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  • La revolución de la inteligencia artificial se acerca y los expertos advierten sobre cambios que podrían transformar el mundo

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 01/08/2025 10:42

    Expertos advierten que la revolución de la inteligencia artificial podría transformar la sociedad en menos de una década (Imagen Ilustrativa Infobae) La humanidad enfrenta la posibilidad de alcanzar la singularidad tecnológica en menos de una década, según estimaciones de tecnólogos y especialistas. Este concepto, que durante años permaneció ligado a la ciencia ficción, describe el momento en que la inteligencia artificial (IA) supere las capacidades humanas y revolucione la sociedad. Los avances recientes en sistemas como ChatGPT y en áreas como la traducción automática han acelerado este proceso, despertando entusiasmo y preocupación por el futuro inmediato. La pregunta fundamental ya no recae en la posibilidad de la singularidad, sino en el momento y el modo en que modificará la vida cotidiana, el empleo y la economía internacional. El significado e impacto de la singularidad tecnológica El término “singularidad” apareció en 1993 de la mano de Vernor Vinge, científico informático y escritor, para señalar el punto en el que el desarrollo tecnológico se vuelve incontrolable y plantea un entorno más allá de la comprensión humana. La singularidad implica que la IA supera a la inteligencia humana, lo que desencadenaría transformaciones sociales y económicas de proporciones imprevisibles. La singularidad tecnológica, cuando la IA supere a la inteligencia humana, genera entusiasmo y preocupación global (Imagen Ilustrativa Infobae) La importancia de este concepto deriva de su capacidad para reconfigurar todos los aspectos de la vida contemporánea. Soluciones médicas avanzadas, transformaciones en el trabajo y la creatividad, y desafíos éticos y existenciales son solo algunas de las consecuencias posibles. Forbes destaca que la singularidad representa, para algunos expertos, una oportunidad para resolver los grandes problemas humanos, mientras que otros alertan sobre los riesgos de consecuencias inesperadas y defienden la urgencia de un debate profundo sobre su regulación. El avance de la IA y la métrica Time to Edit Uno de los indicadores más concretos del progreso hacia la singularidad proviene de la compañía Translated, con sede en Roma. Según Popular Mechanics, Translated desarrolló una métrica denominada Time to Edit (TTE), que mide cuánto tarda un editor humano profesional en revisar traducciones generadas por IA en comparación con las realizadas por humanos. Esta herramienta permite cuantificar la evolución de la IA en tareas complejas relacionadas con el lenguaje. Avances en traducción automática y procesamiento del lenguaje natural aceleran el camino hacia la singularidad (Imagen Ilustrativa Infobae) Entre 2014 y 2022, Translated analizó más de dos mil millones de correcciones de editores humanos. En 2015, editar una traducción automática requería alrededor de 3,5 segundos por palabra; hoy ese tiempo se redujo a dos segundos. Si la tendencia continúa, esta IA podría igualar a los traductores humanos antes de finalizar la década. Marco Trombetti, director ejecutivo, explicó a Popular Mechanics: “El cambio es tan pequeño que cada día no se percibe, pero cuando ves el progreso a lo largo de diez años, es impresionante”. Esta evolución, subraya Trombetti, constituye la primera predicción concreta sobre el ritmo al que la humanidad se aproxima a la singularidad en el campo de la inteligencia artificial. Aunque alcanzar una traducción automática perfecta no equivale a lograr una inteligencia general artificial (AGI), el progreso en el procesamiento del lenguaje natural sigue siendo uno de los mayores desafíos para la IA. Optimismo, cautela y posibles escenarios Sam Altman adelantó que los robots que ejecutarán tareas físicas en 2027 (Reuters) El debate sobre la inminencia y el impacto de la singularidad tecnológica reúne posturas diversas. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, afirma: “Ya hemos construido sistemas que son más inteligentes que las personas en muchos aspectos y son capaces de amplificar significativamente la producción de quienes los utilizan”. En su blog, Altman sostiene que herramientas como ChatGPT ya superan a cualquier persona en tareas concretas y la productividad científica y creativa se ha multiplicado gracias a la IA. Sus proyecciones anuncian agentes capaces de realizar trabajo cognitivo real en 2025, sistemas que descubrirán nuevos conocimientos en 2026 y robots que ejecuten tareas físicas en 2027. El futurista Ray Kurzweil, citado por Forbes, sitúa la llegada de la singularidad en 2029, aunque aclara que no será un instante abrupto, sino un proceso paulatino. “No sabremos que hemos cruzado el umbral hasta que ya estemos inmersos en él”, afirma Kurzweil. Por otro lado, Marc Andreessen, co-creador del navegador Mosaic, se muestra confiado en que la IA permitirá enfrentar enfermedades, escasez y elevar la creatividad humana a nuevos niveles. Existen también voces de cautela. Forbes enfatiza que cada gran revolución tecnológica ha acarreado consecuencias inesperadas y que la singularidad