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» TN corrientes
Fecha: 21/06/2025 22:05
Economía Bóvedas hasta el techo, un sistema que no alcanza y el caso de Brasil: por qué el BCRA estudia quemar billetes Sábado, 21 de junio de 2025 El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, se asesoró con el país vecino para incinerar papel moneda fuera de circulación. Es porque el ritmo de destrucción actual no es suficiente. "En serio, estamos trabajando en la posibilidad de quemar billetes". La revelación de Santiago Bausili, presidente del Banco Central, llegó cerca de la medianoche de viernes, hace dos semanas en el streaming Carajo, flanqueado por el ministro de Economía, Luis Caputo y José Luis Daza, secretario de Política Económica. Explicó que el sistema tradicional no daba abasto para destruir los papeles moneda fuera de circulación. “Los billetes tienen una vida útil, después de que los pasas por una x cantidad de manos, se destruyen, no se hace legibles por el cajero automático, cuando los vas a depositar no entran, tenés que hacer la cola... Entonces ahí ya no sirven más. Cuando no sirven más hay que destruirlos”, afirmó Bausili ante la mirada del Gordo Dan y los integrantes del equipo económico. De hecho, el Banco Central tiene estudiado el promedio de vida útil de los pesos, que suele estar vinculado con su denominación. “Los valores de vida útil se relacionan con las condiciones locales de uso (mayor o menor circulación, clima local/regional, tipo de uso al que son sometidos los billetes, etc.). En general, las denominaciones medias tienen una durabilidad de entre 20 y 30 meses y las altas entre 30 y 40”, indicaron fuentes de la entidad a Clarín. En comparación, un análisis de la Reserva Federal de Estados Unidos concluyó que los billetes de US$5 –los que se usan más comúnmente para las transacciones – son los que menos duran (4,7 años en promedio); mientras que en el otro extremo, los de US$100 pueden alcanzar los 22,9 años. Si bien los billetes de $10.000 y $20.000 que llegaron a la calle en 2024 –ahora importados de China, porque desde octubre pasado ya no se imprimen en la Casa de la Moneda– ayudaron a reducir una parte de la enorme cantidad de papel moneda, todavía el Banco Central tiene problemas para lidiar con los grandes volúmenes de circulante, como consecuencia de la escalada inflacionaria en el país en 2023 y principios de 2024. Mientras más rápido cambian de manos los billetes, más rápido se desgastan, o se rompen, o se manchan, o tienen accidentes. A fines de mayo, en el país circulaban algo más de 8.737 millones de unidades, o sea, alrededor de 8.000 toneladas de billetes, porque cada billete pesa un gramo. El 43,4% de todo ese papel moneda corresponde a los billetes de $1.000, le siguen los billetes de $2.000 (11,4%); $10.000 (11,2%); $100 (8,8%); $500 (6,6%); $10 (5,4%); $20 (4,5%); $20.000 (3%); $200 (2,9%); y $50 (2,7%). Es decir que en el país actualmente hay 185 billetes per cápita, más que en Estados Unidos (163) o Brasil (36). El volumen se redujo 24% en el último año, desde el récord de 11.859,2 millones en julio de 2024. La circulación de billetes de $500 tuvo una caída de más de 40% en los primeros cinco meses de este año, mientras que los billetes de $1.000 se redujeron en casi 29% (5.311,4 millones en la primera quincena de enero versus 3.776,4 millones en las últimas dos semanas de mayo). En contraste, la circulación de billetes de $20.000 aumentó 129% y los de $10.000, 10% entre enero y mayo. De hecho, son las únicas dos denominaciones cuyo volumen crece, mientras todas las otras bajan. Pero aunque en el último año se han destruido 2.401 millones de billetes, la entidad todavía enfrenta problemas para deshacerse de los ejemplares deteriorados, según explicó Bausili. “Estuvimos hace poco hablando con los colegas de Brasil y ellos ya tienen todo un mecanismo de quema del que vamos a aprender. Le pasamos la inflación al horno”, comentó el titular del BCRA, en tono jocoso. El método brasileño para quemar billetes En Brasil, los bancos comerciales son los encargados de identificar, en base a su estado general, si es necesario retirar un billete de circulación y luego enviarlo al Banco Central, según explica la entidad. Los billetes se juntan en grandes bolsas y cuando alcanzan una cantidad suficiente, son triturados en una máquina especial y convertidos en “ladrillos” de 50.000 reales, con el objetivo de facilitar su transporte. Los ladrillos después se usan como combustible para los hornos de las fábricas de cemento. El Banco Central brasileño comenzó a implementar esta modalidad en 2017 y desde hace tres años que las 10 representaciones de la entidad utilizan este método de "coprocesamiento" para destruir el 100% del papel moneda sin uso. El banco describe este mecanismo como "la práctica más sustentable" en la actualidad: en 2023 se enviaron unas 1.500 toneladas de residuos a las fábricas de cemento y se evitaron 1.965 toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), que se