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Parana » APF
Fecha: 31/07/2025 19:30
La designación del Defensor o Defensora Nacional de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes es un tema importante que se está debatiendo en el Congreso de la Nación. Para desentrañar la complejidad de este proceso y la importancia del cargo, Pablo Barbirotto, Juez Penal de Niños, Adolescentes de Entre Ríos y miembro del comité asesor técnico creado por la Comisión Bicameral del Congreso, dio detalles de lo que está en juego en el Congreso. jueves 31 de julio de 2025 | 19:04hs. Pablo Barbirotto, juez Penal de Niños, Adolescentes de Entre Ríos y miembro del Comité Asesor Técnico creado por la Comisión Bicameral del Congreso, se refirió en el programa Simplemente Inocentes que se emite por Vorterix Litoral, a una elección cuyo debate previo expuso las tensiones que se perciben diariamente en otros temas de relevancia pública. Barbirotto, como miembro ad honorem del Comité contribuye en la elaboración de las preguntas para el examen de oposición. En este sentido, enfatizó la trascendencia de esta figura para la sociedad, especialmente en un contexto donde, según sostuvo, «casi el 60% de los niños y niñas son pobres» en Argentina. Un cargo crucial Barbirotto destacó que la figura del Defensor Nacional de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes encuentra sus raíces en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, un tratado internacional de crucial importancia, ratificado por Argentina en 1990 e incorporado a la Constitución Nacional en 1994, lo que le otorga jerarquía superior a cualquier otra ley, según consignó el portal Economía y Política. Sin embargo, señaló que a pesar de esta adhesión temprana, la legislación interna argentina en materia de niñez y adolescencia era en gran medida «contraria a la convención». Esto llevó a la sanción, en el año 2005, de la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Esta ley no solo regula las situaciones de protección desde antes del nacimiento hasta los 18 años (excepto en lo penal), abarcando temas como identidad, educación, familia y discapacidad, sino que también creó la figura del Defensor de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Sorprendentemente, a pesar de su creación en 2005, el cargo permaneció vacante hasta el año 2020, debido a discusiones sobre su implementación. Fue en 2020 cuando la Comisión Bicameral, compuesta por senadores y diputados, se reunió por primera vez para designar a Marisa Graham como la primera Defensora Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes. No obstante, su mandato no fue renovado por la Comisión Bicameral, a pesar de que la ley lo permitía por cinco años más, basándose en la consideración de que su actuación no correspondía con el abordaje de ciertos temas en la niñez y adolescencia. Funciones e Independencia Barbirotto destacó que la función del Defensor es «importantísima» y que su accionar es de oficio, es decir, sin que nadie se lo pida. Además, no actúa solo en casos individuales, sino también en el colectivo, defendiendo los derechos de comunidades enteras, como pueblos originarios. Entre sus responsabilidades clave se encuentran: -Proponer políticas públicas (aunque no son vinculantes). -Presentar un informe anual al Congreso. -Incidir y «pelear» por el presupuesto de la niñez y la adolescencia, un aspecto «sumamente importante» en el contexto actual. -Para cumplir estas funciones de manera efectiva, Barbirotto subraya que la persona elegida debe «pelear y tener independencia política para ir contra quien tiene que hacer para que se respete un presupuesto». El proceso de selección La novedad en el actual proceso de selección es la creación de un consejo técnico asesor, integrado por diez consejeros especialistas, incluyendo a Barbirotto. Este consejo tiene la misión de asesorar sobre el perfil adecuado del Defensor, las preguntas del examen y la evaluación de antecedentes, buscando «jerarquizar el cargo, darle solidez, transparencia y fortaleza institucional». El proceso de selección es riguroso: se presentaron 240 postulantes de todo el país, incluyendo jueces, fiscales, abogados, activistas sociales y personas con experiencia en el campo, sin que el examen esté diseñado exclusivamente para abogados. Las preguntas (40 por bloque temático más dos casos prácticos) son elaboradas por duplas de consejeros y se mantienen en sobres sellados ante escribana del Congreso, garantizando que ningún postulante o político conozca su contenido antes del examen. Tras una etapa de evaluación de antecedentes, con énfasis en la territorialidad, se procede a una audiencia pública donde los candidatos exponen su plan de acción. Estas audiencias son transmitidas públicamente, al igual que las reuniones del consejo. El perfil ideal A pesar de la importancia del conocimiento técnico de las normativas, Barbirotto insiste en que el cargo «necesita una personalidad con una sensibilidad muy especial y un compromiso muy especial». El perfil ideal, según su visión, debe tener un «conocimiento amplio en las los dentro de los niños, niñas y adolescentes los más vulnerables». Esto incluye una «doble o triple vulnerabilidad» en el caso de las niñas, así como a los pueblos originarios y personas con discapacidad. Un aspecto crucial es la mirada federal: «basta de la mirada porteñocéntrica», que el organismo «no maneje únicamente estadística» sino que se «haga algo con esa estadística». La independencia política es fundamental; el Dr. Barbirotto incluso sugiere que «debería ser una persona contraria al gobierno oficialista» para garantizar la autonomía. También considera esencial que el candidato tenga una postura clara y con datos precisos sobre temas como la baja de la edad de punibilidad, una propuesta que él critica fuertemente. «Intentar solucionar un problema social de pobreza estructural con el Código Penal no solamente es inútil sino que es una locura, no tiene sentido», sentenció, abogando por invertir en servicios de protección de derechos en lugar de cárceles. Desafíos políticos y la «Batalla Cultural» El proceso de designación no está exento de desafíos políticos. Barbirotto anticipa que, si bien la Comisión Bicameral concluirá su labor en septiembre, la designación final puede demorarse significativamente debido a las negociaciones políticas en el Congreso. «Esto termina siendo una negociación política», afirmó. Incluso, no descartó que la dilación pueda ser intencional por «una cuestión más presupuestaria», en un contexto político general «difícil» donde se observa el veto de leyes de discapacidad y el contexto de los jubilados. Además, Barbirotto notó una «batalla cultural» en las discusiones con las instituciones de la sociedad civil, donde algunas buscaron «borrar todo lo que se hizo» anteriormente en materia de derechos, proponiendo un perfil «totalmente distinto» al de la ex Defensora Marisa Graham, cuya continuidad no fue renovada. La figura del Defensor Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes es, por tanto, un pilar fundamental para garantizar los derechos de la infancia en Argentina. La transparencia del proceso de selección y la idoneidad del perfil elegido son claves para asegurar que este organismo cumpla con su misión de proteger a los más vulnerables en el país. (APFDigital)
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