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  • Joaquín Acebo, del accidente que lo tuvo 21 días en coma a brillar en El Eternauta: “Sentía el peso de la mirada ajena”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 18/05/2025 02:47

    La escena viral de Joaquín Acebo, el scout de El Eternauta Joaquín Acebo tenía cinco años cuando un accidente en un parque de diversiones casi le cuesta la vida. Estaba sentado en el medio de sus hermanos, y la inocencia de su niñez no contaba con la nula seguridad del lugar. Se levantó, salió disparado y su cabeza quedó atrapada entre las vías y uno de los carros del tren fantasma. A partir de allí empezó su propia pesadilla. Estuvo 21 días en coma, con triple fractura de cráneo, desplazamiento del moides y el corte de un nervio le produjo una parálisis facial, la marca visible de la tragedia que pudo haber sido. Y una recuperación paulatina que lo dejó a las puertas de su segundo nacimiento: enfrentarse al mundo tal como lo había conocido, sabiendo que ya nada iba a volver a ser como antes. Pasaron 18 años de aquel momento y Joaquín transita un nuevo renacer. Su papel de Micky, uno de los scouts de El Eternauta se convirtió en una de esas tantas micro historias que tienen las grandes obras. Esa hermandad entre marginal y espontánea, rociada por la dosis justa de candidez y una apariencia que lo enfrenta a la mirada inquisidora y prejuiciosa de los otros, tal como le ocurre en la vida real. El back de Los Eterkids en El Eternauta Joaquín llegó a la serie protagonizada por Ricardo Darín por una de esas coincidencias sobre la que se construyen las grandes historias. Hasta ese momento había participado solo de una película, El viento que arrasa, dirigida por Paula Hernández. La directora de casting, María Laura Berch, es la misma que El Eternauta. Cuando se presentó a la prueba, Joaquín sabía de qué se trataba. Había leído la historieta de Oesterheld en el colegio y estaba al tanto de su importancia en la literatura argentina. Sabía que muchos habían querido llevarla a la pantalla y eso generaba una gran expectativa. Y que había un dream team detrás que podía garantizar un éxito. “Una temática de apocalipsis con un protagonista como Ricardo Darín y la producción de Netflix. Era el combo perfecto. Sin embargo, no esperaba este nivel de potencia y repercusión”, le confiesa a Teleshow en medio de un inesperado raid mediático que parece afrontar con aplomo. Joaquín recién pudo ver el producto terminado el día de la premiere realizada en Costa Salguero, con alfombra blanca, escenografía apocalíptica y todos los flashes de la industria posados allí. Entonces, todo eso que lo había sorprendido durante el rodaje cobraba vida delante de sus ojos. La nevada, los cascarudos, las locaciones. Y su Micky, que irrumpía con peso propio y ganaba cada vez más protagonismo en la historia. Micky, Pecas y Tony, los scouts de El Eternauta (Instagram) Quedó tan impresionado, que todavía hoy se conmueve. El reconocimiento del público fue inmediato, acorde a estos tiempos de acción y reacción en tiempo real. Cuando subió a su TikTok la escena en la que lo rechaza Clara (Mora Fisz, la hija de Darín y Carla Peterson en la ficción) experimentó su primer viral. “Sos mi personaje favorito”, “quiero que revivas para la segunda temporada”. Y más allá de los haters de ocasión, -en las redes, porque en la calle asegura que es todo amor-, la valoración por su trabajo es casi unánime. El sentimiento de hermandad que transmiten los scouts -su hermana Pecas (Paloma Alba) y su amigo Tony (Byron Barbieri)- representa el espíritu de camaradería que construyeron fuera del set y que se replica en todas las áreas de producción. Aun en un contexto de personajes fuertes, ellos viven su propia subtrama, donde lo lúdico y lo trágico transitan fronteras difusas: “Hay algo tierno en los scouts, en su servicio y ayuda comunitaria; son chicos que tienen 20 años como mucho y se hacen cargo de esta