hubieran generado si el papel hubiera terminado en rellenos sanitarios. ¿Cómo funciona el sistema actual del Banco Central? Desde el BCRA le aclararon a Clarín que “en la actualidad no se aplica” esa modalidad de quema del Banco Central de Brasil. Por ahora, los billetes son triturados con “equipos destructores de billetes, que los transforman en viruta (briquetas) y posteriormente son enviados a rellenos sanitarios”, indicaron. Actualmente, los bancos comerciales son los encargados de clasificar los billetes en dos categorías: “buen uso” y “deteriorados”, según cinco niveles de calidad –siendo 1 la mejor y 5 la peor– que establece el BCRA, explican desde un banco de primera línea. Estos niveles se basan en diferentes parámetros como suciedad, manchas, escrituras o inscripciones, quemaduras, esquinas dobladas o faltantes, perforaciones, rasgaduras y cinta adhesiva. En los casos de billetes deteriorados que presentan una superficie que alcance, por lo menos, el 60% del billete completo, es posible canjearlos. El procesamiento se hace a través de máquinas preparadas con un software ad hoc, aunque a veces es necesario hacerlo a mano debido al estado de los billetes. La clasificación también varía según la denominación: no es lo mismo uno de $100 que los de denominaciones altas. Allí intervienen diferentes factores como el tiempo que llevan en circulación y el uso que le da el público, por ejemplo. Una vez hecha la clasificación, los billetes seriamente deteriorados con denominaciones superiores a $1000 deben ser perforados por la entidades bancarias, mientras que los que son de $1000 o menos pueden ser presentados sin perforar al BCRA, en uno de los dos centros de destrucción que tiene la entidad. La perforación debe realizarse por “impacto mecánico y/o rotativo por punzón hueco, en equipos que efectúen todas las perforaciones en un solo paso, debiendo cada agujero poseer no menos de 0,85 cm de diámetro, en una superficie que abarque como mínimo el 60% del billete”, detalla la normativa vigente. Los billetes deteriorados se envían al Banco Central en paquetes termosellados de 1000 unidades del mismo valor familia y diseño, a su vez, separados en diez cientos y con fajas propias. Luego el BCRA procede a su destrucción en los dos centros de Recepción, Atesoramiento y Recuento y Destrucción que tiene: uno en la Ciudad de Buenos Aires y otro en la provincia de Santiago del Estero. No hay información sobre cuánto tiempo puede llevar este proceso. "Es dinámico", explican desde la entidad, "depende del volumen depositado por los bancos y la capacidad de procesamiento del BCRA”, respondieron ante la consulta de Clarín. Tampoco se estima cuántos billetes siguen almacenados a la espera de ser destruidos. El problema de los bancos: bóvedas llenas de billetes El exceso de circulante, sobre todo de una gran parte que caía en desuso, llegó a un punto extremo en 2024. En julio del año pasado, el volumen de billetes alcanzó un récord de 11.859,2 millones. Fue un caos para los bancos, que ya no tenían espacio físico disponible y tuvieron que construir nuevas bóvedas, que se sumó a otros gastos agregados de recuento, traslado y custodia de los billetes. Como le explicaban por esa época, normalmente los billetes en desuso deberían almacenarse en el Tesoro del BCRA, pero como la entidad tampoco tenía suficiente espacio, los bancos guardaban las grandes cantidades de billetes en bóvedas o “sarcófagos”, a la espera de que el Banco Central pudiera recibirlos. Los bancos, a su vez, comenzaron a experimentar tantas "complicaciones en la gestión del efectivo" que las principales asociaciones del sector enviaron al BCRA al menos tres cartas entre diciembre de 2023 y julio de 2024. Ahora, la situación ha mejorado “sensiblemente” y “ya no es de emergencia” , describió la entidad bancaria a Clarín. Especialmente en los últimos cuatro meses, a medida que el BCRA comenzó a retirar los billetes deteriorados y los tesoros de los bancos ya no están tan presionados. “El Central empezó a tomar [billetes] deteriorados, con lo que atajan los flujos, no los stocks”, señalan. “Todavía queda un montón de billetes sin uso en custodia de los bancos, desde hace mucho tiempo y muchísimos billetes que están para destruir. Todas las bóvedas súper llenas de billetes en varios bancos. Que de a poco el regulador también va a tener que destruir en algún momento”. “Lo que logramos es aliviar la situación que teníamos de tesoros hasta el techo de billetes, no cabían más”, explican y agregan: “Persiste una situación a nivel stock pasado (...), pero con el aliciente de que todo el flujo que nos iba a entrar, que ya no teníamos dónde guardarlo, está contemplado por el regulador”, concluyeron. Contra ese remanente, el ritmo actual sigue siendo insuficiente. Por eso Bausili ventiló la opción de quemar billetes. Desde el BCRA luego fueron más cautelosos. "Se están estudiando otras maneras de destruir billetes", dijeron. Sábado, 21 de junio de 2025
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