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  • Una infancia con lo justo, el gesto en el pecho que anticipó su retiro y el día que su papá lo elogió por primera vez: la historia del Kun Agüero en Del Otro Lado

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 09/05/2025 05:02

    Del Otro Lado - Kun Agüero Sergio Kun Agüero es uno de los futbolistas más destacados de Argentina. Nació el 2 de junio de 1988 en la localidad bonaerense de Quilmes, debutó profesionalmente a los 15 años en Independiente y se convirtió en el jugador más joven en jugar en la Primera División del fútbol argentino. Su precoz talento llamó la atención rápidamente y lo llevó a dar el salto al fútbol europeo, primero estuvo en el Atlético de Madrid, donde se consolidó como estrella, y luego en el Manchester City, donde se transformó en ídolo y goleador histórico del club. Durante su paso por el club inglés, marcó más de 250 goles y ganó numerosos títulos, incluidos cinco campeonatos de la Premier League. Además, formó parte de la Selección Argentina que ganó la Copa América 2021 junto a Lionel Messi y participó en tres Copas del Mundo. En 2021, Agüero se vio obligado a retirarse prematuramente del fútbol profesional debido a una afección cardíaca detectada tras su llegada al FC Barcelona. Este abrupto final marcó un cambio profundo en su vida, pero no puso fin a su conexión con el deporte ni con sus millones de seguidores, quienes lo continúan acompañando en su nueva etapa como creador de contenido, streamer y empresario, entre otros tantos roles. Ahora, esa historia de superación, gloria y emociones se convirtió en una serie documental titulada Kun por Agüero, que ya está disponible en Disney+. Narrada por él mismo y con testimonios de figuras como Messi, Pep Guardiola y Nicolás Otamendi, la serie ofrece un recorrido íntimo por su vida, desde sus orígenes humildes hasta su consagración mundial. Luis: —¿Cuántas veces viste la serie? Kun: —Muchas, muchas veces porque con Fernando y toda la parte técnica, y el director Justin (Webster), fuimos viendo desde el principio cómo se iba editando. La verdad que la vi bastante. Pero no la pude ver terminada entera porque como la vi tantas veces en crudo, solo vi la primera parte completa. Y hoy, por ejemplo, mi hijo me pidió ver la segunda y tercera juntos. Así que vamos a ver qué pasa… Luis: —Que lindo momento ver con el nene la serie. ¿Qué te pasa cuando compartís ese rato con tu hijo? Kun: —Yo la verdad que ahora con el tema de las redes sociales, empezamos a compartir mucho más charlas porque la realidad es que no estoy en Argentina y él vive acá, entonces empezamos a tener una charla mucho más dinámica. Y hoy, después de que me retiré, la verdad que comparto mucho más con él. Él ya tiene 16 años y me sorprende porque piensa como un adulto y tiene preguntas muy buenas. Eso hace que casi seamos amigos, más que padre e hijo, porque nos contamos bastantes cosas. Luis: —Si te ubicas en 1988, el año que naciste, o en los años posteriores en los que ya tenías conciencia de lo que pasaba, ¿cómo era tu casa? ¿Cómo vivían? Kun: —Lo que recuerdo es que mi casa era de chapa, cemento y el piso era de tierra que después mis viejos trataban de decorar lo mejor posible, pero la casa era muy chica. Teníamos un living-cocina todo junto y dos habitaciones. En una dormían mis viejos y en la otra nosotros. Había dos cuchetas y uno dormía en el piso. Después llegaron dos hermanos más y mi viejo pudo hacer una habitación al lado, pidiéndole un pedazo de terreno al vecino. En la villa, las casas estaban divididas por una pared y del otro lado estaban otros vecinos. La verdad que no teníamos mucho, pero lo que más me acuerdo es ver a mi viejo jugar al fútbol y yo también jugar. Esa era mi vida. Kun Agüero: “No tuve miedo a morirme, pero estaba en riesgo mi vida”. Crédito: Jaime Olivos Luis: — ¿Cómo se dio el momento en que te diste cuenta de que tenías talento para