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Usuhahia » Diario Prensa
Fecha: 16/07/2025 07:33
Continúa la problemática carcelaria en Río Grande. Sergio Monje, condenado en 2015 por apuñalar a un colectivero y detenido este mismo año por robar a un joven con discapacidad, fue nuevamente aprehendido tras sustraer mercadería de la estación de combustibles de San Martíin y Pellegrini. Sergio Alejandro Monje, un sujeto con un extenso historial delictivo y reiteradas detenciones por hechos violentos, volvió a ser aprehendido este martes 15 de julio tras protagonizar un nuevo robo en una estación de servicio ubicada en la intersección de las calles San Martín y Pellegrini. El hecho ocurrió alrededor de las 15 cuando dos hombres sustrajeron diversos productos del autoservicio y huyeron a pie en dirección a Chacra II. A partir de las descripciones aportadas, efectivos de la Comisaría Tercera lograron interceptar a los sospechosos en inmediaciones de la calle Prefectura Naval al 100. Uno de ellos —Monje— llevaba envases de aceite ocultos en el interior de su campera, a simple vista visibles. El sujeto fue detenido junto a Sebastián Valdez, de 34 años y ambos quedaron a disposición del fiscal de turno por el delito de hurto. Cabe destacarse que Monje, de 30 años, ya había sido noticia este mismo año cuando fue detenido por sustraerle el celular a un joven con discapacidad en la vía pública, junto a otros dos individuos. Aquel hecho ocurrió el 5 de marzo en la Plaza Almirante Brown, y generó indignación pública por el nivel de vulnerabilidad de la víctima. Su historial incluye una condena dictada en 2015 por el Tribunal de Juicio Oral, tras haber participado en un brutal asalto en el que apuñaló cinco veces al colectivero Luis Aníbal Ávalos para robarle la recaudación. En aquella oportunidad, fue condenado a 7 años de prisión por el delito de robo agravado por el uso de armas y lesiones graves. El fallo unificó esa pena con otra condena anterior, y los jueces recomendaron al Servicio Penitenciario Provincial un tratamiento intensivo por adicciones. Durante ese proceso, la madre de Monje había manifestado públicamente su esperanza de que su hijo pudiera rehabilitarse en prisión. Diez años después, la realidad la desmiente: Monje ha reincidido en múltiples oportunidades, sin que se observe ningún cambio en su patrón de conducta. Este nuevo episodio, que se suma a una secuencia de delitos cometidos por el mismo individuo, vuelve a poner en evidencia las fallas del sistema penitenciario y judicial, que permite que personas con antecedentes graves recuperen la libertad sin un proceso real y efectivo de reinserción social.
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