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» Diariopinion
Fecha: 20/07/2025 18:00
El martes pasado personal de la Policía de Formosa encontró muerta en un descampado a Gisela Agustina Mendoza, una cuidadora gerontológica que había sido denunciada como desaparecida por su propia expareja el último domingo. La mujer, de 37 años, presentaba signos de violencia y este lunes, un día antes de su hallazgo, la fuerza de seguridad provincial había detenido preventivamente a su ex marido, el principal y único sospechoso del femicidio. El comisario inspector Héctor Candia, jefe de Delitos Complejos de la Policía provincial, confirmó la aparición de los restos de Gisela en un descampado, a pocos metros de la cinta asfáltica de la avenida Alicia Moreau de Justo, en inmediaciones al cementerio del barrio San Antonio, en la capital provincial. "Se había radicado una denuncia el día domingo en la subcomisaría del barrio Guadalupe, donde su ex pareja, había comentado que alrededor de las 9.30 del domingo, él había bajado a la mujer en Corrientes y Filo, y a partir de ese momento no se la vio más", explicó el comisario Candia. Gracias a las tareas realizadas por los investigadores, que incluyeron el análisis de cámaras de seguridad, se pudo determinar que el denunciante había ingresado a la zona del hallazgo solo, a bordo de una motocicleta, lo cual fue clave para comenzar a realizar todas las conexiones con el hecho. Consumado el hallazgo del cuerpo de Mendoza, el juez de Instrucción y Correccional de la Primera Circunscripción Judicial de feria, doctor Enrique Javier Guillén, dispuso la apertura de una causa judicial contra la ex pareja de la víctima -ya detenido- por los delitos de privación ilegítima de la libertad y presunto femicidio, aunque tras la aparición del cuerpo se espera un cambio de carátula a femicidio. "El cuerpo presentaba indicios de haber sido objeto de algún tipo de agresiones", puntualizaron los investigadores. Es por este motivo que el sabado a las 17hs en la Av. 25 de Mayo se congregaron familiares de la víctima junto a amigos y allegados para solicitar justicia y que el Poder Judicial comience las instrucciones debidas para que este hecho tan doloroso para su entorno sea resuelto en el menor tiempo posible, y que de alguna forma llegue un poco de paz a sus hijos que quedaron sin la protección de su madre. Además su amiga Patricia la recordó como una gran mujer que vivía un tormento, bajo presión y que por razones que hacen a la naturaleza de una relación violenta no se animó a denunciar. "La relación entre Gisela y su esposo —con quien no llegó a divorciarse— había finalizado hace casi un año. Sin embargo, él no dejaba de hostigarla: la amenazaba, la perseguía, la golpeaba e, incluso, la manipulaba emocionalmente", relató. "Siempre le decía que denuncie, pero ella era muy creyente. Me decía que había jurado ante Dios", relató Patricia con la voz entrecortada. No obstante, agregó: "Le pegaba, y al día siguiente le pedía disculpas como si nada". Gisela trabajaba mañana y tarde como cuidadora de adultos mayores. Y como su situación económica no era la mejor, si le quedaba tiempo también realizaba tareas de limpieza. "Ella se ocupaba de todo, no tenía tiempo para descansar. Era muy tranquila, muy paciente. Se guardaba todo para no hacerles daño a sus hijos", subrayó su amiga. Cabe aclarar que estaba en proceso de divorcio y ya no conviviía, con el presunto femicida. Por último el hermano de Gisela sostuvo que realizarán otra marcha el día 28 de este mes y se congregarán en el Poder Judicial a las 9hs.
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