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  • Miles de hectáreas quedarían sin podar en el Alto Valle

    Rio Negro » Adn Rio Negro

    Fecha: 21/06/2025 10:03

    (ADN).- Los productores frutícolas del Alto Valle suman otro dato desalentador en una mala temporada. La poda está siendo postergada, recortada o directamente cancelada debido a el aumento de costos, el atraso cambiario y la absoluta falta de liquidez en el sector. La poda es una de las tareas culturales clave para garantizar la calidad de la fruta, pero este año, el costo por hectárea creció más de un 50% en pesos respecto al ciclo anterior. Incluso medido en dólares, el incremento es significativo, situándose apenas por debajo de ese mismo porcentaje. En la práctica, se traduce en que para realizar una poda de calidad sobre perales, los productores deben desembolsar más de 1.100 dólares por hectárea. Una cifra que, dadas las condiciones actuales del mercado, se vuelve directamente impagable. Y es que el precio que hoy se paga por la fruta, en particular la pera, está muy por debajo de lo necesario para recuperar esa inversión. «La ecuación es clara: los productores no podrán recuperar el costo de la poda con lo que recibirán una vez que esa fruta llegue a las góndolas», destaca un asesor de explotaciones frutícolas al ser consultado por el suplemento +P del diario La Mañana de Neuquén. El retorno económico es tan bajo que ni siquiera se justifica realizar un trabajo de poda básico, y mucho menos uno meticuloso, como se requeriría para asegurar una producción de alta calidad. Al recorrer las chacras del Valle, se observa un fenómeno creciente: muchas hectáreas directamente no serán podadas este invierno, o se las someterá a podas livianas, de bajo impacto. Es un intento desesperado por ahorrar en costos, pero que indefectiblemente impactará en la calidad de la fruta. La consecuencia de estas podas mínimas es un deterioro en el tamaño, forma y condición de la pera, lo cual se traduce en menor valor comercial y pérdida de competitividad tanto en el mercado interno como en las exportaciones. Este círculo vicioso es devastador: al ahorrar en poda se sacrifica calidad, y al caer la calidad, el precio en góndola también cae, acentuando aún más la crisis. Así, los productores se ven atrapados en una dinámica de deterioro continuo, sin posibilidades reales de cortar con esa tendencia. «Hoy estamos pagando más de 1.100 dólares por hectárea para mantener una poda en una explotación de pera o manzana. Tan solo años atrás ese valor se ubicaba, en promedio en los 400 dólares», remarcó la fuente mostrando el salto de costos reflejado solo en esta tarea cultural. Además, muchas empresas frutícolas comenzaron en esta temporada a devolver las chacras arrendadas, especialmente aquellas de baja productividad o acotada superficie. Esta tendencia no solo evidencia la falta de rentabilidad del negocio, sino también una contracción de la superficie cultivada que podría profundizar consecuencias estructurales de la actividad a futuro.

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