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  • Alessandro Pierini, un encuentro casual y una historia para siempre en el Córdoba CF

    » Diario Cordoba

    Fecha: 29/06/2025 07:06

    Su presencia en el Córdoba CF fue una maravillosa anomalía. Que un futbolista de sólida reputación en Italia, internacional absoluto con su país, siempre en clubes de élite (Udinese, Fiorentina, Parma), llegara al blanquiverde a mediados de la primera década del siglo resultaba milagroso. Que lo hiciera, además, en medio de una situación dantesca -el club era colista destacadísimo de Segunda en el invierno de 2004- convertía el episodio en algo paranormal. Alessandro Pierini (Viareggio, 1973) fichó en El Arcángel por un pálpito, una apuesta o quién sabe por qué. Queda bien pensar que el destino le tenía reservado un plan: convertirlo en el idolo del cordobesismo. Presentación del italiano Alessandro Pierini como jugador del Córdoba CF en 2005. / Juan Vacas El proceso del fichaje fue el prólogo a una relación de pasión infinita. Un argentino recién llegado al Córdoba, Cristian Álvarez, lo llamó por teléfono. "¿Que me vaya para allá? ¿Pero qué me estás contando? ¿Al Córdoba? ¿Que va el último?”. Pierini no daba crédito a lo que le contaba Cristian, ex compañero suyo en las filas del Racing de Santander. En el mercado invernal, el equipo iba loco. Había consumido ya tres entrenadores y era protagonista del arranque más cochambroso que jamás se hubiera visto: 6 puntos sobre 54 posibles. Un horror. Pero el bonaerense le insistía: "Vente, Tano. Están armando el equipo. ¡Nos vamos a salvar!". Pierini contra Riqueme en un Racing-Villarreal. / Efe La llamada, repleta de argumentos pasionales y sin un atisbo de lógica, no terminaba de convencer a un Pierini que no era ni mucho menos titular en la escuadra de El Sardinero. El granadino Lucas Alcaraz, responsable en el equipo cántabro, sólo recurría a él cuando no tenía más remedio. Pocas veces. La verdad es que no le iban las cosas demasiado bien... Pero era Primera División. “Si ganamos los dos próximos partidos, ¿te vendrías?”, le soltó como anzuelo Cristian. Y el defensa toscano, quizás por zafarse de la presión verbal, le dijo lo que le dijo: “Sí”. El Córdoba ganó en el Nuevo Zorrilla de Valladolid por 0-1. Gol de Cristian Álvarez. A la semana siguiente, doblegó al Tenerife por 2-0. También marcó el argentino. Cuando volvieron a llamar a Pierini ya había un argumento de peso sobre la mesa. El Córdoba quería al italiano para emprender una cruzada heroica: la mayor remontada para la salvación en toda la historia del fútbol profesional en España. A Pierini le ofrecieron un buen contrato y un desafío deportivo de primera magnitud. Y se enganchó. ¿Qué ocurrió? El Córdoba CF no se salvó. Estuvo a punto. Bajó a Segunda B en la penúltima jornada, perdiendo en El Arcángel ante el Valladolid (3-4). El estadio estaba lleno, los jugadores dieron una vuelta de honor... Habían hecho eso tan difícil que es bajar de división y ganar categoría. Pierini se enamoró de toda esa escenografía, descontrolada y visceral. Su cara estuvo en el legendario cartel -"Nos quedamos por ti", decía- con el que el Córdoba CF encaró la siguiente campaña de socios en Segunda B, un paseo por el infierno que el Tano aceptó como desafío. Pierini en una concentración del Córdoba CF en Isla Canela en 2007. / Sánchez Moreno Dejó su sello en escenarios de tercera fila, marcó un gol extraordinario para abrir las puertas del retorno -un cabezazo imperial para hacer el 1-0 ante el Huesca en la ida de la final del play off- y se erigió en líder del vestuario en tiempos convulsos. En 2009 salió al césped para realizar la foto oficial del club con una careta del presidente por entonces, Salinas, que no compareció en el acto y al que los representantes de la plantilla reclamaban sin éxito para una reunión. Pierini tenía carisma y en el campo era un ejemplo. Pierini, con una careta del presidente del Córdoba CF en un acto oficial en El Arcángel. / Larrea El central toscano permaneció en el club blanquiverde durante cinco temporadas consecutivas, hasta el día de su retirada como jugador. Fue un ídolo para los aficionados, lució los galones de capitán en el día de su adiós y dejó grabado su nombre como el extranjero con mayor impacto en la era moderna de la entidad. En la última campaña como futbolista en activo quedó demostrado de qué pasta estaba hecho El Tano. Con 35 años cumplidos, fue titular indiscutible en Segunda División y actuó en 39 de las 42 jornadas. Marcó, además, seis goles. Los mejores números de toda su carrera profesional. Su entrenador por entonces era Lucas Alcaraz, precisamente aquel que tuvo en el Racing de Santander y que en su día le abrió la puerta para que se marchara al Córdoba. Pierini aclamado por los aficionados en el estadio El Alcoraz tras el ascenso a Segunda División en 2007. / A.J. González Y ahora... Pierini entró en el gremio de los entrenadores en el Córdoba. Fue segundo de Alcaraz y luego estuvo en el filial. Lo intentó también en el Ronda. Volvió a Italia y allí estuvo en modestos como el Camaiore, Viareggio, Fezzanese, Trapani y los juveniles del Spezia hasta que la pandemia le hizo, como a tantos, replantearse la vida y dar un giro. Ya entró en el mundo empresarial con dos clínicas dentales franquiciadas en España, pero su gran proyecto estaba en su localidad natal, en el emblemático paseo marítimo de Viareggio. Se llama Fanatiko. «He estado en el sector desde niño, porque era camarero de temporada. Después, mi madre se convirtió en dueña de Fanatiko, un local muy popular en Viareggio, donde se puede comer, bailar y dejar las preocupaciones en casa. Hay mucho trabajo, pero disfruto de las relaciones interpersonales. Soy propietario de una sociedad unipersonal de responsabilidad limitada; el ritmo es muy ajustado, pero estoy contento porque veo que la gente está contenta con nosotros y eso me gratifica», explicaba en una entrevista en el digital Quotidiano Sportivo. Sigue vinculado al fútbol, pero desde otro prisma. "Lo sigo, pero ya no es mío, nuestro fútbol de los 90 y principios de los 2000", dice Alessandro, que tiene a su hijo Nicholas en plena carrera. Muchos cordobesistas recuerdan a aquel niño que jugaba en los prebenjamines blanquiverdes. Ahora es un profesional que tras vestir las camisetas del Spezia, Cosenza, Ascoli, Módena, Cesena y Venecia actúa como extremo en el Sassuolo, de la Serie B, con el que ha puesto su firma a 10 goles en la última campaña. Suscríbete para seguir leyendo

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