situación, ayudando a un grupo de personas mayores. Es heroico verlos actuar y ver cómo se comen la película de tener que combatir la nieve, los bichos o lo que sea”, analiza el actor. —¿Cómo se tejió la relación entre ustedes durante las jornadas de grabación? —En el set había mucha gente trabajando, y no siempre me cruzaba con todos. A pesar del cansancio, en un momento se hizo más pesado porque fueron muchos meses de rodaje y había mucho por hacer en vestuario, producción, maquillaje, utilería. Sin embargo, sentía una buena vibra, calidez y una sensación de que todos estábamos empujando en la misma dirección. Fue un trabajo enorme de un montón de gente hermosa. Con el resto de los scouts y los más jóvenes del elenco, como Clara, Pablo (Aaaron Park), e Inga (Orianna Cárdenas), tenemos un grupo de Whatsapp que se llama Los Eterkids y consolidamos un vínculo hermoso. —¿Cómo fue la construcción del personaje? ¿Sentís que pudiste darle tu impronta personal? —Claramente en el guion está pautado, Bruno nos contó la historia de donde vienen estos pibes y cuál era la búsqueda con el personaje. También vinieron unos scouts más grandes, que nos dieron una charla sobre los valores y cómo se comportan. Y a partir de toda esta data, fui construyendo el personaje que se terminó de formar solo. Micky, un scout caído en combate —Es recién tu segunda película y actuaste con Ricardo Darín y un gran elenco y con la dirección de Bruno Stagnaro. ¿Tomaste conciencia de eso? —Yo estoy muy orgulloso también de lo que hice, y honrado por ser parte de El Eternauta, con todo lo que significa para la Argentina. Está buenísimo haber podido laburar con dos máquinas como son Ricardo y y Bruno. Obviamente era emocionante cuando los veía, y de repente estaba actuando con Ricardo Darín y escuchaba todo lo que decía, y compartía con él una escena, y por un lado era como el sueño del pibe, pero al mismo tiempo lo veía como un intercambio entre compañeros de trabajo. Y Bruno es un gran director, que labura un montón y está en todos los detalles, al punto que el chiste interno era preguntarse cuándo duerme Bruno. Cuando ves a alguien que está laburando con tanta pasión y tanta dedicación, te permite cierto relajamiento y descansar sabiendo que va a estar bueno. Y cuando ves el producto finalizado, terminás de entender todo. El antes, el durante y el después Joaquín dice que tiene muy pocos recuerdos del accidente del que sobrevivió de milagro. Y es algo logico. Tenía cinco años y los golpes y los traumas funcionaron como un efectivo dispositivo de bloqueo. “Tengo como flashes de imágenes del parque, de algún juego. Y hay algo muy loco para mí, que es el recuerdo de atravesar la tela negra antes de entrar al túnel del tren fantasma”, evoca casi como una premonición. Los mecanismos de defensa y sus misterios. —Una imagen que resulta bastante simbólica respecto a lo que te iba a pasar. —Sí, es medio como ir a la muerte y me flashea tanto que no sé hasta qué punto es real o es producto de mi imaginación. De la internación no recuerdo tanto, sé que venía mucha gente a verme cuando me desperté y cuando estaba en coma también. Por ahí me acuerdo cositas de mi abuela o a mis familiares trayéndome cosas. Y tengo el recuerdo puntual de tomar un jugo de ananá. Joaquín con Carla Peterson y parte de Los Eterkids —Es increíble cómo se genera esa selección de recuerdos inconscientes. —Totalmente, supongo que al ser un evento muy fuerte y muy traumático, el cerebro elimina algunos recuerdos que en un chico de cinco años se disipan un poco. Me acuerdo más de cuando me cambié de hospital para empezar la rehabilitación, y había muchos miedos: a que no pueda comer, a que haya perdido la memoria, a que no pueda hablar o pueda caminar. Y casi todo eso estuvo bien, lo que más me costó fue caminar. —Imagino que fue complicado volver a insertarte en la vida que tenías antes. —A la distancia lo recuerdo con gracia, pero no fue fácil. Tuve triple