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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 31/05/2025 12:34
A un costado del centro, en la esquina de Rivadavia y 9 de Julio, un edificio con historia se resignifica cada tarde: de las ruinas de la ex Bagley emerge hoy un espacio donde la dignidad se recupera de a poco, noche a noche. Allí funciona el Refugio de Tránsito municipal, un dispositivo que abrió sus puertas en marzo y que ya se ha convertido en un lugar clave para quienes no tienen uno propio. Héctor Senes, director del Departamento de Asistencia Social y responsable de este espacio lo resume con una frase contundente: “Este refugio no es una solución definitiva, pero sí es un umbral. Para muchos, representa un nuevo comienzo”, afirmó a Despertar Entrerriano. Un techo, pero también un abrazo El refugio funciona todos los días desde las 16:00 hasta las 09:00 del día siguiente. Las personas que se acercan —mujeres, hombres, incluso menores acompañados— encuentran allí más que una cama: también una merienda, una cena caliente, ducha, baño y un desayuno antes de salir nuevamente a la calle. “El ingreso es voluntario, no se obliga a nadie. Pero sí se busca acompañar con respeto y contención. Se trabaja desde una perspectiva de derechos humanos, apostando a la autonomía de cada persona”, remarca Senes. A su lado, la Lic. Eloísa Gómez Castro, trabajadora social y coordinadora del espacio, supervisa que todo esté en marcha: la merienda ya está lista, las camas limpias, y el equipo se alista para otra jornada. Contención, no asistencialismo El Refugio está inserto en el organigrama de la Dirección de Asistencia Social, dentro de la Subsecretaría de Desarrollo Social del municipio. Senes subraya que se trata de “una tarea en red”: “No podríamos hacerlo sin la articulación con áreas municipales, provinciales y hasta nacionales. Derivamos casos a salud, a servicios sociales, a programas de empleo y vivienda. No solo damos techo: abrimos puertas”, asegura. Cada ingreso implica una entrevista breve y el alta correspondiente. “Se toma registro de la persona, se busca conocer el motivo por el cual está en situación de calle y se activa un circuito de asistencia integral. Lo importante es comprender que detrás de cada historia hay una biografía compleja, no un simple dato estadístico.” Frío, calle y derechos En temporada de invierno, la necesidad se dispara. “Hemos llegado a albergar a 40 personas en noches de mucho frío”, detalla Senes. En verano, el promedio ronda entre 15 y 25. “Tenemos cupo, pero también flexibilidad. Y en algunos casos extremos, reforzamos el operativo con áreas de emergencia”, explica. Para el funcionario, es fundamental comprender lo que dice la Ley Nacional 27.654, que define con precisión qué significa estar en situación de calle: “No toda persona que duerme en una plaza está en situación de calle. A veces es una decisión transitoria, otras, parte de un ciclo más profundo de exclusión. Por eso, se evalúa cada caso con sensibilidad”. Cómo ayudar o intervenir Ante un caso en la vía pública, el municipio habilita una línea directa: 3454 04-8387 (también vía WhatsApp). Si la persona muestra signos de salud comprometida, se debe llamar al 107. Si hay un comportamiento peligroso o agresivo, al 101. “El refugio no salva, pero acompaña. No cura, pero escucha. Y muchas veces, eso es lo que más falta les hace a quienes viven en los márgenes: que alguien les devuelva el lugar que merecen como sujetos de derecho”, concluye Senes, antes de salir a recorrer las instalaciones. En una ciudad donde el frío cala hondo, la indiferencia puede ser letal. Pero también hay lugares como este, donde el calor humano se vuelve política pública. Fuente: Despertar Entrerriano
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