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» Diario Cordoba
Fecha: 13/07/2025 12:10
Si paseamos por la avenida República Dominicana de Palma del Río nos toparemos con el pabellón deportivo del colegio público Ferrobús, un gran espacio deportivo que desde el exterior llama la atención por su color blanco y una chapa calada con pequeños orificios que deja ver qué ocurre en su interior. El pabellón ha sido galardonado con el 18º Premio de Arquitectura Félix Hernández, que otorga el Colegio Oficial de Arquitectos de Córdoba. Según el jurado, el proyecto arquitectónico del edificio asimila «con naturalidad la preexistencia del solar, resolviendo con sencillez y pulcritud, en un mismo gesto, la imagen urbana y el programa funcional». El proyecto del Pabellón Ferrobús fue concebido por los arquitectos Juan José Baena Martínez, Marta Gómez Martínez y Joanna Ewa Jedrus Cabrera, quienes forman parte del estudio Ova Studio. Para la arquitecta Joanna Ewa Jedrus Cabrera, originaria de Polonia y residente en España desde 2003, «es una motivación muy grande recibir un premio por un trabajo de varios años», porque, según explica, «pasan varios años desde el trabajo del arquitecto y hasta que ves el fruto final. Motiva mucho para seguir, vamos por un buen camino». El pabellón no solo ha recibido este reconocimiento, anteriormente fue seleccionado para los premios nacionales por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España y fue finalista en la sección de Acción Pública de los premios nacionales del Ministerio de Vivienda. Además, está inscrito en el catálogo de arquitectura sostenible a nivel español. El cambio que experimentó este espacio fue muy significativo para la ciudad de Palma del Río. Primero solo existía un solar, con una pista deportiva al aire libre. Luego se levantó una estructura a modo de cubierta, inicialmente destinada para placas fotovoltaicas para los edificios públicos adyacentes. El desafío de los arquitectos fue revestir esta estructura para convertirla en un espacio multifuncional: deportivo, cultural y adaptable a cualquier actividad. La elección de materiales y el diseño se enfocaron en la sostenibilidad, la eficiencia y la integración con el entorno urbano. Como indica la arquitecta Joanna Ewa, «se usaron soluciones prefabricadas y mecanizadas con un guiño a la cerámica que también hay aquí», en referencia a la existencia del taller de Barro de Palma. Todo para cerrar un espacio de 20 metros de fachada y 40 de largo. «se usó el blanco para reflejar la luz, evocando una estética limpia y elegante propia de Andalucía». La envolvente del edificio combina cerámica esmaltada, policarbonato y chapa microperforada, contribuyendo a la eficiencia térmica y acústica, y priorizando la entrada de luz natural y ventilación. Este pabellón no solo alberga la actividad deportiva de los niños del colegio Ferrobús, ya que las instalaciones también están al servicio del barrio del V Centenario de la ciudad. Precisamente la transformación del pabellón permitió crear un espacio comunitario versátil y sostenible donde se fomenta la participación.
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