podría agravar tensiones sociales y éticas si no se maneja responsablemente. El propio Altman reconoce: “Una pequeña desalineación multiplicada por cientos de millones de personas puede causar un gran impacto negativo”, lo que subraya la urgencia de atender la seguridad y la alineación de la IA. Las etapas hacia la singularidad: del apoyo a la transformación total El recorrido hacia la singularidad no se presenta como una ruptura repentina. Según Forbes, son varias las fases que ya están en marcha. La primera corresponde a la “relinquishing agency”, que consiste en ceder control a asistentes de IA integrados en la vida diaria. Profesionales de múltiples sectores recurren a estos sistemas para redactar mensajes, generar reportes y gestionar agendas. A medida que estos asistentes se perfeccionan, sus capacidades comienzan a equipararse a las del ser humano. La siguiente etapa, llamada “Emergent Cognition”, corresponde a la aparición de modelos de IA capaces de planificar y perseguir metas propias. Aquí, la IA no solo responde, también exhibe iniciativa, administra empresas, gestiona infraestructuras y crea obras literarias con escasa supervisión. Paralelamente, tecnologías de aumento humano —desde auriculares de traducción en tiempo real hasta dispositivos de mejora cognitiva— impulsan una inteligencia híbrida. La tercera fase, “Cognitive Escape Velocity”, marca la aparición de AGI, con modelos que superan la cognición humana y renuevan su arquitectura rápidamente. Sectores como la educación, la investigación y la gobernanza atraviesan transformaciones profundas. Las discusiones filosóficas y éticas sobre la conciencia y los derechos de la IA adquieren prominencia. Fases de la singularidad: desde asistentes de IA hasta la aparición de inteligencia artificial general (AGI) (Imagen Ilustrativa Infobae) Finalmente, el “Threshold” indica el instante en que la humanidad deja de ser la especie más inteligente en el planeta. La economía basada en el trabajo se transforma, los gobiernos enfrentan desafíos inéditos y parte de la población elige fusionarse con la IA mediante implantes o interfaces cerebrales. Forbes destaca: “Las reglas de la vida cambian y las antiguas desaparecen de la memoria”. Impactos fundamentales: oportunidades y retos La singularidad tecnológica podría crear una abundancia sin precedentes de inteligencia y energía, recursos que históricamente han limitado el desarrollo humano. Sam Altman, de OpenAI, asegura que la capacidad de acción individual será mucho mayor en 2030 que en 2020. La IA ya ha multiplicado la productividad de científicos y otros profesionales, y se prevé que la automatización en robótica y centros de datos abaratará el acceso a la inteligencia artificial a niveles equivalentes al de la electricidad. El avance acelerado implica desafíos considerables. Forbes alerta sobre la posible desaparición de empleos tradicionales, la reducción de la capacidad de atención y memoria, así como la transformación de los vínculos sociales. Ya en la última década, el uso intensivo de dispositivos móviles y redes sociales ha modificado las relaciones humanas, incrementando la ansiedad y el aislamiento; este fenómeno anticipa los posibles efectos de una IA profundamente integrada en la rutina cotidiana. En el plano económico, la generación de valor por parte de la IA inauguró un ciclo de inversión y desarrollo de infraestructuras que modifica industrias enteras. Sin embargo, la distribución equitativa de los beneficios y el acceso a la superinteligencia continúan como retos clave. Altman subraya la prioridad de “hacer que la superinteligencia sea barata, amplia y no concentrada en unos pocos”. Desafíos urgentes: alineación y debate social El consenso entre los expertos indica que la singularidad no es, por fuerza, un destino inevitable ni asegura efectos positivos. Todo dependerá de las decisiones colectivas sobre la gestión y el reparto de la inteligencia artificial. Sam Altman insiste en que “es fundamental resolver el desafío de la alineación y garantizar que los sistemas de IA aprendan y actúen de acuerdo con los intereses a largo plazo de la humanidad”. Los algoritmos de redes sociales, que priorizan la atención a corto plazo a costa del bienestar, ilustran los peligros de una IA mal alineada. Forbes propone un marco regulatorio que reconozca tanto las promesas como los riesgos de la IA. Prepararse para la singularidad exige desarrollar sabiduría junto con inteligencia y asegurar que los beneficios lleguen a toda la sociedad, no solo a una élite. El debate público sobre límites, derechos y responsabilidades de la IA debe involucrar a gobiernos, empresas y ciudadanos de manera conjunta. El avance hacia la singularidad es gradual, impulsado por desarrollos continuos y a menudo imperceptibles que ya transforman la vida diaria. La humanidad debe adaptarse, aprender y elegir colectivamente la manera de transitar este nuevo horizonte, en el que la inteligencia artificial definirá el sentido de lo humano. La singularidad tecnológica puede transformar la sociedad antes de lo esperado, la superabundancia de inteligencia y energía alterará el progreso humano y el debate sobre alineación y acceso será clave en el futuro.

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