fractura de cráneo, que suena muy fuerte, pero se iba a terminar sellando solo, lo tenía que dejar estar. Entonces mi cerebro estaba ahí, como medio bailoteando. Cuando volví a casa, enseguida tenía ganas de ir al colegio, aunque mi familia todavía tenía un poco de miedo. Pero yo quería retomar esa normalidad, entonces durante unos meses fui con un casco, y era muy particular ver a un pibe con casco por la calle o en el colegio. Al principio me tenía que cuidar de hacer cosas más bruscas, encima siempre fui medio catrasca, de mandarme a hacer todo, así que estuve un poco más resguardado ese tiempo. Joaquín Acebo, uno de las revelaciones de El Eternauta (Prensa Netflix) —¿Cuál fue la reacción de tus compañeros? ¿Te sentías observado? —Mi familia me dice que el accidente me cambió en la estructura mental, y yo lo siento así. Yo era un pibe distinto antes del accidente y si bien mis compañeros me habían ido a ver al hospital y había cierta normalidad, con el resto del colegio o los compañeros nuevos era todo un tema. Sentía el peso de la mirada ajena, se han burlado de mí. Entonces por momentos estaba bien, pero por otros fue bastante difícil. —¿El accidente tuvo que ver en que te dedicaras a la actuación? —La actuación estaba conmigo desde antes, siempre disfruté de las obras escolares, quería ser el personaje principal y en casa me la pasaba haciendo shows para mi familia. Después del accidente lo profundicé, y creo que hay algo del arte y de la actuación, de sublimar un poco todo lo que me estaba pasando. Y más allá de que era un lugar al que ya iba direccionado, terminó siendo un refugio después de lo que me pasó. Y un lugar donde poder expresar un montón de cosas que me pasaban y poder transformarlo también —Ahora también te sentís observado, pero desde otro lugar. ¿Cómo experimentás estas primeras sensaciones de popularidad? —Venía con miedo a la exposición, porque siempre existe el hate. Y vi un par de comentarios feos, pero la verdad es que pensé que iban a ser más. El 90% son lindos y positivos y eso me sorprendió un montón para bien. No hay día que no me saluden por la calle y está bueno el reconocimiento, porque quiere decir que tu laburo gustó. —Hay algo que transmite tu personaje que resume un poco el espíritu de El Eternauta: esto de salir adelante a pesar de las adversidades y con lo que se tenga a mano. ¿Se te acercaron personas que conectaron con tu historia porque pasaron por alguna situación similar a la tuya? —Creo que es demasiado ponerme la bandera del referente de las personas distintas, pero sí hay algo que es representativo y es que tuve mucha convicción para seguir en este camino que es hacer lo que amo y lo que me hace bien. Obviamente, vino acompañado de muchísimos miedos, dudas y cuestionamientos. Nunca había visto a alguien con parálisis facial en una película, o una serie, entonces por ahí para la gente que tiene este problema u otro tipo de condiciones físicas puede animarse a soñar con hacer esto. Eso está bueno. Y también está bueno que se vea que, más allá de esta particularidad que es notable, sigo siendo una persona y un actor como cualquier otro. Todos los días vemos a gente con alguna particularidad en la calle, y no pasa nada raro... ¿por qué tendría que ser diferente en una serie? —¿Cómo te gustaría que siga tu carrera después de El Eternauta? —Me encantaría poder seguir laburando. Entiendo que la visibilidad está buenísima porque te abre un montón de puertas. Por ahora estoy tranquilo, y ojalá que se empiecen a producir más cosas acá en Argentina, porque la producción ahora está bastante parada. Y ojalá que me llamen de alguna (risas). —Y ya que la gente te lo pide... ¿Hay chances de que reviva Micky para la segunda temporada? —Y no lo sé, ojalá que sí. La verdad es que sería un sueño hermoso seguir estando, y creo que todo es posible en el mundo de El Eternauta. Pero hay que ver qué opina el director.

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