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» Comercio y Justicia
Fecha: 22/05/2025 11:38
“La gente quiere respuestas al problema cotidiano” dice el ex juez de cámara y referente del derecho laboral en Córdoba y el país. Llega al decanato con la promesa de transformar la Facultad de Derecho: mayor apertura, transparencia y modernización académica. Su elección puso fin a más de dos décadas de continuidad política Por Carolina Klepp Carlos Toselli es el nuevo decano electo de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), tras imponerse en las recientes elecciones con 56% de los votos. Su victoria marcó el fin de más de dos décadas de hegemonía liderada por Pedro Yanzi Ferreyra y sus sucesores. La elección del laboralista representa no solo un cambio político en la conducción de la Facultad, sino también lo que consideró una apuesta por una gestión más abierta y vinculada con la sociedad, en línea con el lema de su campaña: “Otra Facultad es posible”. Asumirá el 1 de agosto junto a Silvana Chiapero como vicedecana. Toselli proviene del ámbito del Derecho Laboral en Córdoba. Su trayectoria incluye roles como juez de cámara en el fuero del trabajo, docente universitario y doctrinario. En diálogo con Comercio y Justicia, no esquiva los desafíos: reconoce de inmediato que hay urgencias impostergables en infraestructura y conectividad, pero también se propone reactivar concursos docentes y aggiornar el plan de estudios tras 25 años. Buscará reformular el perfil del abogado por uno con mayor integración social, conciencia ética y formación en nuevas tecnologías como la inteligencia artificial. Señala como prioritario acercar el derecho a los problemas cotidianos de la ciudadanía y devolverle a la palabra justicia su peso específico, aún en un contexto de descreimiento. Identificó además una deuda institucional en la facultad vinculada a la transparencia, tema que buscará abordar con responsabilidad y diálogo. -¿El primer objetivo para con la Facultad? -Hay cosas que son urgentes en materia de infraestructura y tecnología que es fundamental encarar ya. Todo el tema de internet y wi fi y lo referido a arreglos edilicios son impostergables. Hay que ver cómo conseguimos los fondos, hay algunos previstos y trataremos de gestionar para que desde Rectorado nos hagan algún aporte, hay también algunas partidas previstas que no han sido utilizadas y pensamos reactivar. En cuanto a lo académico tendremos que empezar a ver los concursos que están pendientes. En el ideario de la reforma universitaria está el concurso, queremos avanzar en esa línea. Y también habrá que empezar a evaluar alguna reforma futura del plan de estudio que tiene 25 años, hay que readecuarlo a muchas cosas. -¿Qué le cambiarías al perfil del abogado que forma la facultad? -Queremos dos cosas. Por un lado, queremos que esté integrado en la sociedad, que vea lo que está padeciendo, por eso queremos trabajar con grupos vulnerables, con asesoramiento jurídico gratuito, sin competir para nada con el Colegio de Abogados pero también coadyuvando en esa labor. Por otro lado, queremos un perfil de un abogado más capacitado, que pueda dar respuesta a cuestiones básicas que hoy se requieren como el uso de inteligencia artificial, temas que no han sido tratados y son relevantes como la bioética que es un problema que también está en nuestra necesidad de avanzar y comprender. Dar respuesta – Hoy cuando la justicia está cuestionada, vapuleada ¿qué le devolverías a la palabra justicia para que tenga valor en la sociedad? – Creo que hay una percepción de la gente, de que en muchos aspectos, la demora de los juicios implica la pérdida de la justicia, de la razón de ser del litigio. Está muy deteriorado el tema económico en los juicios, eso producto de un proceso hiperinflacionario que vivimos, de decisiones en materia de intereses complejas. La demora en los juicios es un tema gravoso, en materia laboral se ha implementado un Procedimiento Declarativo Abreviado (PDA) que aparentemente, en función de lo que uno está conociendo, está dando bastantes buenos resultados en cuanto a celeridad. Habrá que