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Gualeguaychu » Reporte2820
Fecha: 16/07/2025 00:47
Comienzo este espacio dándomela de psicólogo (juro que no lo soy) para hablar de la no tan bien ponderada costumbre de “echarle la culpa al otro”. Quizás como los denominados “mecanismos de defensa”, considerados como “estrategias psicológicas, que las personas utilizan para protegerse de la ansiedad, el estrés y el dolor emocional. Si bien son útiles para manejar situaciones difíciles a corto plazo, un uso excesivo o inapropiado puede llevar a problemas psicológicos”. Todos sabemos que “echarle culpa al otro” significa atribuir la responsabilidad de un error, problema o falla a otra persona, en lugar de asumir la propia responsabilidad”. Vocero Al parecer es una modalidad que parece ser costumbre en la gestión municipal de Davico, de la cual se hace eco el secretario amigo (como amigablemente llamo a Luciano “Lucho” Garro) una especie de “El Brujo”. ¿Se acuerdan? Allá por los 70. Se llamaba José y hacías las veces de “Monje Negro” de Isabelita, cuyo nombre de pila era Isabel Martínez viuda de Perón y que accediera al cargo de presidenta de la Nación tras la muerte de su marido. Si claro, quien no recuerda a José López Rega. Pero en el caso que nos compete –el local obvio- muestra a un Luciano bastante diferente al joven periodista conductor de tantas tardes cómicas y risueñas por una radio local, justo enfrente de la terminal de ómnibus o cuando salía los lunes a la noche por el hoy canal de cable local “Somos Gualeguaychú”. En ambos casos buscando y hurgueteando en cosas y causas que se nota, hoy le molestan y mucho. No hay 2 sin Uno) En la defensa de la bajada y/o no colocación del tanque de agua en el denominado “parque seco”, salió a pegarle a la gestión municipal anterior de Esteban Piaggio, tuvo que renunciar un secretario de la gestión y la justicia le dio la espalda. Dos) Luego el caso Lesik. Todos deben acordarse del edil que Davico quiso expulsar del Concejo Deliberante y tras el fracaso Garro culpó a “los Benedetti” en alusión a los hermanos Atilio y Jaime, con el condimento de una supuesta alianza “con Guillermo Michel”. Tres) Y como no hay dos sin tres, ahora volvió a brindar expresiones públicas, -en la misma radio que supo divertirnos todas las tardes-, ahora en contra de las declaraciones del presidente del Superior Tribunal de Justicia de la provincia, Leonardo Portela, quien había “hozado” opinar sobre la resurgida causa judicial (raro no?) del intendente local en la que se solicitaba que no podía ser candidato en Gualeguaychú hace un año y medio. En esta ocasión, Garro le echó la culpa al juez Portela “lo que dijo es una payasada”, agregando que fue “mandado por Guillermo Michel” y no dudó en manifestar que se trata de una “opereta” en contra de “Palito”. Se lo notó algo alterado al secretario amigo y quienes lo conocen cuentan que “Lucho es así”, que ese “es su estado natural”, ojalá nunca me cruce con él en “estado alterado”. Teorías Más allá de las acciones y el lógico mecanismo que la gestión quiere utilizar para defender al presidente municipal, cabe preguntarse cuál es la razón de reflotar esa causa en contra de “Palito”, sobre todo con los hechos consumados ya que ganó legítimamente las elecciones del 2023, momento en el cual la justicia entrerriana no actuó, es decir no se expresó y no dictó un sí o un no, solamente la Junta Electoral (que no es justicia para este tipo de casos) y ahora desde los tribunales paranaenses y de la Procuraduría entrerriana vuelven a poner en el tapete. Justo cuando a Davico lo postulan como candidato a legislador nacional por Entre Ríos, algo que parece, le cae “como anillo al dedo” en caso de que la causa siga su curso. Parece una joda de Tinelli: mirá si le dicen “Señor Davico usted ya no es más el intendente”. ¿Qué debe hacer, renunciar? Algo que nadie debe saber a esta altura de las circunstancias. ¿Y si es una “opereta” (parafraseando a Garro) de la propia gestión? Porque se ha visto en medios de poca monta como insisten con el tema. Típico movimiento “opereta”. Cabe como reflexión final que no es bueno adoptar los mismos métodos que Milei utiliza, Adorni mediante. Ese de denostar al otro, que si te sale algo mal o el periodismo no está de acuerdo o la gente no quiere, se opte por “castigar” ante un paso mal dado. Davico y compañía. O Garro y compañía, Michel o los Benedetti (y a quien le quepa): por favor estamos en Gualeguaychú. Bernardo dei Maquiavelli [email protected]
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