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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 27/05/2025 02:32
Javier Milei, Karina Milei, Guillermos Francos en una reunión con gobernadores UCR radicales Con Mauricio Macri de viaje por el exterior, Karina Milei terminó ayer por confirmar frente a Cristian Ritondo y Diego Santilli que el Gobierno quiere acordar con la dirigencia del PRO en la provincia de Buenos Aires, que aún faltan resolver detalles sobre el sello y los alcances de ese acuerdo, y que la familia presidencial no está dispuesta a negociar, al menos para octubre, el predominio del color violeta sobre el amarillo. En la cumbre de este lunes en Casa Rosada, la secretaria General de la Presidencia ratificó además que el malestar con Jorge Macri es total y que no se vislumbra por ahora ningún pacto posible con el macrismo de cara a las elecciones nacionales en la capital, que renueva diputados y los tres senadores de ese distrito. La hermana del presidente dejó en claro que la disputa con el jefe de Gobierno no tiene retorno, tal como se exhibió en el Tedeum de este domingo, cuando Javier Milei decidió no estrecharle la mano y acusarlo después en la redes de “traidor”. Una decisión que, lejos de ser condenado desde la cúpula del PRO, cosechó desde ese espacio un llamativo silencio. El acuerdo encaminado en territorio bonaerense y la guerra fría que el gobierno definió librar en la Ciudad de Buenos Aires, el bastión emblemático del PRO, terminó en estas horas por certificar que el presidente jugueteó con Macri cuando a fines del año pasado publicitó que LLA y el PRO irían “juntos en todos lados o separados”, y que el Ejecutivo aún mantiene bajo análisis cómo y en qué provincias gobernadas por sus supuestos aliados le conviene avanzar con una alianza transitoria de cara a las elecciones. Las primeras elecciones del año pusieron a prueba las diferentes estrategias del oficialismo nacional, atravesadas por discusiones internas cada vez más acentuadas entre los diferentes sectores de LLA del “triángulo de hierro”. En San Luis, por ejemplo, el Gobierno no presentó candidatos. En Chaco se alcanzó una alianza con el gobernador radical Leandro Zdero. En Salta, LLA se presentó en soledad, ganó la capital y tuvo una buena performance a nivel provincial. Algo similar, pero con mucha menor intensidad, sucedió en Jujuy. En Santa Fe, la fuerza libertaria salió tercera, pero se impuso en Rosario. En territorio porteño, dobló en votos al PRO. Hacia adelante, el caso más significativo es el de la provincia de Buenos Aires, donde funcionarios, legisladores e intendentes del PRO debaten qué tipo de acuerdo sellar para las elecciones provinciales de septiembre, y de qué manera plantarse en octubre para no ser fagocitados del todo por el Gobierno. Pero hay otros distritos en los que las negociaciones se suceden con mayor o menor intensidad, con menos vidriera que en territorio bonaerense. Karina Milei, junto a Rogelio Frigerio, de Entre Ríos Corrientes es uno de ellos. El gobernador radical Gustavo Valdés convocó finalmente ayer a elecciones provinciales para el 31 de agosto próximo. Es un distrito importante porque también se elige gobernador. Valdés no tiene reelección, y su hermano pica en punta como uno de los principales candidatos. Hace varias semanas, el gobernador se reunió en Casa Rosada con Karina Milei, a cargo de la estrategia electoral en todo el país. Según trascendió, se habló de una eventual alianza que, hasta ahora, no se materializó. “El escenario aún está abierto, hay posibilidad de competir separados o ir a un acuerdo. No es fácil ir juntos si el candidato es el hermano del gobernador: eso es muy de casta. Si fuera otro, no es mal negocio”, resaltó ayer un operador del Ejecutivo que sigue al pie de la letra la narrativa oficial. Valdés mantiene una alta consideración entre los correntinos, y es casi seguro que encabece la lista de legisladores provinciales, un clásico de muchos gobernadores para traccionar en la boleta. Además de su hermano, el senador Eduardo Vischi, jefe del bloque de la UCR en la Cámara alta, aún camina la provincia, pero no termina de despegar. También el diputado Lisandro Almirón, de LLA. Y Carlos “Camau” Espínola, que esta semana prevé viajar a Buenos Aires para verse con Eduardo “Lule” Menem y terminar de despejar su futuro: el senador mantenía conversaciones con Santiago Caputo hasta que entendió que las tratativas estaban lideradas por la hermana del presidente. Hace poco le hizo declarar a Facundo Palma, del consejo de administración de Yacyreta -lo designaron allí