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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/07/2025 12:32
Matías Berardi La Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, compuesta por los jueces Carlos Mahiques, Javier Carbajo y Daniel Antonio Petrone, resolvió por mayoría confirmar la condena de Alexa Souto Moyano, la última acusada del crimen de Matías Berardi, el adolescente de 16 años secuestrado y asesinado en 2010. Souto Moyano, que era menor al momento del crimen y fue absuelta en el primer juicio, fue condenada a seis años y ocho meses de prisión en noviembre de 2022, por decisión del Tribunal Oral Federal Nº 3 de San Martín, y luego de ser absuelta en el primer juicio, llevado adelante en 2013. En el segundo debate, la Justicia la consideró coautora del delito de secuestro extorsivo agravado por el empleo de arma de fuego, por tratarse la víctima de un menor de edad y por el número de intervinientes. Desde entonces, cumple prisión domiciliaria, con tobillera electrónica. Matías Berardi fue secuestrado cuando volvía de una fiesta de egresados “Fue un proceso muy largo, doloroso. Nuestros abogados hicieron un gran trabajo, nos apoyaron y la justicia nos escuchó“, dijo María Inés Daveiro, la mamá de Matías, tras conocerse el fallo. “Siempre estuvimos seguros de la participación y la responsabilidad que tuvo Alexa. Por eso seguimos adelante. No por venganza, sino buscando la verdad y la justicia, para honrar la memoria de Matías", expresó y agregó: “Quizás son pocos los años que tiene que cumplir, pero lo importante es que la condena está firme. Tardó, pero se logró”. “Ojalá esto ayude para que ella y su familia empiecen a tener conciencia del daño que hicieron. Hasta ahora nunca se arrepintieron, nunca declararon”, siguió. Y, en ese sentido, cerró: “Matías era un chico lleno de vida. Se la arrebataron sin ningún motivo y de la forma más cruel. Nos da paz a todos sentir que se hizo Justicia”. El momento del veredicto: en la fila superior, la imputada Alexa Souto, y al costado Maria Inés Daverio y Juan Pablo Berardi, padres de la víctima, con una foto de su hijo Durante el juicio, Moyano se había declarado inocente y su defensa pidió su absolución y, subsidiariamente, que, de ser condenada, Souto Moyano recibiera una pena de 3 años de prisión de ejecución condicional. Por su parte, los abogados Eduardo Durañona y Santiago de Jesús —representantes de la familia Berardi— habían requerido una pena de 20 años de cárcel y su inmediata detención por “secuestro extorsivo, seguido de muerte agravado por tratarse la víctima de un menor de 18 años y por la cantidad de partícipes”. Ambas partes recurrieron a la Cámara para revisar el fallo del TOF N°3 con el resultado que hoy se conoce. En su voto, Mahiques consideró que la sentencia condenatoria carecía de fundamentación suficiente y que la prueba indiciaria no alcanzaba para sostener la responsabilidad penal de Souto Moyano. El juez sostuvo que la valoración de la prueba por parte del tribunal de juicio fue arbitraria, ya que seleccionó de manera infundada el material probatorio y descartó elementos que podían contradecir la hipótesis acusatoria. Destacó que la presencia de Souto Moyano en la casa familiar durante parte del día no constituía un indicio suficiente de participación en el secuestro, y que los registros escolares y testimonios acreditaban su presencia en la escuela durante el horario clave. El juez señaló que la sentencia condenatoria se basó en una hipótesis no corroborada por pruebas contundentes, y que la presunción de inocencia y el principio in dubio pro reo debían operar en favor de la imputada. Propuso absolver a Souto Moyano. Sin embargo, Carbajo sostuvo la validez de la condena y la suficiencia de la prueba para acreditar la coautoría en el secuestro. El camarista consideró que la prueba reunida acreditaba la presencia y el rol de Souto Moyano en la vigilancia y custodia de la víctima durante el cautiverio, en el marco de una actuación coordinada con otros miembros de su familia. Petrone votó en el mismo sentido y, de esta manera, la pena fue confirmada. El primer juicio En 2013, la Justicia condenó a 10 personas por el hecho, entre ellos los padres de Alexa (Télam) En el primer juicio de 2013, el TOF N.° 3 de San Martín condenó a prisión perpetua al herrero Richard Souto -padre de Alexa- y a Néstor Maidana, Damián Sack, Gabriel Figueroa y Gonzalo Álvarez. También a penas de 24 años de prisión a Ana Moyano-madre de Alexia-; a 17 años de cárcel a Jennifer Souto Moyano; a 19 a Celeste Moyano; a 21 a Federico Maidana y a 18 a Elías Vivas. Sin embargo, los jueces de ese proceso consideraron que la investigación no había podido probar que Alexia Souto Moyano haya estado en el galpón donde estuvo cautiva la víctima, por lo que la absolvieron, aunque en 2016 esa decisión fue revocada. El caso Matías Berardi era el mayor de cuatro hermanos y cursaba el quinto año del colegio Saint George de Escobar cuando fue secuestrado. Ocurrió el lunes 27 de septiembre de 2010, cerca de las 21.30, cuando Matías salió de su casa en la localidad de Ingeniero Maschwitz y tomó un colectivo para encontrarse con un grupo de jóvenes con los que viajó hasta Capital Federal para festejar el cumpleaños de un amigo en una fiesta de egresados en el boliche Pacha. En la madrugada del martes 28, Matías bajó de una combi en el cruce de Panamericana y Ruta 26 para volver a su casa. En algún momento entre las 5.45 y las 6.10 fue raptado por una banda liderada por el herrero Richard Fabián Souto. Desde ese momento lo mantuvieron cautivo en una vivienda de la avenida Sarmiento 407 de Benavídez, en el partido de Tigre, desde donde se realizaron al menos 8 llamados extorsivos a sus padres para exigirles un rescate de $1.000, que luego ascendió hasta los $30.000. Pero tras pasar 14 horas cautivo, a las 19.20 del martes, el adolescente logró saltar una reja y escapar hacia el parque de la herrería. Matías salió a la calle y pidió ayuda entre los vecinos. No le creyeron. La banda salió a buscarlo y lo recapturó en las puertas del cementerio de Benavídez. Minutos más tarde, a las 20.38, se dio la última llamada por parte de los secuestradores, que le preguntaron a la familia de la víctima si tenían el dinero que les habían exigido. Del otro lado del teléfono les respondieron que habían recolectado $6.000, ante lo cual cortaron. En algún momento de la madrugada del día siguiente, Matías fue trasladado a un descampado en Campana, donde los asesinos le dispararon por la espalda con una pistola 11.25. La bala ingresó por el omóplato derecho y le ocasionó la muerte en el acto. El cuerpo del joven fue encontrado horas después.
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