18/07/2025 11:15
18/07/2025 11:14
18/07/2025 11:14
18/07/2025 11:14
18/07/2025 11:13
18/07/2025 11:13
18/07/2025 11:12
18/07/2025 11:12
18/07/2025 11:08
18/07/2025 11:07
» Comercio y Justicia
Fecha: 18/07/2025 07:04
El Juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y de Género y Penal Juvenil de la ciudad de San Francisco rechazó el recurso de reposición interpuesto por la Defensora Pública en su rol de Representante Complementaria y confirmó las audiencias de contacto directo y personal en fechas diferenciadas entre un adolescente y su hermano de seis años. Ésta había solicitado reemplazar las audiencias por una Cámara Gesell, aludiendo a la posible existencia de delitos y a la necesidad de evitar revictimización y contaminación del testimonio de los niños, niñas y adolescentes (NNA), invocando el artículo 221 bis del Código Procesal Penal. El juez Andrés Emilio Peretti explicó que el pedido carecía de especificidad y precisión respecto de la supuesta comisión de un delito penal. Señaló que el proceso en cuestión se inscribe dentro de un procedimiento de violencia familiar y no se advertía la existencia de hechos concretos de violencia penalmente relevantes. Indicó que si bien las medidas de protección previstas en la Ley Provincial N° 9.283 no requieren prueba acabada de la existencia de los hechos denunciados, sí se exige una “fuerte probabilidad” de que sea atendible la pretensión, sustentada en elementos que permitan vislumbrar un posible maltrato o riesgo. En el expediente, los hechos aportados hasta el momento no reunían esas características. “No surge prima facie elemento alguno que permita inferir la existencia de un delito”, afirmó el magistrado, en particular a partir de la audiencia de contacto directo ya celebrada con el niño C. T. En dicho encuentro, la Licenciada M. C. concluyó que el niño presentaba un desarrollo del lenguaje adecuado, se expresó con claridad sobre la dinámica familiar y no manifestó ninguna situación de maltrato ni descuido por parte del padre, con quien mantenía un vínculo afectivo normal. “De su discurso no se detecta ningún indicador que pueda alertar sobre algún posible riesgo en su convivencia con la figura paterna”, puntualizó la profesional. Improcedente
Ver noticia original