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» Comercio y Justicia
Fecha: 22/05/2025 11:36
Por Javier De Pascuale La desregulación de la Marina Mercante Nacional, formalizada en las últimas horas a través de un decreto del Gobierno nacional, desató un intenso debate sobre su impacto en el comercio exterior, especialmente para las empresas exportadoras de Córdoba, provincia que depende fuertemente de la logística para conectar sus productos con el mundo. Este nuevo régimen, establecido por el decreto 340/25 que flexibiliza el cabotaje marítimo y fluvial, permite la operación de buques con bandera extranjera en aguas argentinas y declara la navegación comercial como servicio esencial, busca modernizar el sector y mejorar su competitividad. Pero, ¿es realmente una oportunidad para las firmas cordobesas o un paso hacia la incertidumbre? El debate previo Algunos de los posibles efectos de esta medida ya fueron adelantados por algunos organismos y cámaras empresariales involucradas en el tema. Entre ellas, destacan los análisis del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que advirtió sobre los riesgos de la desregulación para la soberanía logística y el empleo nacional, y la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), que señaló oportunidades en la reducción de costos logísticos. Asimismo, informes del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto sobre el comercio exterior en 2024 proporcionan datos clave sobre el desempeño exportador, mientras que la Federación Sindical Marítima y Fluvial (Fesimaf) alertó sobre las posibles consecuencias negativas para el sector marítimo. Publicaciones en portales especializados como Pescare, Argenports y otros fueron reflejando todas las lecturas que se daban previamente a los cambios normativos. Las exportaciones cordobesas Córdoba es una de las provincias con mayor vocación exportadora. Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, en 2024 las exportaciones nacionales alcanzaron los US$79.721 millones, con un incremento interanual del 19,4%, impulsado por productos agroindustriales como harina y aceite de soja, trigo y aceites crudos de petróleo, muchos de los cuales tienen origen en el corazón productivo cordobés. La provincia, con cerca de 950 empresas exportadoras según Netnews pero más de 3.000 según el Registro de Exportadores, depende de una logística eficiente para llegar a mercados como Brasil (17,1% de las exportaciones nacionales), la Unión Europea (10,3%) y Estados Unidos (8,1%). En este contexto, cualquier cambio en el transporte marítimo, que mueve 95% del comercio argentino, tiene un impacto directo en las firmas locales. Beneficios potenciales El decreto, según el Gobierno, busca abordar la falta de competitividad de la Marina Mercante Nacional, que perdió peso frente a países como Paraguay, líder regional gracias a políticas fiscales y logísticas más atractivas. La flexibilización del cabotaje permite a las empresas exportadoras acceder a buques extranjeros con costos operativos más bajos, lo que podría traducirse en una reducción de los fletes. Por ejemplo, el nuevo régimen elimina restricciones para que buques con bandera extranjera operen en el cabotaje nacional, lo que podría agilizar el transporte de productos cordobeses, como maquinaria agrícola, alimentos procesados y autopartes, hacia puertos clave como Rosario o Buenos Aires. Además, la declaración de la navegación como servicio esencial, según Pescare, garantiza una continuidad operativa al restringir el impacto de eventuales paros de los gremios del sector, un factor crítico para las exportadoras que necesitan cumplir con plazos internacionales. Desde la perspectiva de la CERA, esta medida podría alinearse con la eliminación de retenciones a productos industriales, anunciada previamente, creando un entorno más favorable para las empresas cordobesas que buscan ganar competitividad en mercados globales. Riesgos y críticas, otra cara de la moneda Sin embargo, no todo es optimismo. El CEPA advierte que la desregulación podría debilitar la industria naval argentina, repitiendo los errores de la década de 1990, cuando la flota nacional se redujo drásticamente y se perdieron miles de empleos. Esto podría impactar indirectamente en Córdoba, ya que una menor capacidad logística nacional podría aumentar la dependencia de operadores extranjeros, generando fuga de divisas y menor control sobre los costos de flete a largo plazo. La Fesimaf, por su parte, sostiene que la apertura a buques y tripulaciones extranjeras pone en riesgo el cabotaje nacional, un pilar para la formación de marinos argentinos y la soberanía logística. Otro punto de preocupación es la falta de debate público en la gestación del decreto, como señalaron los portales especializados Dinámica Argentina y Pescare. Esto genera incertidumbre entre las empresas exportadoras, que necesitan claridad para planificar sus operaciones. Además, la posible migración de buques argentinos a registros extranjeros, como Panamá o Liberia, podría encarecer los costos operativos para las firmas locales si los armadores optan por estas banderas de conveniencia para reducir gastos. ¿Qué dicen los empresarios cordobeses? En Córdoba, las opiniones están divididas. Algunos empresarios, según consultas realizadas por este diario, ven en la desregulación una oportunidad para reducir costos logísticos, que representan hasta 30% del valor de sus exportaciones. Sin embargo, otros temen que la pérdida de soberanía marítima limite la capacidad de negociación con operadores internacionales, lo que podría encarecer los fletes en el futuro. La Cámara de Comercio Exterior de Córdoba aún no emitió una postura oficial, pero sus miembros están evaluando cómo el decreto impactará en sectores clave como el agropecuario y la metalmecánica. Delicado equilibrio En conclusión, la desregulación de la Marina Mercante Nacional plantea un doble escenario de oportunidades y riesgos para las empresas exportadoras de Córdoba. Por un lado, la reducción de costos logísticos y la mayor disponibilidad de buques podrían impulsar la competitividad de los productos cordobeses en el mercado global. Por otro, la pérdida de soberanía logística y el impacto en el empleo marítimo nacional generan dudas sobre la sostenibilidad de estas medidas a largo plazo. Las exportadoras cordobesas deberán adaptarse rápidamente a este nuevo marco, fortaleciendo su planificación logística y explorando alianzas con puertos como los de Santa Fe, que buscan captar clientes de la provincia, según las últimas medidas de esa provincia que otorgan espacios portuarios a Córdoba. En un mundo donde la logística es clave para la competitividad, el desafío para Córdoba será aprovechar las ventajas de la desregulación sin perder de vista los riesgos que podrían afectar su posición en el comercio internacional. El tiempo dirá si este decreto es un salvavidas para las exportadoras o un naufragio para la soberanía marítima argentina.
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