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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 25/05/2025 03:12
Desde hace algunas décadas, el rol de las escuelas en nuestra sociedad trasciende lo meramente educativo, ya que los establecimientos, además, brindan contención y en varias ocasiones comida a los alumnos que reciben. En este contexto, por decisión del nuevo Ministerio de Capital Humano provincial, se estableció como obligatorio ofrecer el servicio de “copa de leche” en todos los colegios durante la primera hora de clases. El objetivo es que los estudiantes se alimenten para poder encarar con energía la jornada. En el Departamento Gualeguaychú son 16.500 chicos los que toman la leche en las instituciones educativas, según datos aportados por Vanesa Galop, coordinadora de Comedores: “Un chico bien alimentado, presta más atención y puede estudiar mejor. Incluso, estamos asistiendo a escuelas de gestión privada como la ‘San Francisco de Asís’, ‘Sagrado Corazón’, ‘Horizontes’ en Larroque y ‘Arcoíris’ en Urdinarrain. El 90% de los estudiantes en todas las escuelas accede al servicio”. Dentro del total de alumnos, 6.500 también hacen uso del servicio de comedor. Por cada uno de ellos, Provincia aporta $657 por día. A esto se suma una tarifa diferencial si también toman la copa de leche. En total, en asistencia alimentaria, aporta 250 millones de pesos al mes. En lo que va del año, la partida se incrementó un 15%. La situación edilicia de los comedores escolares Los comedores no están exentos de las condiciones de infraestructura de las escuelas en la que funcionan. Durante el último año y medio, repararon el de la Escuela Nº 8 “Coronel Rosendo Fraga”, y el de la Escuela N° 44 "María Mercedes Balcarce”. Próximamente intervendrán el de la “Leopoldo Herrera” y el de la "Francisco Ramírez". Puede interesarte A fines del año pasado, abrieron un nuevo comedor en la Escuela Nº 68, lo que generó que 240 alumnos se anotaran para recibir la comida al mediodía: “Desde el 2017 que la directora estaba pidiendo su apertura. Se trata de una escuela muy grande, con doble turno y jardines. La concurrencia fue masiva, los chicos comen porque tienen necesidad. Nuestro objetivo es abrir comedores donde haga falta. En este caso, no sólo lo pedía la directora, sino también los padres, y obtuvimos respuesta satisfactoria inmediata”, afirmó Galop. Además, indicó que, en promedio, 150 alumnos reciben el almuerzo en instituciones educativas de la ciudad. La demanda baja en zonas rurales donde hay menos alumnos. “Alimentar” vs “Dar de comer” Galop destacó que, en el último año y medio, “cambió mucho el acompañamiento que se recibía de Provincia y se implementó el cuaderno de menú, que rige en todo Entre Ríos. Estamos tratando de que todos los directivos se amolden a esta normativa. El valor nutricional que recibe cada estudiante con el plato que se le brinda está balanceado. Eso mejoró muchísimo”. Desde hace un tiempo, los nutricionistas comenzaron a advertir acerca del sobreconsumo de carbohidratos y azúcares en menores de edad. El paradigma alimentario cambió en los últimos años y paso de haber chicos con desnutrición a tener sobrepeso. En parte, esto se debe a la calidad y el tipo de alimentos que se ingiere. La capacidad económica de las familias también es un factor que repercute en esta situación. Por eso, los comedores escolares cumplen un rol fundamental en esta problemática. De hecho, El Gobierno de Entre Ríos, a través de un trabajo en conjunto entre la Dirección de Comedores, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano y la Facultad de Ciencias de la Vida y la Salud de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), puso en marcha un innovador programa para evaluar el estado nutricional de niños y niñas que asisten a comedores escolares en toda la provincia. La iniciativa se enfoca en estudiantes de 1° y 6° grado de escuelas seleccionadas en los 17 departamentos. El objetivo es recopilar datos precisos sobre la salud integral de los niños mediante mediciones antropométricas (peso, talla, índice de masa corporal y porcentaje de grasa a través de bioimpedancia), junto con el relevamiento de antecedentes personales y familiares. El director de comedores del Ministerio de Desarrollo Humano, Lautaro Azzalini, destacó que "este estudio permitirá conocer la realidad nutricional de los niños y niñas, y en base a datos científicos, optimizar los programas de asistencia alimentaria en las escuelas y así garantizar su bienestar y desarrollo pleno". Además, subrayó que "es un paso fundamental para transformar la investigación en acciones concretas que mejoren la calidad de vida de los entrerrianos". Puede interesarte A nivel local, Galop señaló: “El objetivo es la reeducación del paladar de los chicos. Sucede que se prepara un pastel de berenjenas y cuando lo ven no lo comen, pero si las cocineras procesan los vegetales, los incorporan sin problema. Los menús son muy variados y están diferenciados según la estación del año. Algunas preparaciones están pensadas para el verano y otras para el invierno. No es sólo una cuestión de comida, de salir de la urgencia, sino priorizar la alimentación y la calidad nutricional”. Uno de los grandes desafíos pasa por la copa de leche, donde los panificados tienen un gran protagonismo, sobre todo si se los pone al lado de la fruta: “Estamos incorporando de forma paulatina la harina integral, al igual que las tortas con lentejas o zanahorias. En algunas instituciones, se sirve media galleta y media fruta. Generalmente, se pospone la galleta cuando hay una banana porque no hay chico que no le guste. Es la fruta que más aceptación tiene. Entonces, el pan se da al final de la jornada como un refuerzo para la casa”, aclaró Galop. Desde Comedores sostuvieron que la clave para poder llevar este objetivo adelante son las cocineras: “El recorrer el territorio nos acerca al personal de cocina que es fundamental. Cuando los que están detrás de los fuegos se sienten acompañados, brindan lo mejor de cada uno: le ponen mucho amor a lo que hacen. Esto genera que el servicio mejore, sumado a los lineamientos que llegan de Provincia. Hay muchas situaciones que tenemos que seguir mejorando, además, todas las escuelas no tienen las mismas realidades”. Y finalizó: “Los primeros beneficiarios son los chicos, pero nada de eso podría hacerse si no tenés un equipo de cocina como el que se logró tener”.
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