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  • FRANCISCO BARROETAVEÑA

    Concepcion del Uruguay » La Calle

    Fecha: 20/07/2025 18:50

    Se cumplen 169 años del nacimiento de Francisco Antonio Barroetaveña Zepeda. Nació en Gualeguay el 20 de julio de 1856 y murió en Buenos Aires el 27 de noviembre de 1933. Cursó el bachillerato en el Colegio del Uruguay. El 14 de mayo de 1877 presidió la asamblea fundacional de la Asociación Educacionista “La Fraternidad” en el Teatro “1º de mayo”, y fue su segundo presidente, sucediendo a José Benjamín Zubiaur. Estudió luego abogacía en la Universidad de Buenos Aires y obtuvo su título con una tesis sobre el matrimonio civil. En 1878 fue iniciado en la masonería en la Logia Jorge Washington de Concepción del Uruguay y más tarde en Buenos Aires participó junto a Leandro Alem en la Logia Docente, que impulsó la sanción de lo que sería la ley 1420 de educación común en 1884. En 1883 publicó una monografía sobre la “Inconstitucionalidad de la ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente en la provincia de Entre Ríos”. Asamblea Constituyente que, entre otras reformas, trasladó la capital de Concepción del Uruguay a Paraná, introdujo el bicameralismo en la Legislatura y estableció que la educación común debía ser gratuita, obligatoria y laica El 20 de agosto de 1889 el diario La Nación publicó un artículo de su autoría con fuertes críticas al gobierno de Juárez Celman titulado “¡Tu quoque juventud! (En tropel al éxito)”. Barroetaveña se lamentaba de “la vida política del país totalmente suprimida, gozándose hoy mil veces más libertad política y civil en todas las monarquías constitucionales de la vieja Europa que en esta joven República de la América del porvenir; la descentralización administrativa y política casi ha desaparecido, pues ya en el hecho no hay provincias sino intendencias, ni municipalidades elegidas por el pueblo sino comisiones de amigos de los gobernantes llevados para asegurar el abuso y la arbitrariedad. En todas partes malestar, desgobierno y escándalos, que arruinarán al pueblo cuando estalle una crisis inevitable que todos la presienten”. El artículo tuvo tanta repercusión que poco después se convocó, con las firmas de Francisco Barroetaveña y Marcelo de Alvear, entre otros, a una reunión en el Jardín Florida el 1º de septiembre de 1889. Ese día quedó constituida la Unión Cívica de la Juventud, y Barroetaveña fue designado su presidente. El 13 de abril de 1890 en otra asamblea en el Frontón Buenos Aires se resolvió cambiar el nombre del partido, que pasó a denominarse simplemente Unión Cívica. Los sucesos posteriores son más conocidos; el levantamiento del Parque de Artillería el 26 de julio, la renuncia de Miguel Juárez Celman el 6 de agosto y la asunción de la presidencia por parte del vicepresidente Carlos Pellegrini. Y al año siguiente, el 26 de junio de 1891, la creación de la Unión Cívica Radical liderada por Leandro Alem como una escisión de la Unión Cívica, y en oposición a la Unión Cívica Nacional encabezada por Bartolomé Mitre. El 4 de febrero de 1894 fue electo diputado nacional por la Capital Federal, propuesto por la UCR, que se impuso. El segundo lugar correspondió a la Unión Cívica Nacional y el tercero al Partido Autonomista Nacional. Ejerció su mandato entre el 30 de abril de 1894 e idéntico día de 1898. Volvió a la Cámara de Diputados entre 1900 y 1904, pero ahora por la Provincia de Buenos Aires, y en una lista mixta originada a partir de un acuerdo del radicalismo con el Partido Autonomista bonaerense. María Gabriela Micheletti señala que “es conocida su actuación parlamentaria… en la que fue promotor de una serie de proyectos de ley de corte laicista, … En sus escritos y en su función de legislador, Barroetaveña criticó la influencia del clericalismo en el país y se manifestó partidario de lograr una mayor separación entre la Iglesia y el Estado. Se proclamó defensor de la libertad de cultos, aunque consideraba a la religión como una cuestión que pertenecía exclusivamente a la esfera privada. Escribió, entre otras obras, “El matrimonio civil” (1884), “El clericalismo y el divorcio” (1912) y “Escuela libre de dogmas”, esta última junto a J. Alfredo Ferreira y José B. Zubiaur”. Dévrig Mollès recuerda que Barroetaveña actuó como portavoz de la Liga Argentina del Libre Pensamiento en 1910, y describe así sus ideas: “influido por la ideología del Progreso, imaginaba a América como cuña de una nueva civilización, de “una humanidad futura, donde se fundirán razas, lenguas, doctrinas, religiones, costumbres e instituciones de las demás partes del planeta”. Su liberalismo era político y cultural, pero también económico. En la esfera cultural, deseaba la “secularización de todas las instituciones”, “la instrucción pública científica, laica y obligatoria para todos”, base de “las industrias útiles”. En lo económico, Barroetaveña se oponía –como muchos radicales en este momento– al proteccionismo aduanero reclamado por ciertos miembros del Partido Autonomista Nacional”. Barroetaveña mantuvo fuertes lazos de amistad con Leandro Alem, al que siguió hasta su muerte en 1896, pero no tuvo una buena relación con su sobrino, Hipólito Yrigoyen, con el que estaba notoriamente distanciado. Esta circunstancia hizo que Barroetaveña se mantuviera bastante alejado de la actividad política luego de sus mandatos como diputado. En 1931, proscripto y obligado al exilio Alvear, Barroetaveña fue el candidato presidencial del radicalismo antipersonalista entrerriano, en contraste con otras provincias en las que los antipersonalistas apoyaron la candidatura de Agustín Pedro Justo acompañado por José Nicolás Matienzo, mientras que el Partido Demócrata Nacional, coincidiendo en la candidatura presidencial de Justo, impulsó a “Julito” Roca para ocupar la vicepresidencia, posición ésta que fue la que se impuso finalmente. En Entre Ríos el triunfo correspondió a la UCR “Independiente”, que con la fórmula Barroetaveña – Matienzo obtuvo el 45,96%. En segundo lugar se ubicó la Concordancia que apoyaba a Justo, con el 35,23%, y más atrás la Alianza Civil, coalición integrada por el Partido Demócrata Progresista y el Partido Socialista, con el 18,82%. Entre Ríos, donde se impuso Barroetaveña, y Santa Fe, donde ganó la Alianza Civil con la fórmula Lisando de la Torre – Nicolás Repetto, fueron las únicas provincias en las que el triunfo no correspondió a la Concordancia, en elecciones que fueron caracterizadas junto a otras de esa década como el “fraude patriótico”. No existe nada en Concepción del Uruguay que recuerde a Francisco Barroetaveña, y permanece casi como un ilustre desconocido en el partido que ayudó a fundar. Fuentes: «Francisco Barroetaveña.» n.d. Efemérides radicales. http://www.efemeridesradicales.com.ar/indice/F/Francisco_Barroetavena/Francisco_Barroetavena.html. MIcheletti, María Gabriela. «Historia religiosa, libre pensamiento y anticlericalismo. La relación epistolar de dos amigos unidos por un credo liberal laico: David Peña y Francisco Barroetaveña .» 2017. Acta Académica. https://cdsa.aacademica.org/000-019/426.pdf. Mollés, Dévrig. «¿Derecha o izquierda? El anticlericarismoargentino frente a la cuestión social (1904 – 1910).» 2013. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4789985.

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