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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/07/2025 14:49
El cushioning es una estrategia emocional que consiste en mantener vínculos alternativos como protección ante una posible ruptura amorosa (Freepik) El cushioning es una práctica en la que una persona que está en pareja mantiene vínculos alternativos o “de reserva” como protección emocional ante una posible ruptura. El término, derivado del inglés “cushion” (cojín), se instaló en las conversaciones sobre afectividad. Infobae consultó a expertos sobre el tema. ¿Qué implica el cushioning y cómo se muestra en las relaciones? El cushioning responde al deseo de no depositar todas las expectativas en una sola persona, creando opciones que “alivianan” el malestar. Expertos advierten que el cushioning dificulta la construcción de relaciones auténticas y el procesamiento del duelo emocional (Freepik) La psicoanalista Fernanda Rivas, coordinadora del Departamento de Pareja y Familia de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), describió el cushioning como la tendencia a tener “parejas de reserva” ante el temor de que la relación principal no funcione. Tal como explicó a Infobae, estas reservas actúan como “almohadones” para atenuar el dolor de un posible final y el malestar afectivo que ello conlleva. Entre las principales motivaciones detrás del fenómeno, Rivas identificó el profundo miedo a la soledad. Resaltó que la capacidad de disfrutar de una “buena soledad” es esencial para formar una pareja sólida; quienes carecen de esta habilidad tienden a buscar contención en vínculos paralelos, dificultando el establecimiento de relaciones genuinas. Otra causa frecuente es el intento de eludir el proceso de duelo tras una ruptura. Enfrentar el dolor sentimental implica atravesar el recuerdo, la extrañeza y la pérdida, un camino que no se resuelve sumando nuevos vínculos, sugirió Rivas. Estrategias como ocupar el vacío con otras personas o evitar pensar en el pasado solo postergan síntomas o generan frustraciones adicionales. La especialista añadió que el cushioning puede reflejar miedo al compromiso, al sufrimiento y una tendencia a la fugacidad de los vínculos, lo que Zygmunt Bauman denominó “amor líquido”. El término cushioning surge en el contexto de vínculos digitales y relaciones de corta duración, reflejando el miedo a la soledad (Freepik) Exclusividad y autenticidad Por su parte, la médica psicoanalista Alicia Killner, miembro titular de APA, sostuvo que el amor genuino implica exclusividad y la existencia de un objeto emocional irremplazable. En declaraciones a Infobae, afirmó: “El amor implica siempre la exclusividad en el sentido de que hay un solo objeto, hay un objeto que es irremplazable y no se cambia de un minuto para otro”. En su análisis, también advirtió que el cushioning puede convertirse en una manera de evadir el riesgo inherente al amor, buscando la seguridad de vínculos alternativos y eludiendo el desafío emocional del compromiso y la exclusividad. Killner subrayó que el amor auténtico siempre implica riesgo y cierta cuota de dolor anticipado: “El amor es puro riesgo y siempre es una cosa que no siempre hace bien”. Las personas que intentan vivir el amor como si fueran “equilibristas con red” buscan evitar esa angustia, pero terminan impidiendo la experiencia genuina de amar. La especialista remarcó la diferencia entre el amor y otros afectos como la amistad, que ofrece calma y disponibilidad, mientras que el amor genera abismos emocionales por la presencia o ausencia del otro. La persona “cushion”: consecuencias emocionales Especialistas de la Asociación Psicoanalítica Argentina señalan que el cushioning evidencia dificultades para afrontar la soledad y el duelo (Freepik) Para la psicoanalista y sexóloga Silvina Buchsbaum, el rol de quienes funcionan como “cojines” en estas dinámicas afecta profundamente la autoestima y el bienestar emocional. En una conversación con Infobae, explicó que al principio la persona utilizada como cushion puede sentirse apreciada por su permanente disponibilidad para el otro. Pero, con el tiempo, “se da cuenta de que es un segundo, que es tipo objeto, que es este tipo de objeto transicional que muchas veces se utiliza para poder terminar una relación”. Finalmente, la persona “cushion” suele quedar desplazada si la relación principal se consolida o concluye, generando reclamos y sentimientos de inseguridad. Buchsbaum indicó que quienes buscan este tipo de reemplazos suelen experimentar dificultades para sostener la soledad, frecuentemente asociadas a experiencias infantiles no resueltas. Además, destacó la importancia de asumir la responsabilidad de crecer emocionalmente y reconocer que toda relación puede terminar: “La posibilidad de ruptura está y uno tiene que tratar de autosostenerse. En la medida en que uno pueda autosostenerse, va a permitir construir relaciones mejores, más saludables”. También advirtió que el cushioning puede volverse una profecía autocumplida, ya que el temor a la soledad y la búsqueda de apoyo externo acaban debilitando la pareja actual y precipitando el aislamiento. Miedo a la soledad y duelo amoroso El cushioning implica mantener conexiones secundarias como red de seguridad afectiva, evitando depositar todas las expectativas en una sola persona (Imagen Ilustrativa Infobae) Finalmente, Rivas advirtió que recurrir a parejas de reserva puede usarse para distanciarse de relaciones asfixiantes, aunque muchas veces revela un temor a no ser elegido o incapacidad de elegir realmente. “El amor requiere de un ‘trabajo’ emocional, que consiste en sostener y aceptar el desencuentro, la no coincidencia, en definitiva, la ‘otredad’ del otro”, afirmó Rivas. Las expertas consultadas coincidieron en que el cushioning resulta una estrategia ineficaz ante el dolor. La capacidad de estar solo, de procesar las rupturas y aceptar la incertidumbre del amor son condiciones necesarias para vínculos sólidos. Silvina Buchsbaum destacó la importancia de diferenciar entre estar solo y sentirse solo, y planteó que las redes de apoyo más sanas nacen de amistades, no de relaciones con intenciones de reemplazo afectivo. A su vez, Fernanda Rivas recomendó los espacios terapéuticos para trabajar las motivaciones subconscientes que impulsan a buscar parejas de reserva y que pueden marcar la repetición de fracasos vinculares.
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