12/05/2025 09:32
12/05/2025 09:31
12/05/2025 09:30
12/05/2025 09:30
12/05/2025 09:30
12/05/2025 09:30
12/05/2025 09:30
12/05/2025 09:30
12/05/2025 09:30
12/05/2025 09:30
» Diario Cordoba
Fecha: 12/05/2025 05:34
Un pequeño resquicio para la paz, pero total desconfianza ante la posibilidad de que se trate de una nueva maniobra dilatoria del Kremlin. Este es, en resumen, la valoración que han hecho en las últimas horas el presidente Volodímir Zelenski y sus principales aliados europeos, de la oferta planteada por Vladímir Putin de iniciar conversaciones directas este mismo jueves entre ambos países en guerra en Turquía, lugar donde representantes de ambos países se vieron las caras por última vez en 2022. Precisando que consideraba "una señal positiva" que Moscú se esté planteando detener las hostilidades, el mandatario ucraniano ha repetido su demanda de que Rusia ponga fin a las operaciones militares en su país a partir de este lunes, antes de iniciar cualquier conversación de calado sobre los contenciosos pendientes. "Espero a Putin en Estambul el jueves", ha espetado, lanzándole el guante a su homólogo ruso. "No tiene sentido continuar con la matanza ni un solo día más. Esperamos que Rusia confirme un alto al fuego, que sea total, duradero y fiable, a partir de mañana, 12 de mayo", ha proclamado el mandatario ucraniano en las redes sociales, en un tono conciliador que no suele emplear en sus mensajes públicos cuando invoca a la dirigencia rusa. Su postura fue, de inmediato, apoyada por el presidente francés, Emmanuel Macron, quien en los últimos meses ha expresado públicamente una gran sintonía personal con Zelenski y cuya reacción parecía un calco a la del ucraniano. Las oferta del líder del Kremlin "es un primer movimiento", pero "no es suficiente", ha enfatizado el mandatario francés. El canciller alemán, Friedrich Merz, también insistió en que "lo primero de todo", la prioridad número uno, era que callaran "las armas". La víspera, los tres dirigentes, flanqueados por los primeros ministros del Reino Unido, Keith Starmer y Polonia, Donald Tusk, emitieron desde Kiev, en una inusitada y poco frecuente muestra de unidad, un ultimátum a Putin para detener las hostilidades a partir del lunes o afrontar "sanciones masivas". Trump se desmarca El presidente estadounidense, Donald Trump, quien en principio apoyaba la necesidad de un alto el fuego y estaba dispuesto a apoyar las sanciones contra Putin aireadas por los líderes europeos en el caso de que no se materializase, se desmarcó una vez más del consenso entre los aliados occidentales y demandó públicamente al líder ucraniano que se plegue a las condiciones establecidas por Moscú, alineándose de nuevo con las posiciones de Putin. "El presidente Putin de Rusia no quiere un alto el fuego con Ucrania, sino reunirse el jueves para negociar un posible final al BAÑO DE SANGRE. Ucrania debe aceptarlo INMEDIATAMENTE; al menos, podrán averiguar si un acuerdo es posible", ha escrito el magnate neoyorquino en un post difundido por su red, Truth Social. Aunque de momento no hay consenso entre ucranianos y rusos sobre los pasos a seguir, lo cierto es que Turquía ya ha comenzado a movilizarse ante la eventualidad de acoger una ronda de conversaciones entre ambos países. Este domingo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha hablado por teléfono con Macron y le ha expresado su disponibilidad a acoger semejante reunión. "El presidente declaró que se había alcanzado un punto de inflexión histórico en los esfuerzos por poner fin a la guerra entre Ucrania y Rusia", indica una nota emitida por la presidencia turca. Que la parte rusa no tiene, por el momento, y como primer paso hacia una eventual desescalada, intención alguna de convertir en permanente la tregua de tres días decretada para celebrar sin sobresaltos el reciente desfile del Día de la Victoria quedó meridianamente claro durante la noche del sábado al domingo. Según fuentes ucranianas, durante la jornada del domingo, las tropas rusas habían lanzado un total de 67 ataques en los frentes de guerra de Ucrania y de la región rusa de Kursk, la mayoría de las incursiones en los alrededores de la localidad de Pokrovsk, donde la situación es particularmente difícil. A juzgar por los partes de guerra ucranianos, imposibles de verificar por fuentes independientes, la guerra sigue derroteros similares a los registrados en los últimos meses. Es decir, avances muy limitados de las tropas rusas a costa de graves pérdidas humanas en el campo de batalla. Solo durante la jornada del sábado, de acuerdo con las mismas fuentes, las fuerzas invasoras habrían perdido a unos 1.300 hombres, entre muertos y heridos, una cifra comparable a las registradas, tanto por Kiev como por los aliados, durante los últimos meses de 2024. Según Forbes, al ritmo actual el Ejército del Kremlin requerirá más de dos siglos para conquistar el país vecino, a un coste de 101 millones de muertos.
Ver noticia original