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» Diario Cordoba
Fecha: 20/05/2025 04:00
El veterano escritor llega a la feria del libro con su última creación bajo el brazo: una novela histórica de 452 páginas protagonizada por Pablo de Olavide. El veterano escritor se ha resignado a que su obra más reciente, el producto de un colosal esfuerzo de rigor documental y capacidad imaginativa, aparezca publicada por un modesto sello sin apenas músculo promocional, nada que ver con las poderosas editoriales que comercializaron sus libros durante aquellos gloriosos años de los noventa. Pero los tiempos cambian. La superficialidad más vacua y la impostura más atrevida campan a sus anchas en el terreno de las letras hoy en día. No obstante, nada detendrá el pulso creativo del veterano escritor que ahora, atendido amablemente por la chica de la editorial, se sienta en el interior de la caseta con el convencimiento de que apenas, y contando con algo de suerte, firmará dos o tres libros. Efectivamente, pasan las horas y solo ha firmado un ejemplar. A unos cincuenta metros, en cambio, se ha mantenido una alargada fila de compradores ávidos de la rúbrica del autor o autora de turno. A buen seguro que lo de esa fila será gente joven atraída por algún influencer, cualquier analfabeto funcional que habrá escrito un libro que ni siquiera ha leído. Cerca de la apreciable condición de octogenario, instalado en su atalaya de superioridad artística y moral, el veterano escritor asume con deportividad y media sonrisa la falta de afluencia a su puesto y el exceso de público para ver al misterioso autor de la fila larga, probablemente eso que llaman un creador de contenidos, quizás un rostro conocido de la televisión, tal vez algún nutricionista de verbo fácil o algún empalagoso gurú de la autoayuda, en cualquier caso fauna habituada a esa jungla de los móviles y las redes en la que el veterano escritor no entraría ni a rastras. Cuando se acerca la hora de cierre y reaparece la chica de la editorial (después de «un ratito» de tres horas), el veterano escritor, dos libros firmados en toda la tarde, pregunta por la identidad del ocupante de la caseta exitosa. Para su disgusto, se entera de que no es el libro de cualquier descerebrado lo que allí se vende como churros, sino la última novela de un académico ya en edad de jubilación. El veterano escritor disimula su contrariedad y llega a casa con un poso de derrota en la mirada. Al día siguiente, fingiendo cierto desinterés, el veterano escritor le pregunta a su nieta que cómo va exactamente eso de Instagram y la muchacha le ofrece la clave sin despegar la vista de la pantalla: una foto del libro no, una video gracioso tuyo y mío con el libro, abuelo. Y con eso lo petamos. *Profesor
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