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Gualeguaychu » FM Maxima
Fecha: 22/05/2025 20:04
La museóloga Natalia Derudi contó en RADIO MÁXIMA que “traían esclavos de Angola, Mozambique, el Congo, el censo de 1825, tomaban el apellido del dueño y eran registrados con edad aproximada. El mayor número se ve en el siglo 18, cuando hay constancia de más de 200 esclavos, pero fueron muchos más”. Las visitas guiadas que se realizan en el Museo toman como base las distintas investigaciones realizadas sobre la presencia de familias afrodescendientes en la ciudad. “Queremos visibilizar la presencia afro en el Gualeguaychú colonial y termina con la reflexión sobre quiénes son y quiénes somos, porque es parte de lo que no se ha contado demasiado en la educación formal”, señaló Derudi sobre el proyecto museográfico “Gualeguaychú esclava”. El Día de los Afroentrerrianos y la Cultura Afrolitoraleña, fue establecido por la Ley Provincial N.º 10.884 en homenaje a María Francisca Lencinas, primera entrerriana registrada, hija de pardos libres, nacida el 21 de mayo de 1755. “En Gualeguaychú hubo compra y venta de esclavos, integraron la economía local con múltiples trabajos. Creemos que su presencia en la ciudad le dio un contexto de crecimiento. La mano de obra esclava fue vital en el desarrollo y lamentablemente han sido invisibilizados”, describió Derudi. La museóloga explicó que, a partir del censo de 1825, se encontraron registros de número de esclavos por familia, sin sus nombres. Los esclavos eran tratados como un producto más y se vendían desde los 200 pesos de la moneda vigente en aquel entonces, aunque este precio era variable. “Había situaciones de profunda tristeza y de conflictos que lamentablemente se proyectaron en el tiempo. Hay historias de dolor y de abuso”, expresó. Con la Asamblea del año 13 se estableció la Libertad de Vientres”, que permitía que los hijos de padres esclavos fueran libres, sin embargo, las limitaciones para este grupo de la población se mantuvieron. “Eran libres, de color y afrodescendientes, no podían estudiar, no les daban trabajo”, comentó la especialista. Eran llamados los Libertos, y tras varios debates, se los incorporó al trabajo como criados de otras familias, no eran rentados. “Eran obligados a casarse y a tener hijos, era una metodología que evitaba que se dieran a la fuga, los arraigaban”, explicó Derudi. Cuando en 1853, la constitución nacional, establece que “No hay más esclavos en la Argentina”, algunas familias de esclavos debieron marcharse, mientras que otros, decidieron continuar en el contexto de las familias que originalmente los habían comprado, porque “no tenían otras posibilidades”, relató. Museo Casa de Haedo: Sitio de Memoria Afro El Museo Casa de Haedo, dependiente de dicha dirección, fue declarado en 2014 como Sitio de Memoria Afro por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Este espacio emblemático no solo conserva el único edificio colonial de Gualeguaychú aún en pie, sino que también permite reflexionar sobre el pasado esclavista de la ciudad y los aportes fundamentales de la comunidad afro a nuestra identidad local. Como parte de este trabajo sostenido, se impulsa el proyecto de intervención museográfica “Gualeguaychú Esclava”, una propuesta abierta y en desarrollo, construida con la participación activa de la comunidad. Su objetivo es rescatar y poner en valor el trabajo de investigación existente, los documentos históricos y los relatos silenciados de quienes fueron víctimas del sistema esclavista, al tiempo que se recupera la memoria de su lucha, su cultura y su legado. Una historia que merece ser contada Gualeguaychú fue fundada oficialmente el 18 de octubre de 1783, pero ya desde el siglo XVII existían asentamientos y reducciones indígenas organizadas por los Dominicos. A mediados del siglo XVIII, la presencia de grandes estancieros consolidó la ocupación del territorio y se incrementó el uso de mano de obra esclavizada. Registros como el de la estancia de Esteban, en 1803, dan cuenta de familias enteras viviendo bajo esclavitud, muchas de ellas con nacimientos y muertes documentadas en libros parroquiales, reflejando las condiciones de vida de la época. La Casa de Haedo, construida por José Borrajo, quien introdujo y comercializó personas esclavizadas, es testigo directo de esa historia. Documentos históricos conservados mencionan ventas de “negritas” traídas en embarcaciones propias desde Río de Janeiro. Esta casa, luego habitada por su hija Petronila, quien se casó con el comerciante español José Antonio Haedo, funcionó también como un importante punto de comercio en la villa. Hoy, esa misma casa se transforma en lugar de memoria activa, desde donde se busca revalorizar los aportes de la comunidad afrodescendiente a nuestra vida cotidiana, desde la historia urbana hasta las expresiones culturales. Identidad Afroentrerriana y trabajo colectivo La Dirección de Cultura mantiene un vínculo permanente de trabajo conjunto con la Asociación Civil EntreAfros, organización que representa a la comunidad afroentrerriana y promueve el respeto y la visibilización de las raíces afro en toda la provincia. A través de acciones en el campo del arte, la investigación histórica, la arqueología y la antropología, la asociación se suma a la construcción de una memoria colectiva que reconozca las identidades invisibilizadas durante siglos.
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