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» Facundoquirogafm
Fecha: 26/07/2025 19:51
Las vacaciones de invierno suelen ser una pausa esperada por grandes y chicos, pero también pueden convertirse en una etapa desafiante cuando la rutina se altera y el tiempo libre se multiplica. En muchas casas, especialmente donde hay niños pequeños, la convivencia se vuelve intensa, y la paciencia puede ponerse a prueba. Para evitar que el caos familiar termine en explosiones de enojo o estrés, el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, especialista en desarrollo infantil, remarca que el equilibrio emocional del adulto es fundamental. “Si no podés mantener la calma cuando tus hijos se frustran o se enojan, no esperes que ellos lo logren”, resume. Desde sus redes y publicaciones, Bilbao propone cuatro claves para atravesar estos días sin perder la paciencia: Aceptar que los chicos se comportarán como lo que son, sin pleno dominio del autocontrol. Enseñar a gestionar el enojo, sin reprimirlo ni estallar frente a él. No engancharse con el caos emocional: si un niño está desbordado, lo que necesita es contención. Acompañar con empatía, estableciendo límites firmes pero desde la calma y el respeto. A esta mirada se suma la de Amanda Gummer, psicóloga británica reconocida por su trabajo en juego y crianza, quien rescata un concepto que suele generar incomodidad en los adultos: el aburrimiento. “Cuando no tienen entretenimiento constante, los chicos usan más la imaginación”, explica Gummer, y señala que el aburrimiento puede ser una gran herramienta de desarrollo. Para fomentar su lado positivo, propone: Reducir el uso de pantallas. Ofrecer materiales simples como lápices, cuentos o elementos de juego no estructurado. Validar que no todo momento debe ser productivo o emocionante. En una época marcada por la hiperconexión y la sobreestimulación, las vacaciones también pueden ser una oportunidad para frenar el ritmo, reconectar con lo simple y fortalecer los vínculos. A veces, el secreto está en no querer controlarlo todo, sino en acompañar desde la presencia y la paciencia.
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