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» Diario Cordoba
Fecha: 26/07/2025 19:25
La cosmeticorexia es un neologismo creado hacia 2023 para describir la obsesión patológica con la apariencia. Adolescentes, mujeres, y algunos hombres, presas de la obediencia al canon estético patriarcal, inyectan en sus tejidos sustancias químicas en pómulos, pechos o labios sin información sólida ni demostrable de las consecuencias de dichos tratamientos invasivos a largo plazo. Lo que sí sabemos, de momento, es que pueden acarrear infecciones, irritaciones y comprometer la barrera cutánea natural. La exposición constante a estándares idealizados en redes sociales, acompañados por anuncios donde se ofertan productos para el tratamiento de la piel que se adquieren en un par de minutos, pavimentan una vía rápida hacia la obsesión y el gasto descontrolado. Como un pez que se muerde la cola, la necesidad de irradiar perfección suele conducir a la baja autoestima, la búsqueda constante de validación externa mediante ‘likes’, y problemas de autopercepción distorsionada que se traducen en daños psicológicos. De modo que, un número incontable de mujeres adolescentes jóvenes, y no tan jóvenes, están sometiendo sus rasgos físicos genuinos a la hinchazón y el abultamiento permanente, como muñecas de látex, en busca de la homogeneización de su belleza, para asemejarla lo más posible al mandato hegemónico del momento. Parece complicado apuntar al centro de la diana a la hora de señalar culpables de la masificación del desfile de labios, pechos y glúteos inflamados, casualmente nuestras partes más sexualizables, y bordes maxilares angulosos, dado que el engranaje incluye a demasiados agentes participantes que se enriquecen a costa de comprometer nuestra salud física y mental convirtiéndonos, una vez más, en elementos decorativos sin autenticidad. Las niñas y las mujeres merecemos dedicar nuestra atención y nuestras facultades a algo más valioso para nosotras y para la sociedad que parecer estatuas sacadas del museo de cera. De una u otra manera, pareciera que el destino del sexo femenino hubiera quedado marcado para servir al sexo ajeno, aunque lo disfracen de liberación en videoclips imposibles de mujeres luciendo traseros desnudos en la nieve, muy del gusto tradicional de la ‘machosfera’. Suscríbete para seguir leyendo
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