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Parana » NSA
Fecha: 28/07/2025 19:34
Boca y una crisis que ni Paredes puede disimular: Russo tiene tres futbolistas por puesto pero no da con la receta para armar un equipo ganador La llegada del campeón del mundo, el hijo de La Candela que vuelve a casa después de triunfar en Europa, fue un reverdecer para los hinchas. Golpeados por la eliminación prematura en la Libertadores, que ni siquiera le permitió a su equipo participar de la Sudamericana; frustrados por haber quedado afuera de la competencia por el Torneo Apertura en los cuartos de final; molestos por no haber llegado a los octavos de final del Mundial de Clubes, pero sobre todo por el empate ante los jugadores semi amateurs de Auckland City, creyeron que Leandro Paredes sería una solución para Boca. En apenas un puñado de minutos, quedó claro que no alcanza. Hoy ni siquiera se salva Miguel Merentiel, que pasó de ser el jugador más cotizado de la excursión en Estados Unidos con un gol a Bayern Munich a ser reemplazado insólitamente en el inicio del segundo tiempo con Huracán. Todas las miradas críticas conducen a Juan Román Riquelme, claro. Y empiezan a encontrar cuestionamientos en Miguel Ángel Russo, el último técnico en ganar la Libertadores, que hoy está muy lejos de dar una imagen vigorosa. Ni siquiera se parece al de su segundo ciclo. ¿Y qué grado de responsabilidad tienen los futbolistas, que no logran encontrar el mejor funcionamiento colectivos en el medio de un bajón individual pronunciado? Vale la pena hacer un análisis línea por línea. El arco con claroscuros Boca tiene cuatro arqueros y todos serían titulares en cualquier equipo. Agustín Marchesín llegó después de los cuestionamientos que recibió Sergio Romero. No solo por su nivel; también, porque se peleó con los plateistas tras perder el Superclásico. Después, se lesionó. Y Leandro Brey, clave en definiciones por penales, también terminó atajando críticas por sus últimos rendimientos. Javier García, de 38 años, es un referente y tiene una estrecha relación con Riquelme. El ex arquero de Lanús, Santos Laguna, Porto y Gremio llegó con el impulso de su pasión por el club. Tuvo un buen nivel en el inicio de su ciclo, pero fue de mayor a menor, más allá de que se corporizó en la figura de Boca ante Huracán. En 25 partidos disputados, recibió 22 goles. Pocos olvidarán que pidió el cambio para que Brey lo reemplazara el día de la eliminación de la Libertadores ante Alianza Lima. Agustín Marchesín no estuvo a la altura de sus antecedentes. Foto: AP La defensa no se afirma El plantel cuenta con tres jugadores por puesto. El caso de los laterales es para estudiar. Lucas Blondel y Luis Advíncula son futbolistas de selección. Russo probó con Juan Barinaga ante Atlético Tucumán, pero volvió a utilizar al peruano contra Huracán. ¿Por qué no juega el ex Tigre, que es titular en cada convocatoria suiza? Russo no le dio ni un minuto en los siete partidos que dirigió. Por el otro lado, arrancó con Lautaro Blanco, sorprendió con Frank Fabra que no era titular desde el 26 enero contra Argentino de Monte Maíz, y volvió a utilizar al rosarino. Marcelo Saracchi está marginado. El uruguayo quedó marcado en la eliminación con Alianza Lima y buscaron negociarlo en el mercado de pases. Ni por derecha ni por izquierda hubo buenos niveles. Ni en fase de ataque ni en la marca. Y los centrales también están apuntados. Marcos Rojo, después de mil y una lesiones, fue borrado porque se quejó de Riquelme en un asado celebrado en la casa de Edinson Cavani. La ausencia del ex zaguero de la Selección, entonces, no obedece a una cuestión futbolística. Marcos Rojo tiene el boleto picado. Foto: Fernando de la Orden Por eso llegó Marco Pellegrino, de buena temporada en Huracán, a préstamo desde Milan. Hasta ahora, tuvo un buen partido con Argentinos, pero entró en la mediocridad colectiva frente a Atlético Tucumán, Unión y el Globo. El titular es Ayrton