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  • De Tres Capones a La Rural: la yerba Sol y Lluvia expone en Caminos y Sabores – MisionesOpina

    » Misionesopina

    Fecha: 03/07/2025 21:37

    “Esta es una gran vidriera donde podemos mostrar y vender nuestro producto al país”, dije con orgullo Fabián Pawluk, gerente de Sol y Lluvia, la empresa familiar de Tres Capones que, por segundo año consecutivo, participa en la feria Caminos y Sabores en La Rural de Buenos Aires. Invitados por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), y compartiendo espacio con más de 30 emprendimientos yerbateros, Pawluk y su equipo despliegan su producción con identidad misionera. “Acá vienen productores de todo el país a mostrar lo que hacen. Es una gran vidriera para quienes estamos creciendo y queremos que nuestra marca se conozca”, agregó. La feria, que se extiende hasta el domingo, es una oportunidad única para quienes, como Sol y Lluvia, llevan décadas trabajando en silencio desde el interior profundo de Misiones, apostando al esfuerzo, la calidad y el arraigo. Y es que esta marca no nació en una oficina porteña con diseño de marketing. Nació en la chacra, con trabajo familiar, perseverancia y decisiones firmes. Hoy, treinta años después de haber iniciado su camino, Sol y Lluvia es un ejemplo inspirador de cómo los pequeños productores pueden dar el salto y convertirse en industriales sin renunciar a su escala, ni a sus valores. De Tres Capones al corazón del consumidor Cuando en 1990 Luis Felipe y María Isabel Pawluk decidieron construir su propio molino en Tres Capones, la Argentina se debatía en una de sus tantas crisis económicas. La convertibilidad aún no existía y la yerba, como tantas otras producciones regionales, sufría los vaivenes de precios bajos y concentración industrial. Con un crédito del Banco Nación, los Pawluk compraron las primeras máquinas y encargaron los envases a la firma Envasando, de Alem. Así nació Sol y Lluvia. La primera carga de paquetes la llevó Fabián, el hijo mayor, a Posadas. “Papá me dijo ‘no la vendas barato, porque cuesta mucho hacer algo de calidad’. Fui con esa idea y no volví hasta vender todo”, recordó. Desde entonces, no pararon. La marca creció a paso firme, sin desesperarse por expandirse a cualquier precio. Su diferencial es el proceso de secado barbacuá, un método artesanal que le da un sabor especial y distingue a la marca. La hoja permanece entre 28 y 34 horas en el secadero y luego es estacionada entre 12 y 18 meses. “La clave está en el sabor, y el sabor está en el tiempo”, resume Fabián. El paquete, además, es un guiño visual al campo misionero: colinas verdes, gotas de lluvia y un sol naciente que invita al ritual del mate. Un diseño cuidado, simple, y profundamente simbólico. Y así, con el paso de los años, Sol y Lluvia se convirtió en una marca querida y respetada, especialmente en Posadas, donde hizo su nicho y se posicionó por calidad antes que por cantidad. “Hay que atender siempre bien a La Placita”, dice Fabián, recordando que fue en ese tradicional paseo de ventas posadeño donde vendieron sus primeros paquetes. Misiones en Caminos y Sabores Sol y Lluvia forma parte de un contingente de más de 15 yerbateras misioneras que desembarcaron en Buenos Aires para participar de la reconocida feria Caminos y Sabores, que se realiza en La Rural de Palermo desde el jueves 3 hasta el domingo 6 de julio. La provincia tiene un espacio destacado en el Pabellón Azul, donde convergen emprendimientos gastronómicos, turísticos y agroindustriales con fuerte identidad local. Durante los cuatro días se desarrollarán rondas de negocios, presentaciones gastronómicas y degustaciones. La participación misionera cuenta con el apoyo del Ministerio de Industria provincial y del INYM. Entre las marcas yerbateras presentes, además de Sol y Lluvia, se destacan Las Tunas, Flor de Jardín, Progreso, Kalena, Dulce Beso, Lapacho Rosa, Don Julián, Aguantadora, Kraus, Zapecá, Hija de la Selva, Mate Rojo, Piporé, Playadito, Cachamate, Federal, Más Sabor, Reserva de Misiones, entre otras. La feria también será escenario de actividades culturales, como el lanzamiento de la temporada turística de invierno y demostraciones en vivo de cocina regional. La historia de Sol y Lluvia demuestra que los pequeños productores también pueden ocupar un lugar en el mapa yerbatero argentino. No sólo con esfuerzo, sino con una visión clara: hacer bien lo que saben hacer, sin perder de vista su origen. En cada paquete de Sol y Lluvia hay trabajo familiar, saber artesanal, respeto por el consumidor y una lección empresarial que vale oro: no hace falta ser gigante para ser grande. Basta con creer en lo que se produce, cuidarlo con esmero y salir a mostrarlo al mundo, como hoy lo hacen en La Rural. Un buen mate con Sol y Lluvia no es solo sabor: es historia, es identidad misionera, y es también una celebración de lo posible.

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