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Parana » Radio La Voz
Fecha: 16/05/2025 10:44
En Tribunales, cuando las puertas se cierran y el aire se vuelve denso, hay nombres que flotan como cenizas. Uno de ellos volvió a sonar con fuerza esta semana: Josefina Etienot. En el pasillo, nadie la llama así. Para los Grillos de archivo y los Perros de planta baja, es Violencia Rivas. No por capricho: por estilo. El 13 de mayo, el Jurado de Enjuiciamiento se reunió para rechazar el recurso de revocatoria que había presentado la magistrada. Alegaba caducidad del proceso. Decía que ya se le había vencido el plazo al jurado para seguir con el caso. Pero la respuesta fue clara: no hay plazos si el jurado no está completo, y el precedente era sólido. El mismo que se usó en la causa del juez Rossi. Los Perros se miraron entre sí cuando leyeron el fallo. Un Grillo susurró: —Paradójico. Porque cuando a Rossi lo estaban por jubilar en la picadora, ella estaba del otro lado, viceintendenta de Varisco, buena amiga del exsenador Mattiauda y de Lamadrid. —El mismo Lamadrid que ahora firma contra ella —agregó un Perro. —La vida es una calesita —cerró otro, mientras bajaba la vista. Los argumentos que hoy la dejan sin defensa son los mismos que antes celebraban sus aliados. Porque el Comandante —que también firmó en Rossi— ya había dicho que el Jury puede avanzar incluso sin acusación de Fiscalía. Si eso es válido para condenar, también lo es para rechazar un recurso. —“El que puede lo más, puede lo menos”, recordó un Grillo veterano. El recurso de Etienot nació perdido. Y la defensa, cuentan en voz baja, se durmió el expediente. No presentó lo que debía. Consintió en silencio. Y después, claro, llegaron los de siempre: operadores con trajes ajustados y promesas flojas. —“Te paro el jury, nena”, le dicen. Pero el cochecito ya está cuesta abajo y sin freno —murmuró un Perro de ojos rojos. Lo que sigue no es jurídico ni político. Es más viejo que ambos: la soledad del poder cuando se agota el respaldo. En este caso, el Comandante no tiene margen para ayudar. No puede retroceder en una doctrina que él mismo construyó. La dejó sola. Y eso, en Tribunales, se siente como una sentencia. —Y después se quejan cuando los peronistas plantean caducidades o recusaciones —refunfuñó un Grillo de piso alto—. Si lo hace Goyeneche o Etienot, es “derecho a la defensa”. Si lo hace un Pato, es “entorpecimiento institucional”. Los pasillos conocen el olor de la doble vara. Está impregnado en las paredes. Esta vez, Violencia Rivas creyó que el tiempo jugaba a su favor. Pero se olvidó de una regla básica de Tribunales: hay tiempos que duermen… y despiertan justo cuando más duelen.
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