por Espínola-, en un medio provincial: “´Camau´ está listo para ser gobernador". El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo Todos los escenarios se discuten sobre la mesa, frente a un peronismo que ya definió a Martín Ascúa, intendente de Paso de los Libres, como su candidato. En Corrientes, el PJ está intervenido, y en las próximas semanas se espera que Cristina Kirchner visite la provincia para apuntalar al postulante, en lo que será su primera incursión por el interior del país en los últimos tiempos. Se negocia, además, una alianza con el ex gobernador radical Ricardo Colombi, ex hombre fuerte de esa provincia. En el peronismo se ilusionan con forzar una segunda vuelta. En Mendoza, el gobernador radical Alfredo Cornejo también deshoja la margarita para decidir si avanza o no en un acuerdo con el Gobierno. Según trascendidos, la hermana del Presidente alienta una alianza, pero no están claras las condiciones. Cornejo incluso aún no definió la fecha de la elección provincial, y si unifica el calendario: es una de las condiciones que el Ejecutivo habría puesto sobre la mesa. Tal como está el cronograma, los mendocinos recién deberían votar a nivel provincial primero en febrero -aún están vigentes las PASO- y abril del próximo año. Cornejo no tiene reelección y es consciente de que las negociaciones que pueda entablar en los próximos meses serán claves para su influencia a futuro en la provincia. Según allegados, el ministro Luis Petri ya avisó en su entorno que no tiene en principio intenciones de ser candidato en estas elecciones: prefiere la vidriera que le otorga Defensa de cara al 2027 que perderse en el Congreso entre 257 diputados. Omar de Marchi, gerente de Aerolíneas Argentinas, también medita su futuro. Este sábado, los principales partidos de esa provincia deberán definir el sistema de elección de candidatos y empezar a entablar alianzas para estas elecciones. En el caso de Entre Ríos, el oficialismo nacional tampoco definió todavía si empujará un acuerdo con el gobernador Rogelio Frigerio, del PRO, en un distrito valioso porque se renuevan cinco diputados nacionales y, en especial, los tres senadores. Frigerio está en conversaciones con el Gobierno, está dispuesto a hacer una alianza pero no a desarmar la adhesión de múltiples sellos con los que recreó la ex coalición de Juntos por el Cambio a nivel provincial. Tanto en la Casa Rosada como en la provincia reconocen que el peronismo tiene entre 30 y 35% de votos consolidados, y que si van divididos a las elecciones de octubre -no se eligen este año legisladores provinciales-, el PJ puede quedarse con una victoria. En Chubut, la situación es más bien distinta: tampoco hay elecciones provinciales, solo se renuevan dos diputados nacionales y el gobernador Ignacio Torres no necesita de una alianza con el Ejecutivo para mantener su liderazgo. Desde que asumió, Torres hizo del pragmatismo un sello de su gestión: mantiene acuerdos, públicos y subterráneos, con el peronismo y con LLA por igual. “En términos políticos, los gobernadores están todos provincializados. Está cada uno en su mundo, ni siquiera hay compartimentos regionales”, aseguró un dirigente que orbita en varias provincias. El único rasgo distintivo que nuclea a los gobernadores es el reclamo económico, que inquieta por igual a jefes provinciales del PRO, del radicalismo o del peronismo. Hubo en estos tiempos cruces por WhatsApp y reuniones virtuales por la quinta de fondos y preocupación por la baja en los recursos coparticipables que reciben de manera mensual, pero hasta ahora esos reclamos no se hicieron públicos. Casi nadie se anima, con algunas contadas excepciones, a alzar la voz contra el Gobierno. Hay reproches, además, por la escasísima distribución de Aportes del Tesoro: se acumuló un stock de más de $1 billón sin repartir. Desde el Ejecutivo, existe en ese sentido un doble juego entre el ala de Karina Milei, representada por “Lule” Menem, y el alta de Santiago Caputo, con el consultor como principal interlocutor. Las opiniones entre esos dos bandos suelen ser divergentes. El presidente Javier Milei, junto al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri (Foto: REUTERS/Agustin Marcarian) En la Ciudad de Buenos Aires se concentre tal vez el único factor común entre esas dos facciones: hay unanimidad en la decisión de avanzar a fondo contra el PRO en la capital. Es una definición que puede arrebatarle a ese espacio una de las bancas del Senado, ahora en manos de Guadalupe Tagliaferri, legisladora electa por la ciudad.
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