ver también que se resuelva la parte sustancial. Es importante dar una respuesta justa. En otros fueros la gente cuestiona que no haya condenas contra la corrupción, ese es un tema que suele ser bastante requerido. Esto es un aspecto que habrá que visualizar, pero allí también hay códigos procesales, derecho de defensa, marcos constitucionales, todas cuestiones que influyen en las decisiones de los jueces. -¿Qué cambiarías en la forma de enseñar Derecho? -Hay que enseñar Derecho con los pies en la tierra. Tenemos que decirle a la gente, mirá esto le ocurre a tu vecino, a tu barrio, a tu pueblo. Tratar de ver el problema del día a día, la gente quiere respuestas al problema cotidiano, y no tantos planteos que si bien son importantes para eso existen grupos de investigación. -¿Un fallo que te haya marcado y que te lleves al decanato? Un fallo que para mí significó mucho en su momento fue el fallo de Aquino contra Cargo en materia de accidentes laborales. Declaró la inconstitucionalidad del sistema cerrado de reparación, que no permitía reclamar al trabajador todos los daños. Nosotros en la Cámara que yo integré lo habíamos declarado siempre inconstitucional y el Superior Tribunal en aquel momento nos lo había revocado. Cuando la Corte sacó Aquino fue una gran alegría, porque significaba el reconocimiento a una forma de razonar que trataba de dar respuesta a la problemática del ciudadano que había sido accidentado, que había perdido lo más que tenía que era su capacidad de trabajar que era su única fuente de sustento. Ese fallo de hace muchos años, de 2004, me dio una tremenda alegría porque fue un cambio en toda la línea que se había ido gestando en la Cámara del Trabajo, que se había ido adecuando a la línea del Tribunal Superior de Justicia para ese momento contraria a la postura nuestra. Afortunadamente, en aquel momento significó un giro copernicano en esta discusión. -¿Un referente jurídico que admires? Uno de ellos sin dudas fue Rodolfo Capón Filas, un gran laboralista, un tipo que la tenía absolutamente clara y sus ideas crearon una teoría sistémica del derecho del trabajo. Una de las personas admirables en el derecho argentino. Por supuesto que a nivel extranjero hay varios. Me refiero a mi rama, el derecho laboral, por mi carrera. -¿Autonomía universitaria o diálogo con el poder político? Tenemos las dos cosas. La universidad tiene que ser autónoma pero tiene que tener cooperación y colaboración con el poder político. Hay proyectos encaminados desde la universidad con los ministerios y es algo que vamos a continuar. Y no solo con el poder político, nosotros con el Colegio de Abogados tenemos muchas iniciativas pensadas y las vamos a ir implementando. Hoy un espacio colaborativo común es fundamental. Nadie se salva solo en este momento tan dramático que está pasando el país. Transparencia -Tras este giro que acaba de darse con las elecciones en la Facultad de Derecho y tu llegada al decanato, ¿cuál es la mayor deuda institucional que recibís? –Creo que hay que transparentar la facultad, además de modernizarla. Hay cosas de la facultad que se han hecho de manera no tan clara. Ese es un punto que el graduado, el estudiante y muchos docentes nos están pidiendo que lo hagamos visible. Es un tema sobre el que habrá que avanzar con el debido cuidado, con el respeto a los derechos de los trabajadores que integran el contexto de la universidad pero también para justificar por qué se hizo un cambio. -¿Qué cosa no puede faltar en tu escritorio del decanato? -Una foto de mi familia más cercana y un poco ampliada. –Cuando no estás trabajando en cuestiones de Derecho, ¿algún hobby? -Un juego de letras que es el Scrabble, en red, en internet, me sirve para desestresarme. Podés jugar en partidas rápidas o comunes, simultáneas, eso me permite sacarme de alguna cosa y colocarlo en alguna palabra. Me gustaba mucho jugar al ajedrez, pero eso lleva más tiempo y otro proceso analítico. El scrabble es mucho más simple, me permite remover las neuronas en otra cosa que no sea lo jurídico o la problemática diaria.
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