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Usuhahia » Diario Prensa
Fecha: 24/07/2025 14:30
Prevención en el hogar. Cada invierno, este gas sin olor, sin color y sin sabor se cobra vidas en distintos puntos del país. Tierra del Fuego no es la excepción. Qué hacer para prevenirlo, cuáles son los síntomas a tener en cuenta y cómo actuar ante una emergencia. Aunque la mayoría de los casos de intoxicación por monóxido corresponden a artefactos alimentados a gas, es importante saber que también las estufas a leña, carbón o pellets, e inclusive las brazas aparentemente apagadas, pueden producir la muerte. El monóxido de carbono (CO) es un gas tóxico, incoloro, inodoro e insípido que se genera por la combustión incompleta de materiales como gas, leña, carbón o kerosene. Cuando se acumula en ambientes cerrados y sin ventilación, puede causar graves daños a la salud e incluso la muerte, sin que nadie lo advierta. Si bien las intoxicaciones pueden darse durante todo el año, es en el invierno cuando este “enemigo invisible” se vuelve más peligroso. Y Tierra del Fuego no está ajena a esta realidad. ¿Cómo se produce el monóxido de carbono? El CO aparece cuando un artefacto que usa gas —como una estufa, cocina, calefón o caldera— funciona mal o en espacios poco ventilados. También se puede generar desde braseros, salamandras, estufas a leña o motores encendidos en garajes cerrados. ¿Cómo puede generarse en una salamandra? Las salamandras alimentadas con leña, carbón o pellets también representan un riesgo si no funcionan adecuadamente. El monóxido se produce cuando el fuego no tiene el oxígeno suficiente para una combustión completa. Las principales causas son: 1. Tiraje deficiente o chimenea obstruida: si el conducto está tapado (por hollín, nidos o hielo), el humo y el gas vuelven al ambiente. 2. Falta de ventilación: sin ingreso de aire fresco, el fuego “se ahoga” y la combustión se vuelve incompleta. 3. Uso de materiales inapropiados: quemar plásticos, trapos o madera tratada puede generar gases altamente tóxicos. 4. Brasas encendidas en espacios cerrados: aunque parezcan inofensivas, siguen emitiendo CO. 5. Mantenimiento deficiente: grietas o instalaciones caseras en salamandras también son peligrosas. Síntomas de intoxicación Los síntomas suelen confundirse con los de una gripe común: • Dolor de cabeza • Mareos • Náuseas o vómitos • Cansancio o somnolencia • Pérdida del conocimiento En niños, adultos mayores y personas con afecciones cardíacas o respiratorias, el riesgo es mayor. Cómo prevenir intoxicaciones 1. Ventilación permanente: mantener siempre una entrada de aire al exterior, incluso durante la noche. 2. Revisión anual: controlar todos los artefactos con un gasista matriculado. 3. Evitar braseros o cocinas para calefaccionar: no están diseñados para eso y consumen el oxígeno del ambiente. 4. Revisar el color de la llama: debe ser siempre azul. Si es amarilla o anaranjada, hay mala combustión. 5. No tapar las rejillas de ventilación: deben estar siempre libres. 6. Instalar detectores de monóxido: una inversión pequeña que puede salvar vidas. ¿Qué hacer ante una sospecha? • Abrir puertas y ventanas de inmediato. • Apagar los artefactos. • Salir del ambiente contaminado. • Llamar a emergencias o acudir al hospital sin demora. Un llamado a la conciencia Las intoxicaciones por monóxido se pueden prevenir. El costo de revisar una estufa o instalar una rejilla es mínimo comparado con el riesgo de perder la vida. La prevención comienza en casa, con acciones simples pero esenciales para protegernos. Aunque muchos asocian el CO únicamente a artefactos a gas, las salamandras y braseros también pueden generar este gas mortal si no están bien mantenidos o si se usan en lugares sin ventilación adecuada. Jamás se deben tapar las rejillas de ventilación, aunque eso implique sacrificar temperatura. Una corriente de aire puede incomodar, pero también puede salvar vidas.
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