. No buscamos estudiar la leche como causa del cáncer —de hecho, la evidencia científica demuestra que la lactancia protege frente al cáncer de mama—, sino como un biomarcador que nos ayude a anticiparnos, a detectar a tiempo, a proteger mejor. -¿Qué pasos se plantean seguir dando hasta que pueda evidenciarse totalmente que la leche materna puede ser este biomarcador e instaurar esta prueba en la cartera de servicios del sistema sanitario? -La primera fase, que es la actual, es la de validación científica inicial e implica análisis molecular de las muestras recogidas. En concreto, completar el análisis ómico (genómica, transcriptómica, proteómica y metabolómica) en las primeras muestras. A continuación, la identificación de biomarcadores candidatos (determinar patrones moleculares que diferencien claramente a las mujeres que desarrollarán cáncer posparto de las que no). Además, el desarrollo de modelos predictivos con IA (entrenar algoritmos con aprendizaje automático que integren variables moleculares y clínicas). El objetivo de esta primera fase es definir una firma molecular en la leche materna que sea reproducible y con valor predictivo. Por otro lado, la segunda fase es la que llamamos de validación clínica externa, cuyo objetivo es demostrar que el test predice de forma robusta quién desarrollará un cáncer y quién no, en condiciones reales. Esta fase lleva implícito el desarrollo de un test clínico fiable y reproducible, o sea, transformar el hallazgo científico en un test práctico, con procedimientos estandarizados (kits de extracción, método de análisis y tiempos de entrega). Y la certificación a su vez del test como herramienta diagnóstica ante agencias como la española del medicamento (Aemps) o su equivalente europea (EMA). Como paso final, vendría el proponerlo de manera formal su inclusión en la cartera de servicios. «La idea de utilizar este biomarcador es el fruto de una línea de trabajo que se remonta a 2013» -Entiendo que para completar todas estas fases se necesita, además de mucho esfuerzo investigador, financiación. -Así es. Con una hoja de ruta bien financiada y con apoyo institucional, este proceso podría culminar en unos 5 a 7 años, aunque algunos pasos (como la validación en otros centros) pueden realizarse en paralelo. En cuanto a la financiación, el Proyecto HERA ha sido posible gracias al apoyo generoso y comprometido de numerosas instituciones y personas. Queremos destacar, especialmente, la colaboración del Instituto de Salud Carlos III, del Ayuntamiento de Córdoba y la Diputación de Córdoba, así como de entidades privadas como La Caixa y Cajasur, que han apostado por una investigación pionera con impacto social y sanitario. También ha sido esencial el respaldo de asociaciones de pacientes, como la dedicada al cáncer de mama metastásico; la asociación Santa Águeda, cuya implicación activa nos ha conectado de forma directa con las vivencias y necesidades de las mujeres; la asociación Corazones Rosas, de Linares y el movimiento ciudadano de nuestra ciudad Strong&BraveWomen, que ha sabido trasladar con fuerza y sensibilidad la voz de tantas mujeres que luchan cada día. Asimismo, queremos agradecer la participación de numerosas personas a título individual, cuya confianza en el proyecto ha sido un motor fundamental. Este camino se ha construido con muchas manos. Algunas entidades importantes de ámbito local y nacional no han podido sumarse en esta fase, pero seguimos abiertos al trabajo conjunto para continuar avanzando en el futuro. -¿Cuándo está previsto que el proyecto HERA dé el salto nacional? -Esta es la fase de validación que nos gustaría empezar en paralelo. Es un fase muy ambiciosa, ya que se trata de llegar a 15.000 lactantes de todas España. Precisa de una organización compleja y de medios que estamos ultimando. Esperamos que el último trimestre de este año podamos concretar la fecha de inicio. -Los resultados iniciales de esta investigación se han presentado recientemente en Estados Unidos. ¿Qué impresiones recibieron durante su participación? -En el Congreso Americano de Oncología Médica de este año aportamos evidencias sobre la heterogeneidad biológica de los tumores asociados al embarazo y lactancia y presentamos una estrategia de diagnóstico precoz basada en biomarcadores en leche materna, acercando la oncología de precisión al cuidado postparto. Estos resultados han supuesto el contacto con grupos de otros países que están interesados en colaboraciones. -¿Se aprecia un mayor diagnóstico cada año de casos de cáncer de mama, gracias a las nuevas tecnologías que están permitiendo detectar la enfermedad en fases muy iniciales? -Esta pregunta es muy interesante. Tenemos evidencias de lo que está ocurriendo en otros países de nuestro entorno, pero no tenemos evidencias propias de nuestra comunidad, así como tampoco existe ningún dato en Andalucía sobre las relaciones de la maternidad tardía con la aparición de cáncer de mama. Para dar respuesta a esto, tenemos aprobado el acceso a la base de datos del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Este análisis de datos se va a realizar de manera conjunta con la plataforma de análisis computacional de la Fundación Progreso y Salud de la junta de Andalucía, que coordina Joaquín Dopazo. Este análisis esperamos comenzarlo en septiembre, y de esta manera, tendremos datos propios de Andalucía. Suscríbete para seguir leyendo
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