el fútbol? Kun: —Eso fue algo muy loco. Yo le pregunté a mi viejo cómo se dio cuenta de que tenía talento y él me contó que al principio no lo veía porque él estaba concentrado en jugar para mantenernos, ganando plata en partidos informales de fútbol. Pero después, algunos amigos de él empezaron a decirle: “Che, prestá atención a tu hijo”. Fue ahí cuando él me llevó al primer club, y a partir de ahí, comencé a agarrar ritmo de juego. Los entrenadores y la gente empezaron a decirme que tenía algo especial. Pero yo no me daba cuenta de lo bueno que era. Luis: —¿No te dabas cuenta de que eras el mejor cuando jugabas? Kun: —Yo solo notaba que cuando organizaban equipos, me decían: “Vos armá el tuyo”. Era como si ya me consideraran el capitán sin que yo me diera cuenta de la importancia que eso tenía. También notaba que los chicos tenían respeto por mí, pero no pensaba si era o no tan bueno como decían. Mi única mentalidad era ganar. Mi viejo me enseñó a no perder y a no jugar mal. Sabía que si no lo hacía bien, él me iba a decir algo y me fui acostumbrando a esa crianza de él que al principio me costó. De chico no lo entendía y hoy de grande lo entiendo. Luis: —¿Qué te decía tu papá cuando jugabas? Kun: —Me decía: “No me gusta que juegues así” o “no te traigo más”. El “no te traigo más” yo lo sufría porque yo quería ir. Hoy por ahí es totalmente diferente para un nene y reacciona distinto. Pero yo lloraba porque quería ir a entrenar. A veces mi viejo no podía llevarme porque tenía otras cosas y yo la pasaba mal porque no sabía cómo decirle que me lleve a entrenar. Ahí él buscó amigos para que me pudieran llevar y a tal ahora tenía que estar sí o sí en tal parada porque sino pasaban y no me llevaban. Luis: —¿Lo pudiste perdonar a tu viejo? Kun: —Es que yo no siento que lo tengo que perdonar. Quizás mucha gente dice: “Hay que perdonarlo por la crianza”. Yo soy muy de entender a la gente. A mí me gusta entenderlo y soy muy de entender por qué lo hace. Y no lo hace de malo. Quizás es la herramienta que tiene. Yo siento que es lo que él pudo dar. Y para mí siempre es mi viejo y eso era todo lo que yo por ahí necesitaba de chico para llegar a Primera. “Mi casa era de chapa, cemento y piso de tierra”, recordó el ex futbolista. Crédito: Jaime Olivos Luis: —Contame qué significa el primer billete de 20 pesos que viste en tu vida. Kun: —Cuando empecé a jugar me di cuenta que quizás no llegaba a Primera, pero que era bueno para los barrios. Entonces, pensaba que que con eso y, mientras mi viejo siga cobrando algo por algunos clubes, podíamos estar un poco mejor en casa. Pero cuando vi esos 20 pesos en mi cabeza fue: quiero seguir jugando. Porque yo veía la situación que estábamos viviendo en mi casa y la realidad es que la necesitábamos la plata. Vivíamos con lo justo, entonces me motivaba a seguir para adelante y seguir jugando en más clubes porque yo sabía que jugando en más clubes íbamos a estar mejor. Pero al final mis piernas se agotaban. Luis: —¿Pasaste hambre alguna vez? Kun: —No es que pasáramos hambre porque siempre había algo en la heladera, pero sí vivíamos con lo justo. Mate cocido con pan en la cena, por ahí no teníamos la comida real que queríamos tener. No comíamos carne o una rica pasta. Todo el tiempo era guiso, estofado y pollo que en ese momento era económico. Después, era mucho mate cocido con pan o sandwiches de tomate. Era lo que había. No es que no comíamos, pero sí que era muy básico. Yo veía por ahí alguien que comía un sándwich y me desesperaba. Cerca de casa, en la misma villa, hacían sandwich de milanesa y cuando pasaba ahí era sentir ese olor y decir: “¡No puede ser que no pueda comer algo de esto!”