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Parana » Informe Digital
Fecha: 31/07/2025 00:45
El documento transcrito abarca 72 páginas y muestra claramente la tensión entre las partes implicadas, así como cierto desagrado de la jueza Loretta Preska hacia este caso, que lleva una década siendo tratado en su tribunal. La audiencia de ayer tuvo lugar en el juzgado donde se desarrolla el juicio por la expropiación de YPF, un proceso que ya ha resultado en una condena inicial para el país de más de USD 16,000 millones. Durante el encuentro entre la jueza y los abogados de los estudios que representan a Burford Capital y otros demandantes—Levine Lee, King y Spalding, y Kellogg, Hansen, Todd, Figel y Frederick—junto al equipo argentino de Sullivan & Cromwell, se acordó solicitar correos electrónicos, mensajes de WhatsApp y otros intercambios de los dos últimos ministros de Economía de Argentina, Sergio Massa y Luis Caputo. Su objetivo es demostrar que el Estado y la empresa son equivalentes (la figura del alter ego), lo que les permitiría embargar no solo los activos de la petrolera, sino también los de otras empresas e incluso del Banco Central. En este contexto, surgió un tema que ha estado presente a lo largo de los diez años de juicio: los demandantes buscan información sobre el oro que el Banco Central envió al exterior el año pasado, con miras a embargarlo. Para ello, exigieron acceso a la documentación del ministro Caputo, quien, según aseguran, ha hablado públicamente sobre el asunto y debe saber dónde están depositados esos activos del Estado. Los defensores argumentaron que el BCRA no está involucrado en el caso, pero la jueza respondió que no aceptaría esa justificación y que Caputo debería actuar como fuente de información. Cuando los defensores mencionaron que habían buscado documentación sin éxito, la jueza fue contundente: “Porque no buscaron en el banco”. Preska sostuvo que el Gobierno debe proporcionar información sobre el oro y que Caputo podría tenerla. Cuando la defensa alegó que se trataban de dos temas distintos, el BCRA y el Gobierno, la jueza insistió en que el ministro igualmente debe informar, y se mostró dispuesta a considerar un llamado a declaración si no lo hacía. Seth Levine, abogado de Levine Lee, uno de los estudios que representan a Burford—un financista de litigios que cotiza en Londres y Wall Street, y compró los derechos a litigar en este caso hace varios años—lo expresó claramente: “Todavía no hemos podido obtener ni un solo documento ni una pieza de información sobre cómo salió el oro de Argentina. Esto es una búsqueda del tesoro. Tienen el mapa del tesoro y ni siquiera nos dejan hallar el oro. Es ridículo. Quiero saber quién tiene información sobre el oro. Ya mencioné a Luis Caputo, porque habló del oro en los medios”. “Déjenme tener a quien más sepa, y llegaremos al fondo de esto. Literalmente, sobre dónde está el oro”, añadió. Citando al ministro, él expresó: “Creo que tomamos una gran decisión sobre el oro”. Según su razonamiento, no puede hacer esa afirmación sin saber dónde se encuentra. Este es un fragmento del diálogo entre Levine y Giuffra (representante del estudio que defiende a Argentina), en el que se debate, entre otras cosas, la independencia del Banco Central. – Levine: Revisemos sus WhatsApps [los de Caputo], porque ahí está toda la información que el Gobierno no tiene en su sistema oficial; ni siquiera es un sistema de correo electrónico. Ya es hora de que termine esta tontería en la que tenemos que adivinar dónde está la información. Tengo a alguien que sabe. Si él quiere decirme que no sabe, genial. Si el señor Giuffra desea refutar el conocimiento del ministro, hagámoslo aquí y que él lo refute. – Giuffra: Bien. Por lo que estoy escuchando ahora, quizás debamos escalar este problema. Él quiere tomar la declaración del ministro de Finanzas de Argentina sobre el oro, pero, como creo que él sabe, el BCRA controla el oro. Las declaraciones de Caputo vinieron después de las del BCRA sobre la ubicación del oro. Por lo tanto, él solo estaba informando sobre lo que ya era de dominio público. No está moviendo el oro, ya que es controlado por el BCRA, una entidad separada. Estamos dispuestos a discutir más a fondo sobre el oro, pero creo que al avanzar en la toma de declaraciones a altos funcionarios de Argentina, estamos tocando cuestiones de soberanía, y consideramos que gran parte de este descubrimiento no es relevante, ya que no conducirá a activos embargables. – Levine: Le pedí que identificara a alguien que sepa sobre el oro. Se niegan a hacerlo. Tengo a una persona que, según sé, parece saber. No sé cuál es la base del argumento del señor Giuffra. El hecho de que un ministerio —o un banco, con el que ya litigamos respecto al alter ego— haya sido quien lo movió, no implica que los altos funcionarios estén desacoplados del conocimiento. Aquí no se ha presentado una propuesta sobre lo que se sabe o no. El problema es que no podemos hacer conjeturas. Por eso hemos revisado material disponible públicamente y encontramos a alguien que dijo: “Creo que tomamos una gran decisión sobre el oro”. Otros temas La transcripción también revela que la jueza no aceptó que la información que Argentina entregue sobre chats, mensajería y otros documentos de actuales y anteriores funcionarios sea considerada secreta, y que las partes deben justificar su solicitud. No estableció límites económicos para la búsqueda de activos argentinos en el exterior—prefiere primero identificar las fuentes centralizadas de datos—y exigió que las partes acuerden la manera de excluir información relacionada con defensa o inteligencia, sin obstruir el rastreo de fondos que los demandantes desean recuperar. Adicionalmente, se solicitó información sobre cuentas bancarias y vínculos con China, fideicomisos del Estado y privatizaciones planificadas. Todo ello parece ser considerado “embargable”, tal como reclaman los demandantes, y esto es interpretado por la jueza, que, dada la falta de cumplimiento de su fallo condenatorio, se muestra dispuesta a tomar medidas para que los ganadores reciban su compensación o para que el Estado negocie con ellos. Es importante recordar que la causa “madre”, el fallo en primera instancia, está apelando ante la corte de Apelaciones del Segundo Distrito de Nueva York, donde se citó a las partes para que presenten argumentos orales hacia finales de octubre.
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