Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • “No es capricho, es salud”: por qué los niños necesitan rutinas para crecer con autonomía, confianza y calma

    » Rafaela Noticias

    Fecha: 10/05/2025 22:08

    “No es capricho, es salud”: por qué los niños necesitan rutinas para crecer con autonomía, confianza y calma Por Redacción Rafaela Noticias Las rutinas no son un simple capricho de adultos organizados. Para los niños, representan una herramienta fundamental para su desarrollo emocional, cognitivo y social. En diálogo con Rafaela Noticias, la psicóloga Virginia Gariglio explicó por qué es importante establecer rutinas en la infancia, qué tipos de rutinas son necesarias, cómo adaptarlas a cada familia y qué hacer cuando los chicos se resisten a los cambios. Las rutinas como brújula emocional ¿Qué tienen en común una noche sin dormir, un almuerzo entre pantallas y una tarde sin rumbo? Para los adultos, puede ser un mal día. Para un niño, puede ser desorientación, ansiedad y caos interno. Por eso, establecer rutinas en la infancia no solo organiza las horas del día: estructura el mundo emocional, anticipa lo que viene y da seguridad. "La rutina es esencial para todos, pero especialmente para los niños, porque están en constante desarrollo", explicó la psicóloga Virginia Gariglio en diálogo con Rafaela Noticias. “Cuando logramos establecer una rutina adecuada, ajustada a la edad del niño y la realidad de su familia, observamos que comienzan a ganar autonomía y confianza. Aprenden poco a poco qué deben hacer y cuándo”. Según la especialista, las rutinas más marcadas suelen empezar cuando los niños ingresan al jardín o a la escuela, momento donde los horarios cobran protagonismo y una buena organización diaria se vuelve una gran aliada para la adaptación. Dormir, comer, jugar: los pilares del día a día Una rutina no se reduce a marcar horarios en una grilla. Se trata de construir momentos con sentido, presencia y conexión. Gariglio remarcó tres pilares fundamentales: el sueño, la alimentación y el juego. “La rutina de sueño es indispensable. Irse a dormir a un horario similar, sin pantallas y en un ambiente tranquilo, es clave para descansar y encarar el día siguiente con energía”, afirmó. En cuanto a la comida, invita a no pensarla como una obligación mecánica: “No se trata solo de cenar a las 20, sino de aprovechar ese momento para conversar con quienes estén presentes. Crear espacios de diálogo fortalece los vínculos”. El juego, por su parte, no es un lujo sino una necesidad. “Los niños deben tener momentos de ocio. Incluso aburrirse a veces es positivo, porque fomenta la creatividad. Reunirse con otros, invitar amiguitos, también ayuda en el desarrollo social”. Actividades sí, pero con equilibrio Hoy en día, muchas infancias están marcadas por agendas llenas de actividades extracurriculares. Esto no es negativo en sí mismo, pero sí requiere observación. “No se trata de estar a favor o en contra de las actividades, sino de evaluar cómo impactan en ese niño o niña”, adviertió Gariglio. “Pasada la mitad del año suele aparecer el cansancio. Si notamos que las actividades lo están agotando, es momento de reestructurar. Una rutina saludable no es una rutina cargada: es una rutina equilibrada”. Rutinas familiares: los adultos también cuentan Las rutinas infantiles no se sostienen solas: necesitan del marco que brindan los adultos. Gariglio señaló que las rutinas deben estar supervisadas y guiadas por personas adultas, que a su vez también tienen que organizar sus propios tiempos. “Esto no quiere decir que los chicos deban replicar lo que hacen los grandes, sino que tengan una referencia clara de qué viene después, una especie de mapa diario”. Para facilitar esto, sugirió utilizar recursos visuales como carteles con dibujos o palabras. También destacó la importancia de fomentar la colaboración entre hermanos, teniendo en cuenta las diferencias de edad y habilidades: “Un niño de 6 años puede ayudar a poner la mesa, uno de 2 años no. Pero ambos pueden participar de alguna forma, siempre respetando su etapa de desarrollo”. ¿Qué pasa cuando hay resistencia? Muchos padres se preguntan: ¿cómo sé si mi hijo necesita más rutina? Según la psicóloga, los niños rara vez lo expresan en palabras, pero sí en conductas: irritabilidad, desorganización, llanto frecuente o dificultad para concentrarse. "Cuando falta estructura, puede generarse un clima tenso en el hogar que afecta a todos los miembros", adviertió. Implementar una rutina puede generar rechazo inicial, pero con constancia y acuerdos entre adultos, el proceso se vuelve más fluido. ¿Y si nada funciona? “Si hay una resistencia muy marcada y se han probado diferentes estrategias sin éxito, es importante pedir ayuda profesional. El acompañamiento terapéutico no trabaja solo con el niño, sino con toda la familia”. Flexibilidad, errores y nuevas oportunidades Los fines de semana y las vacaciones también tienen su espacio. Para Gariglio, es saludable flexibilizar algunas rutinas en esos períodos, pero sin perder el marco. “Ser más flexibles no significa habilitar 10 horas de pantallas, sino tal vez cambiar el momento o extender un poco el uso, sin excesos”. Y aclara: “No hay recetas mágicas. Cada familia debe adaptar la rutina según su realidad. Lo importante es que tenga un sentido y sea sostenida con constancia y paciencia”. Claves para una rutina saludable en la infancia

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por