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» tn24
Fecha: 08/07/2025 17:15
Una investigación liderada por expertas en derecho y género concluyó que los abusos sexuales fueron una táctica deliberada y organizada por los atacantes. Buscan que se reconozcan como crímenes de lesa humanidad. Nueve meses después del brutal ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, un nuevo informe publicado por un grupo de juristas y especialistas en género volvió a poner el foco en una de las dimensiones más estremecedoras del hecho: el uso sistemático de violencia sexual como arma de guerra. El documento, elaborado por el Proyecto Dinah, recopila evidencia de abusos sexuales ocurridos en al menos seis lugares distintos, entre ellos el festival de música Nova, bases militares y kibutz israelíes. Según la investigación, estas agresiones no fueron hechos aislados ni espontáneos, sino parte de una estrategia planificada por Hamas para deshumanizar a las víctimas y a toda la sociedad israelí. Crímenes planificados, no excesos Entre las autoras del informe se encuentran figuras reconocidas como la profesora Ruth Halperin-Kaddari, la coronel Sharon Zagagi-Pinhas y la jueza Nava Ben-Or. El documento asegura que las agresiones sexuales durante los ataques incluyeron violaciones, tortura sexual, violencia grupal y amenazas, tanto durante los secuestros como en el transcurso de los asaltos. “Estos crímenes no fueron producto del caos, sino una herramienta deliberada de terror”, afirman las investigadoras, que además proponen revisar los métodos con los que el derecho internacional aborda y sanciona este tipo de delitos en conflictos armados. Uno de los puntos centrales del informe es el llamado a adoptar nuevos estándares probatorios, debido a que muchas víctimas fueron asesinadas o están tan traumatizadas que no pueden declarar. Por eso, proponen incorporar como prueba válida los testimonios indirectos, informes de socorristas, imágenes y el contexto general del ataque. Rehenes, abuso y silencio El informe también incluye el testimonio de 15 personas que estuvieron secuestradas por Hamas, y documenta casos de desnudez forzada, acoso sexual, amenazas y violencia de género, incluso contra hombres. En muchos casos, según se señala, el abuso fue tan severo que las víctimas no sobrevivieron, o quedaron con secuelas profundas. Además, remarcan que estos hechos no deben relativizarse en función del contexto del conflicto, y que los abusos sexuales nunca pueden ser considerados aceptables o comprensibles en una guerra. El objetivo: verdad y justicia Las autoras insisten en que el reconocimiento judicial de estos crímenes no debe limitarse a la sanción de los responsables, sino que debe contribuir a reparar el daño, establecer una verdad histórica y prevenir futuras atrocidades. La Corte Penal Internacional ya emitió una orden de captura contra Mohammed Deif, líder de las Brigadas al-Qassam, acusándolo de crímenes sexuales como delitos de guerra y de lesa humanidad. El informe del Proyecto Dinah se suma así a otros pronunciamientos internacionales, como los informes de la ONU publicados en marzo y abril, que también detectaron patrones de violencia sexual durante el ataque. El trabajo apunta a cerrar vacíos que quedaron en esas investigaciones y a reforzar la legitimidad de los testimonios y las pruebas alternativas, en contextos donde las víctimas han sido sistemáticamente silenciadas.
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