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  • Crímenes silenciados en Ucrania: secuestros de niños, pedofilia y tráfico de órganos

    Concordia » Diario Junio

    Fecha: 19/05/2025 18:12

    Desde el fondo de la historia, durante las distintas guerras se han vivido actos de heroísmo y de crueldad infinita. No todas las veces los actos despiadados se dan a conocer, por falta de testimonios directos, o a la finalización de los conflictos, los escenarios trágicos se muestran en su verdadera dimensión, como en el caso del Holocausto o la banalización de los genocidios de Ruanda y de la Franja de Gaza. También sabemos, los que estudiamos el tema, que en las guerras hay intereses ocultos de tipo expansionista y sobre todo económicos. Pero lo que está ocurriendo en Ucrania, un país desgarrado por la crisis bélica y la fragmentación, el descubrimiento por parte de investigadores serios comprometidos con la verdad ha revelado una situación en la que uno piensa si la condición humana ha retrocedido a épocas prehistóricas en cuanto a sensibilidad y valoración de la vida. El tema es que ya en agosto de 2023, Cristelle Nahan, corresponsal francesa y editora nada menos que de la Agencia International Report, reveló la noticia de las acciones incalificables de dos organizaciones denominadas «Ángeles Blancos» y «Fénix», que pertenecen al Ministerio del Interior de Ucrania. Se llevan por la fuerza y con amenazas a los niños del Dombás, que es una región pegada a Rusia, separándolos de sus padres. La periodista francesa explica que los niños son entregados, algunos a una red de pedofilia en el Reino Unido, a través de funcionarios ucranianos y británicos que trabajan juntos. No nos olvidemos que el presidente de facto con mandato vencido, Zelensky, ha sido formado en las filas del MI6 de Gran Bretaña. Uno de los casos ocurrió en Bajmut y en otras localidades. El ejército ucraniano no esperó a que las tropas rusas se acercaran para bombardear la ciudad, que es donde el caos sirve para ejecutar la criminalidad de los actos. Cuenta que los hombres de los llamados «Ángeles Blancos» recorrían la ciudad en busca de niños, por lo cual los padres los ocultaban en los sótanos y en los departamentos previamente destruidos por la guerra. A tanto lleva la miseria de la guerra que una madre vendió la información sobre dónde se escondían otros niños a cambio de que la dejaran evacuar con sus hijos. Dado que los habitantes del Dombás no han defendido ante la Justicia Internacional por estos crímenes de guerra desde 2014, después del Euromaidán, el régimen de Kiev goza de impunidad internacional. Hay un testimonio de una niña de 12 años, Milanya, que relata lo que vivió en Bajmut: cómo soldados de una unidad de los «Ángeles Blancos» se la llevaron por la fuerza mientras sus padres observaban impotentes, apuntados por las armas de los soldados. Natalia Tkachenko comenta cómo se llevaban por la fuerza a los niños luego de los bombardeos y el consecuente caos que se producía, otorgando impunidad a los criminales. Como este, muchos casos. Tanto se propagaron estos crímenes que el 27 de julio de 2023 se reveló en una conferencia celebrada en la República de Donetsk, referida a los casos de secuestros de niños del Dombás, donde una mujer llamada Liliya y su hija Kira contaron que, al comienzo de la guerra, el director de una escuela de la ciudad de Shchastya, entonces controlada por Ucrania, por orden de Kiev llevó a unos diez niños al oeste de Ucrania sin informar a sus padres. A los niños se les prohibía llamar a sus padres o decirles dónde estaban. Pero Kira sabía de memoria el número de su madre y la llamó para decirle que estaban en Lviv y luego en Khust, en la región de Transcarpatia, frontera con Polonia, Hungría, Eslovaquia y Rumania. Y ahí se descubrió que Ucrania exportaba a niños secuestrados. Estos son ejemplos aislados que se repiten