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Parana » El Once Digital
Fecha: 01/07/2025 07:30
Lucila Carrizo tiene 25 años y a fines de mayo fue trasplantada de corazón tras una larga espera que muchas veces necesitó cadena de oración y ayuda. Hoy, desde su casa, agradece cada gesto de la comunidad y, sobre todo, a la familia donante que le dio otra oportunidad. La joven se encuentra en plena etapa de recuperación y aún debe mantener cuidados que no le permiten llevar una vida normal. En su habitación y conviviendo solo con la familia más cercana, recordó el tiempo pasado y su lucha que nació a partir de un embarazo. “Mi bebé nació muerto a los siete meses, mi parto fue un salvajismo y después de eso yo nunca me recuperé. Al mes más o menos comenzaron las complicaciones y tras el diagnóstico supe que mi única esperanza de vida era un trasplante de corazón. Desde principios de 2024 no volví más a Gualeguaychú y los meses de internación tuvieron de todo”, recuerda la joven, repasando todas las complicaciones que surgieron, los momentos de angustia y llanto por las noches y las necesidades económicas. Lucila no sabe si podrá concretar el sueño de ser mamá, pero junto a su marido no pierden la esperanza ni tampoco rechazan la posibilidad de adopción “voy a adoptar un jardín de infantes, quiero muchos niños”, dice y se ríe, entendiendo que todo es muy reciente y que el tiempo lo dirá. “Hubo tanta gente que sostuvo y ayudó, agradezco mucho a cada persona que lo hizo”, dice Lucila y relata la emoción vivida junto a su médica, cuando llegó el tan ansiado corazón. Fue el 27 de mayo de 2025 y para ella será una fecha inolvidable. “Todo salió tan bien, el equipo de trasplante venía a visitarme porque no podían creer que a las tres horas yo estuviera despierta, queriendo hablar”, relata y se emociona al recordar también que días después sintió “mucha angustia, no sé porque, pensaba en mi donante, en la familia que había donado para que yo pudiera vivir. Sentía que no podía festejar porque ellos seguramente tenían mucho dolor por perder a un ser querido. Por eso voy a honrar la vida y el corazón de esa persona, voy a mostrarle paisajes y darle mucho amor”. Tras ello remarcó: “Quiero que se hable mucho de trasplantes, que todos los que están esperando un órgano tengan esa posibilidad de vida. Hay muchos bebés, niños, esperando y es muy triste”. “Cuando uno fallece el cuerpo se va, se convierte en polvo y los órganos pueden salvar muchas vidas. El día de mi trasplante también hubo otras personas que recibieron los órganos que estaban esperando, se salvaron muchas vidas a partir de la decisión altruista de esa familia que perdió a un ser querido. Es muy importante este gran acto de amor en medio de tanto dolor”, expresó a Radio Máxima.
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