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Fecha: 16/05/2025 21:20
Es el comienzo oficial del pontificado de primer estadounidense en la historia de la Iglesia Católica. La ceremonia será este domingo. Se espera la presencia de decenas de jefes de Estado y gobierno. Pero no irán Donald Trump ni Javier Milei. Toda la atención en el Vaticano y en Roma está concentrada en la celebración del domingo 18 del inicio del pontificado de León XIV. Se espera el arribo de 200 mil personas y alrededor de 190 delegaciones extranjeras para presenciar la ceremonia. Se espera la participación de una multitud de fieles en la plaza San Pedro que se desbordarán por la vía de la Conciliación que lleva al rio Tíber. El Papa recorrerá por primera vez con un papamóvil los caminos de la plaza y de la via de la Conciliación, como hizo el Papa argentino Jorge Bergoglio tras celebrar la Pascua de Resurrección ante una inmensa multitud. Marcó su regreso tras su larga internación médica. Murió en la mañana siguiente, el 21 de abril, a las 7.15. El recuerdo colectivo de aquel emocionante Domingo de Pascua estará presente en todos. Para la ceremonia se espera la presencia de Felipe VI, rey de España, más monarcas de Bélgica y otros países. También Eduardo, príncipe de Inglaterra y el presidente israelí Isaac Herzog. Asistirá el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que según las versiones encontraría, en forma privada, a León XIV. Zelenski estuvo también en los funerales de Francisco y se encontró en una cita muy comentada con el presidente norteamericano Donald Trump. Donald Trump y Javier Milei, ausentes Este domingo, en cambio, no vendrá Trump y estará presente el vicepresidente de EE.UU., James Vance, que entre paréntesis fue la última personalidad que tuvo una breve audiencia con el Papa Francisco el domingo 20 de abril por la mañana, horas antes de la muerte de Jorge Bergoglio. Tampoco asistirá el presidente argentino Javier Milei. Argentina estará representada por el ministro de Relaciones Exteriores Gerardo Werthein y la ministra de Capital Humano Sandra Petovello, El rito del “Inicio del ministerio petrino del obispo de Roma”, que es el nombre dado por el Vaticano a la ceremonia, tiene tres pasos. El primero es la oración del Papa ante la tumba de San Pedro, en las grutas vaticanas. León XIV rezará junto con los patriarcas de las iglesias orientales aistentes a la misa. Los cardenales esperararán ante el Altar de la Confesión en el cenro de la basílica de San Pedro. El palio y el anillo del Pescador Tras el rezo, el papa y los cardenales saldrán en procesión hasta el altar de la plaza de San Pedro, donde se celebrará la misa, mientras se cantan las Laudes Regina y los diáconos llevan el palio y el anillo del Pescador. El palio es una especie de bufanda de lana blanca decorada con cinco cruces rojas, símbolo de la misión pastoral y de la comunión con la Iglesia universal. Es custodiada hasta Pascua y depuesta sobre la tumba de San Pedro hasta el 29 de junio, fiesta de los santos Pedro y Pablo. El palio es puesto en los hombros del nuevo Pontífice. El Palio “indica el Salvador que, encontrándose con la oveja perdida la carga sobre sus hombros “y asumiéndose nuestra naturaleza humana en la encarnación la ha divinizada con su muerte en cruz y la ha Ofrecido al Padre y con la resurrección nos ha exaltado”. Después del palio, sigue la consigna del Anillo el Pescador, confiado al Papa por el Decano Giovanni Battista Re. El anillo representa el vínculo directo con San Pedro y la continuidad de la misión apostólica. Cuando muere el Papa, el anillo es roto por el cardenal camarlengo, que administra la Iglesia durante la sede vacante. La ceremonia de inició del pontificado culmina con el homenaje de los cardenales, que expresaran su obediencia al nuevo pontífice. La ceremonia concluye con el ritual de la bendición papal Urbi et Orbi (a la ciudad de Roma y al mundo) y el primer mensaje oficial del Papa León XIV. Este es un importante momento litúrgico y también la ocasión para señalar los momentos programáticos del pontificado. El Papa Prevost ha indicado en muchas ocasiones que sigue "siendo un misionero”. Un espíritu que se reencuentra también en el mundo agustianiano al que pertenece el nuevo pontífice y que dice: “En el único Cristo, somos uno”. El corazón, tan importante para san Agustín, padre y doctor de la Iglesia, que escribió en uno de sus sermones: “Torna al corazón y del corazón ve a Dios. Si serás tornado a tu corazón, tornarás a Dios de un lugar que te es muy vecino”. Fuente: Clarin
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