constantemente. En la conferencia antes mencionada, Vasily Prozorov, exoficial del SBU (Servicio de Inteligencia Ucraniano), reveló que algunos de los niños secuestrados son enviados a redes de pedófilos en el Reino Unido a través de una red de funcionarios ucranianos y británicos. En el centro de todo este siniestro escenario hay un hombre: Sergei Borisov, un exagente del SBU arrestado en 2020 por secuestro de empresarios. Irónicamente, en 2021 él y su pandilla fueron liberados escandalosamente. Es que el Ministerio Británico estaba implicado en el caso, y no vaya a ser que los muchachos hablen. Esto no es sorprendente, ya que en los últimos años el Reino Unido ha sido escenario de varios escándalos que involucran a redes de explotación infantil y pedófilos dentro del establishment británico, como el caso de Sir Jimmy Savile, cuyos crímenes fueron encubiertos durante muchos años. En 2021, la Agencia Nacional contra el Crimen (NCA) afirmó que en Gran Bretaña hay entre 550.000 y 800.000 pedófilos en las Islas Piratas, sobre todo con clientes de muy alto rango. («¡Miseria porca!», diría mi abuelo). También Polonia. Una mujer de 52 años adoptó a 10 niños de la guerra, entre 4 y 10 años, y «alquilaba» a los niños a pederastas en sesiones de no más de media hora. (¡No puede ser! ¡Si es la patria de Juan Pablo Segundo!) ¿Quieren más? En abril de 2022, un grupo de treinta niños ucranianos desapareció en España camino a las Islas Canarias. Ese mismo mes, Lituania inició una investigación sobre el tráfico de 43 niños que fueron evacuados de un instituto privado ucraniano, Perlinka. Algunas de las niñas, de 14 años, se quejaban de que las amenazaban si no iban a trabajar en burdeles. Los pedófilos no son los únicos peligros para los niños ucranianos. En junio de 2023, un hombre fue arrestado en Transcarpatia por haber comprado a un bebé para venderlo a un traficante de órganos. En 2005, un periodista de The Globe and Mail escribió sobre un descubrimiento en Járkov de una fosa común de cadáveres de bebés y fetos sin sus órganos vitales. Téngase en cuenta que en esa época no había guerra y el régimen ucraniano era el que gobernaba. Las acusaciones de robo de bebés surgieron en Járkov en 2006. De golpe, en un hospital los niños nacían «muertos». Investigadores locales excavaron en el cementerio del hospital y encontraron restos de cuerpos desmembrados de una cierta cantidad de bebés. De la investigación surgió que luego de ser vendidos por sus valiosos tejidos, eran utilizados como «células madre» para ser inyectados en tratamientos muy caros de belleza. Incluso se descubrió en Járkov un mercado clandestino de órganos, y un médico, Vadym Lazariev, visitó clínicas en Donetsk haciéndose pasar por comprador junto con el equipo y preguntó si le podrían suministrar células cerebrales vivas de fetos de entre 15 y 27 semanas de gestación. Una clínica presentó presupuesto por el producto, firmado y sellado, por 7750 grivnas, unos 18.000 dólares. Desde diciembre de 2021, el comercio de órganos se vio facilitado por la adopción de una ley que suprime la certificación notarial obligatoria del permiso para la extracción de órganos firmada por el donante, sus familiares o su representante. El plan entonces queda clarísimo: los niños son secuestrados, se les dan nuevos documentos «originales» y se los declara huérfanos para luego transferirlos a la custodia del mismo Estado que los encubre. La pregunta es: ¡Ante tanto horror, es así como paga su «deuda» con los países occidentales que les proveen armas y financiación para seguir una guerra en la que se ha destruido una o dos generaciones inmoladas en una trinchera, mientras que el sátrapa de Zelensky y los ucro-nazis que lo secundan promueven la crueldad y la corrupción, mientras que el Occidente degradado y corrompido mira al espacio infinito!?

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