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» El Ciudadano
Fecha: 21/07/2025 13:13
El entrenador rosarino Pablo Favarel le sumó otro logro relevante a su extensa y exitosa carrera, que además tiene la particularidad de contar con el duro condimento del desarraigo, ese que genere que los desafíos muchas veces se disfruten o se sufran sin tener a los seres queridos cerca. En esta ocasión, el técnico formado en Gimnasia consiguió el título de la Liga de Indonesia con el Dewa United, en la continuidad de un proyecto que encabeza hace un par de campañas y que consiguió el objetivo. «Para el equipo es el primer campeonato que gana, porque es una organización nueva con apenas seis años de historia y con la particularidad de que tiene tres disciplinas, el básquet, el fútbol y los eSports. Es todo un hito haber logrado esto para ellos», explica Pablo horas después del éxito, ya con la calma del festejo consumado en el estadio y a la espera de lo que serán los momentos oficiales de felicitaciones. «El equipo cuenta con una cobertura impresionante a nivel medios y eso también genera expectativa y apoyo del público, lo que hace que la liga tenga mucha repercusión», contó Pablo, quien llegó en 2023 cuando terminó su tarea con la selección venezolana a este municipio de Serang, en Banten, en la isla de Java. Pero no todo fue sencillo este año: «No fue fácil, porque arrancamos la serie regular con récord 2-3 y el rumor era que ya se buscaba entrenador para reemplazarme, pero nos pudimos acomodar y finalizamos muy bien la fase regular». «Los playoffs fueron cortos, al mejor de 3, todo muy explosivo y a pesar de ir perdiendo por 12 el partido final el equipo lo dio vuelta con mucho corazón y ganamos por 1 para cerrar 2 a 1 la serie. Hubo algunos matices tácticos como una defensa zona match up que los confundió, pero esas cosas a veces funcionan y otras no, el mérito fue de los jugadores por los huevos que metieron», reconoció Pablo, quien también fue campeón de la Liga de Venezuela con Espartanos. Y para el cierre, mientras siempre está a la espera de la visita a Rosario, a sus amigos y a ver a su querido Newell’s, reafirmó que la clave de la temporada fue nunca entregarse: «El equipo nunca se rindió, ni en la fase regular, ni en los playoffs, ni en la final que empezamos perdiendo uno a cero ni en el partido de cierre cuando estábamos doce abajo». Nunca dudó de sus convicciones, cuando tuvo que dejar Rosario para comenzar a caminar la Liga como asistente, tampoco cuando cambió bolso por valijas para iniciar su periplo por el exterior. Hoy las millas aéreas explotan y Pablo Favarel es campeón en un destino tan particular como Indonesia.
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