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Parana » Informe Digital
Fecha: 12/07/2025 08:08
Era cuestión de tiempo. En algún momento, la acumulación de maltratos que el Presidente dispensa a todos rompería el dique de contención construido—dependiendo del caso—con prudencia, responsabilidad, cálculo, interés y, hasta cierto punto, miedo. Sin embargo, todo tiene un límite. Aún no se ha llegado a ese punto, aunque lo ocurrido la noche del jueves en el Senado representa una señal importante. Con la reciente asunción de Milei como Presidente, Pepe Albistur publicó un video que generó críticas. Sentado en la playa, como si presenciara una película, decía: “es tiempo de calma, de reflexión y, sobre todo, de pochoclo; no nos quedemos sin pochoclo. Esto es Semana Santa; no sabemos si cae en marzo o en abril”. Hoy en día, tampoco estarían dadas las condiciones para que un video así fuera aceptable, ni para tomar con alegría la finalización anticipada de un presidente constitucional. Sin embargo, crece la sospecha de que algo irracional amenaza el funcionamiento del Gobierno. Quien califica de ratas a los legisladores, de golpistas a los gobernadores, ofende a sus aliados y llama traidora a su vicepresidenta, tarde o temprano cosechará lo que siembra. Lo más desconcertante es que esta serie de adversarios no es resultado de conflictos ineludibles o costos necesarios a pagar por beneficios superiores, sino de daños autoinfligidos. La historia muestra como máximo exponente del poder autodestructivo a Nerón, el emperador romano que gobernó durante 14 años al comienzo de la era cristiana, quien perdió el poder tras una rebelión fiscal de los gobernadores de lo que hoy sería Francia y España, generada casualmente por el conflicto sobre la distribución de los impuestos locales con Roma. Nerón es más conocido por el gran incendio de Roma, ya que, aunque no está históricamente comprobado, se le considera responsable de la destrucción de la ciudad porque quería reconstruirla a su antojo; y así quedó como mito el relato de Nerón tocando la lira desde una colina mientras disfrutaba del incendio de la capital de su imperio. Más allá de la anécdota de que a Nerón también le gustaba cantar en público, cualquier comparación histórica con Milei resulta exagerada. Sin embargo, permite reflexionar sobre cómo el carácter del gobernante, más allá de sus políticas concretas, influye en los pronósticos políticos y, fundamentalmente, materiales, dado que la economía es una administradora de expectativas. Por ejemplo: el riesgo país de Argentina es aproximadamente el doble que el que tenía Macri a los mismos 19 meses de gobierno, también con Luis Caputo y Federico Sturzenegger al frente de las áreas económicas, siendo que Milei cuenta con un superávit fiscal que Macri carecía. Aunque son momentos distintos para Argentina y el mundo, es indudable que hay un “riesgo Milei”. Otro ejemplo es el muy modesto resultado en inversiones con el RIGI, a un año de haber sido aprobado, o las incumplidas expectativas del ministro de Economía sobre el “dólar colchón”. Señales que indican que tanto los grandes inversores como, en menor medida, los consumidores, a pesar de estar a favor de la racionalidad económica, desconfían de la capacidad del Gobierno para resolver los conflictos que se le vayan presentando, desescalando el “estrés económico” en lugar de aumentarlo. Aun independientemente del resultado de las elecciones, hay quienes especulan sobre las posibilidades de que Milei exacerbe su temperamento. Tras los resultados de octubre, tanto si pierde porque se sienta acorralado y aumente su desconfianza hacia todos los actores, como si gana y el empoderamiento del triunfo le hiciera perder la noción de los límites y creerse todopoderoso, podría llevar a un aumento de tensiones. En cualquiera de los casos, desde distintos sectores se esperan cambios para después de las elecciones, tanto en el orden económico y cambiario como en el político. Se analizan modificaciones en el Gabinete, y quizás el efusivo elogio que Milei dedicó a Guillermo Francos en su discurso en la Bolsa durante el jueves negro busque disipar las versiones sobre la posible salida del jefe de Gabinete en diciembre próximo. Retomando a Albistur y sus pochoclos, no se puede entender la animosidad de Milei hacia Victoria Villarruel si no es porque el Presidente cree que su vicepresidenta anhela sucederlo, imaginando que él no terminará su mandato. La periodista de investigación Emilia Delfino acaba de publicar el libro La Generala, una biografía no autorizada de la vicepresidenta, del cual PERFIL publicó un capítulo el domingo pasado. En una entrevista, Emilia Delfino afirmó que “Russo (actual director General del Cuerpo de Asesores del Senado, designado por la vicepresidenta Victoria Villarruel en mayo de 2025) cree que Milei no llegará a cumplir su mandato. Hay un ambiente conspirativo alrededor de Villarruel. Lo llamativo es que, en las últimas semanas, la trae de vuelta a Rucci (Claudia Rucci, hija del sindicalista peronista asesinado por Montoneros) al equipo para construir políticamente desde el peronismo”. Los mismos dos tercios que sobraron en el Senado para aprobar las leyes contrarias al Gobierno este jueves son los necesarios para llevar a cabo la destitución de un presidente por juicio político. La Cámara de Diputados actúa como acusadora, pero el Senado es quien juzga y decide. La preocupación del Presidente por un eventual juicio político también se evidenció hace ya un año cuando Karina Milei ordenó desconocer a Marcela Pagano como presidenta de la Comisión de Juicio Político en Diputados. El presidente de la Cámara, Martín Menem, no solo levantó la sesión que iba a confirmar las autoridades designadas en la Comisión, sino que también destituyó a Oscar Zago como jefe de la bancada libertaria por haber promovido a Marcela Pagano para ocupar la presidencia de dicha Comisión. El “Riesgo Milei” tiene doble vía: el riesgo propio de Milei en sus funciones y el riesgo que él representa para terceros al frente del Poder Ejecutivo.
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