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Parana » Informe Digital
Fecha: 19/07/2025 12:11
Cartón lleno. La situación que enfrenta el productor argentino se ha complicado considerablemente en las últimas semanas, tanto a nivel internacional como local. El clima en EE. UU. ha evolucionado de manera óptima para los cultivos de maíz y soja, generando proyecciones de excelentes rindes para ambos, lo que se refleja en los precios en Chicago, la plaza de referencia indiscutible. En el ámbito local, la decisión del Gobierno de cumplir su promesa y aumentar nuevamente los derechos de exportación para maíz y soja complica drásticamente la ecuación económica de ambos productos. Así las cosas, la toma de decisiones se ha vuelto sumamente compleja. Si la cosecha estadounidense confirma los números divulgados por el USDA el 11 de este mes, las cotizaciones deberían seguir cayendo hasta alcanzar niveles (ajustados por inflación) similares a los mínimos del período 2001/2002, y muy por debajo de los valores registrados en 1990. Esto se manifiesta en una rebelión global que abarca a todos los países productores de commodities agrícolas, que hace pocas semanas derivó en protestas en las rutas, incluso en Brasil. En el terreno local, ha quedado claro que todos los mecanismos intervencionistas de los gobiernos de turno en los mercados terminan distorsionando el proceso de formación de precios. El dólar soja de Massa fue un ejemplo de ello, al igual que la baja temporal de los derechos de exportación (DEX) del actual gobierno, comúnmente conocidos como “retenciones”. Pocos han tomado nota del impresionante volumen de soja “anotado” por los compradores en los días previos al 30/6. Las DJVE (declaraciones juradas de venta al exterior) sumaron más de 8 millones de toneladas de soja que no estaban compradas ni probablemente vendidas. Esto significa que este importante volumen de soja no estará afectado por el aumento en los DEX dispuesto por el Gobierno. Sin embargo, los precios que ahora ofrecen los compradores reflejan la baja en las paridades correspondientes al nivel vigente actualmente. Muchos productores describen esta situación como una “joda”, aunque cabe aclarar que la “maniobra” es completamente legal y podría implicar algunos riesgos, aunque mínimos. Son las reglas del juego, pero queda claro que no es la forma adecuada en que deberían operar los mercados. Mientras tanto, las cotizaciones FOB de la harina de soja argentina, nuestra principal fuente de divisas, se encuentran en los niveles más bajos de los últimos quince años. Por otro lado, lo más destacable del año ha sido lo ocurrido en el sector maicero. En nuestra nota del pasado 1° de marzo, advertíamos sobre la importancia del consumo interno y su significativo crecimiento, algo tan relevante como esperado. Se observaron valores que siempre superaron la paridad de exportación, impulsados por el consumo interno, que sugeríamos aprovechar. Así, hemos visto precios de US$/t 200, luego 190, después 180, y ahora 170. Era de manual. Ahora, con una cosecha que probablemente sea récord en Estados Unidos y ante la inminente aparición de la “safrinha” brasileña, la situación es diferente. Es probable que esto derive en un estancamiento de los valores y que vuelvan a mejorar en el último trimestre. La implementación de una política interna activa que apunte a una mayor utilización del maíz para etanol, un reclamo insistente en Maizar, sería una gran noticia: justa y necesaria. El autor es presidente de Nóvitas SA.
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