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Parana » Informe Digital
Fecha: 22/07/2025 04:37
Después de la última operación de deuda en pesos, que el Ministerio de Economía llevó a cabo al margen del calendario original para acelerar la absorción de casi 5 billones de pesos que quedaron en circulación tras el fin de las Lefi, el Gobierno ahora deberá enfrentar vencimientos en moneda local por cerca de 45 billones de pesos -un 5% del PBI- antes de las elecciones legislativas de octubre. El Palacio de Hacienda tuvo que convalidar una tasa de interés más elevada que la que se negociaba en el mercado para las letras en pesos de corto plazo, asegurando así que pudiera destinar de manera segura los pesos liberados a Letras del Tesoro. En total, la desactivación de las Lefi inyectó 10 billones de pesos al sistema y, a la postre, quedaban 5 billones “sueltos”. Durante la última licitación, el Tesoro permitió tasas notablemente más altas en todos los tramos, con premios que superaron los ya elevados niveles observados tras el regreso del Banco Central a la ventana de repos. Según Portfolio Personal Inversiones (PPI), “el Tesoro ofreció tasas entre 70 y 80 puntos básicos adicionales en comparación con el mercado secundario del martes”, lo que reflejó una recalibración de la curva en pesos. A modo de referencia, la tasa mensual efectiva de la letra más corta que vence en 15 días es del 3,31% mensual, el doble del ritmo de inflación observado en junio. La tasa más baja adjudicada fue del 2,9% mensual, también significativamente superior al IPC esperado para el resto del año. En este contexto, la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia advirtió que el porcentaje de renovación de títulos “no está garantizado”. La incertidumbre electoral y la falta de definiciones sobre los pagos de la deuda en dólares de 2026 y 2027 se mantuvieron como factores que podrían alejar al Tesoro de sus objetivos, señalaron. Desde PPI indicaron que el equipo económico “no estaba a gusto con una curva de rendimientos tan baja ni con la volatilidad que ello generaba en el mercado cambiario”. En este marco, justificaron la realización de una licitación fuera de cronograma, junto con la estrategia de repos a bancos comerciales y la venta de Lecaps en el mercado secundario, como medidas destinadas a recomponer las tasas y estabilizar el tipo de cambio. Sin embargo, un eventual incremento de tasas podría encarecer los vencimientos futuros, especialmente con plazos de renovación tan breves: en la licitación de esta semana, el promedio fue de 40 días, en comparación con los 230 días del primer trimestre. El informe del Banco Provincia destacó que dicho escenario también implicaría un mayor costo del crédito para empresas y familias, en un contexto de débil recuperación del consumo, salarios reales a la baja y uso de préstamos personales como complemento. Según el documento, esto “sería una mala noticia para las ventas a tres meses de las elecciones”. De acuerdo con cifras de la consultora Aurum Valores, entre el vencimiento del último día de julio -11,8 billones de pesos- y la semana anterior a las elecciones legislativas nacionales, el Ministerio de Economía deberá enfrentar obligaciones de pago en pesos con tenedores del sector privado por 45 billones de pesos, equivalentes a 33.000 millones de dólares, según sus estimaciones. El Bapro elevó esa cifra a 73 billones de pesos (8,5% del PBI) al incluir las tenencias del propio sector público. Casi la totalidad de esa deuda en pesos (el 96%) está emitida a tasa fija, añadió EcoGo. Al inicio de la semana, el mercado observó con cierta sorpresa que las tasas de interés de los títulos cortos en pesos se mantuvieron en niveles elevados -la caución a 1 día, un instrumento de financiamiento de cortísimo plazo muy utilizado en el mercado de capitales, llegó a una tasa del 51% anual- mientras las presiones cambiarias aún persistían entrada la tarde en la jornada de negociación. Según un análisis de Rava Bursátil, “la tasa de caución mostró una volatilidad extrema, con un salto atípico, lo que refleja una serie de operaciones de gran volumen en un mercado de tamaño relativamente pequeño”. “El ‘carry trade’, que consiste en obtener tasa en pesos y apostar a la estabilidad del dólar, se vuelve atractivo para inversores audaces en este contexto de tasas elevadas”, añadieron. Por su parte, el analista Gustavo Ber consideró que “más allá de que el escenario político se está apoderando de la escena, la economía también continúa captando atención, particularmente desde el mercado cambiario y las tasas más cortas”. “Esto se debe a que se combina con el inicio de una etapa de menor oferta de divisas y una potencial mayor demanda como cobertura entre los agentes económicos, habitual en ventanas electorales”, añadió. “Más allá de algunos respiros, el dólar mayorista sigue reajustándose gradualmente hacia arriba y ya se encuentra nuevamente cerca de los $1.300, un nivel que es seguido de cerca por los operadores para evaluar posibles decisiones financieras por parte de las autoridades. Aun si se llegara a superar este umbral, mientras el deslizamiento sea ordenado y no genere traslado a la inflación, debería ser bien recibido desde la ‘macro’ en esta etapa para mejorar la competitividad, con el consiguiente avance en las cuentas externas”, concluyó Ber.
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