. Luis: —Creo que la palabra que más usaste en este tramo de la entrevista es mi papá, mi viejo y mi padre. ¿Qué significa él para vos? Kun: —A ver como padre para mí fue fundamental. Gracias a él, a la forma de criarme de esa manera, yo pude lograr el objetivo. Ahora ya soy más grande, tengo otro pensamiento, pero desde chico hasta que llegué a Primera División, él fue muy importante y entendí que lo que él hacía conmigo era porque no quería que me desvíe de del fútbol. Yo creo que en su cabeza tenía la idea: “Vos vas a ser futbolista y no te voy a dejar hacer otra cosa”. Con el entorno también pasó eso. Él seleccionaba el entorno, por decirlo así, para no tener una vida que me perjudicara porque en la villa es complicado. Yo tenía amigos que ya con 13 años robaban. Entonces, mi viejo siempre me decía: “No te juntes más con ellos”. Y para mí era raro porque yo compartía todo el tiempo en la cancha jugando con ellos. Eran mis amigos del barrio, pero después empecé a entender que él trataba de cuidarme. Sergio Agüero en una charla íntima con Luis Novaresio en Del otro lado. Crédito: Jaime Olivos Luis: —¿Te dijo alguna vez que eras bueno en el fútbol? Kun: —No, nunca. Me lo dijo cuando me retiré por un mensaje de texto y ahí me puse a llorar. Me puse a llorar de alegría y le escribí: “¡Al fin me escribís esto!”. Como puteandolo (risa). Pero me emocioné por tantos años esperando esas palabras... Luis: —Hablamos de tu papá. Pero si entra por acá tu vieja, ¿qué le decís? Kun: —A mi vieja la amo. Mi vieja es todo. Estuvo con mis hermanos, cuidando, trabajando y también yo lo que pensaba era: cuando llegue a Primera división y tenga plata, voy a ayudarlos y ayudarla a ella para que esté lo más tranquila posible en casa. Luis: —En la serie hay imágenes donde vos haces un gesto tocándote el pecho. ¿Es por tu arritmia? ¿Te medías las pulsaciones? Kun: —Claro porque yo cuando me toca el pecho era porque sentía que se me tapaba algo acá en la garganta, como que se me ponía tenso y después entendí por qué era cuando el cardiólogo me explicó. Era porque la arritmia era ventricular y lo que hace es tapar una parte de la respiración. Entonces hace que no te entre el oxígeno y se te empieza a tapar toda la parte respiratoria. Es como que se me apretaba el cuello y tenía que bajar las pulsaciones del corazón, pero es como que la sangre no llegaba a bombear, a pasar bien. Al principio pensaba que no podía respirar y decía: “Debe ser que me estoy ahogando”. Con el tiempo entendí que esta arritmia ventricular era bastante peligrosa. “Sentía que me faltaba el aire y tenía pulsaciones altas: la arritmia es peligrosa”, explicó el Kun. Crédito: Jaime Olivos Luis: —Del 0 a 10 cuánto miedo a morirte tuviste en los episodios que te ocurrieron. Kun: —No tuve miedo a morirme. Yo creo que eso por ahí hizo que siga acá porque el médico me decía que era heavy y es heavy… Luis: —Hubo riesgo de vida. Kun: —Sí. Porque por eso yo dejo de jugar y lo que el médico me dijo es: “Te puede pasar. El problema está en que ahora vos lo sabés y al saberlo te podés desperar y eso puede provocar un desmayo. Al provocar un desmayo, con una arritmia, se puede provocar un paro. Entonces, ¿para qué? Si no hay necesidad” Y dije: “Sí, tenés razón”. Entonces ahí fue donde tomé la decisión de dejar de jugar. Luis: —Hay varios testimonios de médicos a quienes vos le decís: “Estoy tranquilo”. ¿Cómo procesaste toda esa información? Kun: —Por un lado sí estaba tranquilo y por otro lado no. Lo que no me dejaba tranquilo y todavía hoy me pasa es que no entiendo por qué me agarró esto, entonces es como que le pido explicaciones al cardiólogo y al médico. ¿Por qué motivo vino esto? Porque creo que lo debe tener mucha gente y todavía no lo pueden descubrir. Es una intranquilidad no saber por qué viene esto... Luis: —Si ves al Kun, el pibe que se raspaba las rodillas con las piedritas en la villa de Quilmes, ¿qué le decís? Kun: —Y yo le diría: “Te felicito por todo lo que pasaste. Estoy orgulloso de lo que hiciste en la vida y en el fútbol”. Le diría que no se sienta que le que le debe algo a alguien, sino que se sienta orgulloso por todo.

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