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» Elterritorio
Fecha: 30/07/2025 13:39
En su taller construye guitarras, violines, bombos y también un instrumento de su tierra de origen, la sachaguitarra. En esta charla resaltó el valor de la música folclórica y además detalló que busca transmitir el oficio ancestral a los jóvenes miércoles 30 de julio de 2025 | 11:10hs. El luthier y músico santiagueño Víctor Luna hace siete años está radicado en Eldorado, donde instaló su taller y se dedica a construir instrumentos con técnica ancestral. El conocido artesano da vida con noble madera a la guitarra, charango, violín, bombos de todos los tamaños y sachaguitarra, un instrumentos de origen santiagueño, “todavía poco difundido”, que nació con savia del monte para transmitir la musicalidad de la tierra. Acerca de su especial conexión con el creador de la sachaguitarra (sacha viene del quechua ‘monte’), el maestro don Elpidio Rafael Herrera (1947-2019), de su camino por escenarios y rincones del país y de su presente creando con madera misionera, charló Luna con El Territorio. “Soy santiagueño, artesano luthier, anduve por muchos lados de nuestro país y hace unos siete años estoy viviendo en Eldorado, en esta hermosa provincia de Misiones”, dijo Luna. El luthier salvaguarda con su práctica y enseñanza los saberes del oficio. Sobre su oficio enfatizó: “Soy artesano, que es algo muy distinto a ser un fabricante de instrumentos, porque yo construyo con mis manos y casi todo el proceso lo realizo sin utilizar máquinas, solamente mis manos y herramientas, y esa es la diferencia con un fabricante”. Su taller es una pequeña pieza que da a la vereda de su casa en una zona residencial del kilómetro 8 sobre una callecita de tierra. La fachada pintada de azul y amarillo no tiene cartel, pero es inconfundible. Adentro no hay mucho espacio, más bien el espacio está repleto de arte. Instrumentos, algunos terminados y otros en pleno proceso, y también muchas herramientas se hallan por todos lados así como fotos y recuerdos de su carrera como músico. Así, relató que hace 35 años construye instrumentos y que en esta etapa en la tierra colorada se encuentra experimentando con la utilización de maderas nativas para elaborar sus piezas, “hay muy buena madera en Misiones, y mucha variedad, en Santiago del Estero no tenemos tanta variedad de material, tenemos algarrobo y quebracho blanco, pero acá estoy conociendo y utilizando madera de la zona y con muy buenos resultados”, refirió. Sus clientes son sobre todo músicos de folclore que les encargan sus guitarras y escuelas de danzas a las que les construye bombos legüeros. “Me gusta mostrar mi trabajo y hablar con la gente y también transmitir el amor por la música folclórica, el amor por lo que es nuestro”, expresó. Entonces trazó con palabras un mapa de principio a fin de una de sus guitarras. “Esta guitarra la construí hace dos meses, es una guitarra mediana. Tiene el puente y el diapasón de incienso; la tapa del frente es cedro al igual que la caja, el aro, mástil y la tapa del fondo; el entrastado -las varillas que dividen las notas- son alpaca con incrustaciones de hueso”. “El 80 o 90 por ciento de la guitarra es de cedro, que es un material liviano y de buena resonancia, muy amable con el músico que ejecuta y también hago la marquetería o fileteado con la madera conservando su color natural y con un laqueado que resalta su brillo”, completó. Un legado para transmitir Luna detalló que en su carrera como músico y artesano de instrumentos compartió con muchos músicos del país y aprendió andando caminos y escenarios. “Mi historia en la música es larga”, comenzó a narrar en cuanto a su trayectoria y así fue que rememoró su paso por agrupaciones con las que viajó y se presentó en festivales, su incursión solista con temas de su autoría que se plasmaron en un material titulado Al canto nuestro, también su encuentro musical con Peteco Carabajal, con Lucho González, guitarrista de Mercedes Sosa, Coco Gómez, entre otros. Entre esos sucesos conoció al músico y luthier Elpidio Herrera, “él me pidió que construya una sachaguitarra, él creó este instrumento que suena a guitarra y a violín, hace más de 40 años, y cuando me encarga la construcción del instrumento me enseña cómo hacerlo, las dimensiones, medidas, todo”, sostuvo. Con estas directrices confeccionó la sachaguitarra, “es una historia linda y triste a la vez, porque al poco tiempo de pedirme este trabajo Herrera falleció, me pasó la manera de hacer el instrumento, como que quería conocer a alguien para dejar su legado”. Con el tiempo, el luthier le hizo innovaciones al bosquejo original y continúa construyendo el instrumento ya que consideró: “Debo ser de los únicos que hace las sachaguitarras, es un instrumento que no muchos conocen, no ha sido muy difundido todavía, pero yo tuve la suerte de conocer a Herrera, de tocar con él y de que me compartiera este legado que dejó para toda la cultura”, indicó. Asimismo, remarcó que el hijo de Herrera, también músico, difunde el legado de su padre tanto su obra musical como el instrumento. Compartir saberes De la especificidad de su oficio de artesano de instrumentos puso el acento en la preservación de las técnicas tradicionales y en la experimentación con el material para hallar la sonoridad adecuada. “Yo sigo utilizando el hueso para algunas partes de los instrumentos, que comercialmente hoy son de plástico, pero el hueso tiene una mejor resonancia y más durabilidad”. En este sentido, reflexionó sobre la importancia de que estos saberes del oficio en conexión con la cultura y la naturaleza no se pierdan y puedan pasar a las nuevas generaciones. “Yo estoy enseñando a algunos jóvenes el oficio, porque no es tan sencillo, y no somos tantos los luthiers, me gustaría poder formar a nuevos luthiers que en el futuro continúen construyendo los instrumentos que dan vida a nuestra música”.
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