Costa, pero se encuentra lesionado. Cristian Lema está en la misma situación que Rojo, incluso podría acordar la rescisión de su contrato. Eso en el sector izquierdo. Por la derecha, Russo pretendía que Rodrigo Battaglia jugara en la mitad de la cancha. De hecho, en todos los partidos del Mundial de Clubes y ante Argentinos, jugó como volante central. Hasta que llegó Paredes y el técnico volvió a ubicarlo en la cueva. ¿No confía en Lautaro Di Lollo o cumplió con un deseo de Riquelme? Nicolás Figal, expulsado ante Benfica, se volvió a lesionar contra Argentinos. Di Lollo entró en La Paternal, fue titular y marcó el gol del empate ante Unión y también jugó contra los tucumanos. Mateo Mendía, otro de los juveniles, podría irse a Platense. Nicolás Figal, lesiones y expulsiones. Foto: AP En los 7 partidos que dirigió Russo, Boca recibió 9 goles, 3 fueron de pelota parada (Benfica, Auckland City y Atlético Tucumán) y uno de penal. La deficiencia a la hora de defender está muy clara. El mediocampo en apuros Hay doce volantes y un gran inconveniente que tiene que ver con la superposición de puestos. Paredes no es el único volante central. También, Battaglia, más allá de esta dicotomía que se plantea con la defensa. Williams Alarcón, Tomás Belmonte, Ignacio Miramón, Ander Herrera -de lesiones recurrentes- y Milton Delgado son “5”, muy a pesar de que a menudo tengan que desempeñarse como internos. No son mediocampistas llegadores, con la excepción de Belmonte que pisa un poco más el área. Paredes juega muy lejos del arco y por más elegancia que tenga para lanzar vertical o cambiar de frente, necesita compañeros para asociarse. Contra Huracán, Russo rescató a Delgado, pero faltó dinámica. Carlos Palacios, entre la lesión en la rodilla y sus problemas de conducta, tampoco ofrece respuestas. ¿Alan Velasco es delantero o mediocampista por izquierda? ¿Y en qué lugar se ubica Kevin Zenón, que perdió el puesto utilizado por la derecha cuando su mejor cara se mostró en el otro sector? Agustín Martegani, otro volante con condiciones para armar, casi no tiene lugar. Ander Herrera y las lesionas que lo jaquean. Foto: AP El ataque anémico Merentiel, Cavani y Milton Giménez son tres “9”, pero hasta ahora lo que se vio de Russo es que pretende una referencia. La presencia del astro uruguayo opaca a su compatriota, pero no por el nivel de juego si no por la posición. Merentiel se siente más cómodo como punta de lanza. Quedó muy claro en el Mundial de Clubes. Con Cavani en la cancha, se ve obligado a ser segunda guitarra, más suelto o por afuera, y pierde protagonismo, más allá de sus intentos por conectar. Giménez tiene menos versatilidad. Contra Huracán, luego del polémico cambio de Merentiel, se instaló entre los centrales rivales y Cavani jugó más libre. Ninguno rindió. Cavani, muy lejos de su esplendor. Foto: Fernando de la Orden Por afuera, ni Exequiel Zeballos ni Brian Aguirre mostraron que podían ganarse un lugar. También es cierto que tuvieron muy poca continuidad. En un 4-2-3-1 o un 4-3-3 podrían encajar, pero en un extremo juega Velasco. La inversión de 10 millones de dólares todavía no se reflejó en la cancha. El modo de juego en crisis ¿Cuál es la estrategia de Boca? Está claro que se siente más cómodo en partidos con los que jugó con Benfica, Bayern Munich o incluso Argentinos, con una postura más conservadora. La construcción del juego requiere tiempo de trabajo y el fixture está apretado. Hay demasiada acumulación de pases y la dinámica se observa en cuentagotas. Falta explosión y un mejor aprovechamiento de los espacios. Eso se traduce en menores situaciones de riesgo. Contra Huracán, solo pateó dos veces al arco. En conclusión, el plantel es amplio, pero está mal armado y aunque hay algunos futbolistas de jerarquía, están en un nivel subterráneo. A Russo le está costando encontrar el equipo y Riquelme tiene cada vez menos margen de error.
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