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» Elterritorio
Fecha: 13/05/2025 06:56
Mateo Orozco tiene 19 años y estudia Ingeniería Aeroespacial en La Plata. Antes de comenzar la carrera vivió 3 años en Misiones y cursó en la Facultad de Ingeniería de Oberá. Su interés por la ciencia nació viendo programas de la NASA en la infancia, y fue fortaleciéndose entre películas, becas por mérito y una pasión creciente por la física y la matemática lunes 12 de mayo de 2025 | 19:45hs. Desde los satélites que veía de niño en programas de televisión hasta el aula universitaria donde cursa Introducción a la Ingeniería Aeroespacial, Mateo Orozco recorrió un camino hecho de curiosidad, esfuerzo académico y decisiones importantes. A sus 19 años, ya tiene claro que quiere dedicarse al diseño y mantenimiento de todo lo que vuele, y sueña con continuar sus estudios en el exterior. “El interés nació de muy chico”, cuenta Mateo, que actualmente vive en La Plata. “Me gustaba mucho ver un programa de la NASA que pasaban a la tarde. Mostraban lanzadores, satélites, aviones supersónicos… cosas que parecían de película”, recuerda. A partir de esas imágenes, el sueño infantil de ser astronauta fue tomando forma con el tiempo y convirtiéndose en un plan a partir de estudiar ingeniería aeroespacial. Con una inclinación natural hacia la matemática y la física, Mateo evaluó distintas carreras científicas al terminar el secundario. “Investigando, vi que la ingeniería aeroespacial era más práctica: te enseñan diseño, construcción y mantenimiento de todo lo que huele. En cambio, física va más por el lado de la docencia o la investigación”, explica. En 2023 comenzó sus estudios en la Facultad de Ingeniería de Oberá, Misiones, anotado en la carrera de Ingeniería Electromecánica mientras terminaba de decidirse. “Como los dos primeros años son comunes para todas las ingenierías, aproveché para investigar más. A mitad de año me di cuenta de que lo mío era construir cosas que vuelan”, resume. Mateo nació en Comodoro Rivadavia, Chubut, y vivió allí hasta los 15 años. En el sur obtuvo dos veces la beca al mérito de la empresa Techint gracias a su promedio de 9,50. “Era exigente, pero valía la pena. No iba a una técnica, así que fue por concurso y notas”, cuenta. En 2021 se mudó con su familia a Posadas, donde completó la secundaria en el Instituto Cristiano República Argentina y participó por primera vez en la Olimpiada Matemática, llegando hasta la instancia regional del NEA. A la hora de hablar del futuro, Mateo no duda: quiere seguir perfeccionándose y no descarta estudiar en el extranjero. “Sé que hay mucha demanda de ingenieros aeroespaciales, eléctricos y mecánicos. Algunos se reciben acá y hacen posgrados afuera. Me interesa mucho eso, y también las becas y transferencias. Hay una materia muy buena en la carrera que te explica todo eso”, dice, entusiasmado. El apoyo familiar fue clave para que pudiera tomar decisiones importantes. “Cuando les conté que me quería mudar a La Plata, me dijeron que le diera para adelante, que ellos me iban a apoyar. Lo único difícil es la distancia, porque ellos están en Posadas”, dice, aunque lo cuenta con una sonrisa. Mateo Orozco recién empieza su camino, pero ya sabe qué quiere y está dispuesto a trabajar para conseguirlo: mirar el cielo con los pies bien en la tierra, pero siempre apuntando alto.
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