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» TN corrientes
Fecha: 09/05/2025 03:31
Salud Amenaza latente: el virus “dormido” en el cuerpo que puede reactivarse y generar un dolor penetrante Jueves, 8 de mayo de 2025 El herpes zóster llega a afectar ojos, oídos o el sistema nervioso; su riesgo aumenta con la edad o defensas bajas; recomiendan la vacuna para evitar secuelas graves Muchos creen que la varicela es una enfermedad de la infancia que, una vez superada, queda atrás sin consecuencias. Sin embargo, el virus que la provoca puede reactivarse décadas después y generar un dolor persistente. El herpes zóster, conocido popularmente como “culebrilla”, no solo produce molestias, sino que puede derivar en complicaciones neurológicas graves. ¿Cómo se manifiesta, quiénes están en riesgo y qué se puede hacer para prevenirlo? “El herpes zóster es la reactivación del virus de la varicela que muchas personas llevan inactivo en su cuerpo”, explicó Ramiro Heredia, médico clínico del Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la UBA. Esta reactivación suele provocar un cuadro cutáneo muy molesto, pero también puede derivar en complicaciones serias. “El virus puede afectar otras partes del cuerpo, como el ojo –herpes zóster oftálmico–, el oído –herpes zóster ótico– o incluso provocar encefalitis o meningitis”, advirtió el profesional, y remarcó que estas formas son más severas y se presentan con mayor frecuencia a medida que disminuyen las defensas del organismo. A partir de los 50 años, la probabilidad de experimentar esta reactivación aumenta significativamente. “Una persona, si vive los años suficientes, tiene hasta un 50% de posibilidades de padecer herpes zóster en algún momento de su vida”, afirmó Heredia. En este contexto, la vacuna aparece como una herramienta fundamental para la prevención. “Está recomendada para todos los adultos mayores de 50 años, así como para personas inmunocomprometidas mayores de 18 años”, señaló. Esta inmunización, además de prevenir el episodio agudo, también reduce la probabilidad de desarrollar alguna de sus consecuencias más debilitantes. Consultado sobre un posible aumento de casos en los últimos años, el médico fue cauto: “Muchas veces, cuando se sensibiliza al personal de salud mediante campañas de concientización, puede haber un aumento en el número de diagnósticos, pero eso no necesariamente implica un crecimiento real en la incidencia de la enfermedad”. Según Heredia, la activación del virus está fuertemente relacionada con la inmunidad celular. “Uno de los factores determinantes es la edad. Tener 50 años o más ya representa un riesgo porque nuestras defensas disminuyen naturalmente con el paso del tiempo”, explicó. También incluyó entre los factores de riesgo a las enfermedades crónicas como la diabetes, los tratamientos inmunomoduladores, los cuadros oncológicos y otras patologías que comprometen el sistema inmune. Claves dermatológicas para identificarlo Desde el punto de vista dermatológico, el herpes zóster tiene características bien definidas que permiten su identificación. Gabriel Noriega, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Británico, explicó que “el herpes zóster se manifiesta inicialmente con vesículas o pequeñas ampollas de contenido líquido claro sobre una base de piel enrojecida”. Uno de los desafíos clínicos consiste en diferenciarlo de otras afecciones cutáneas. “La distribución de las lesiones, los síntomas, la localización y su extensión son claves para establecer un diagnóstico diferencial con el herpes simple”, sostuvo. En cambio, otras enfermedades de la piel, como las dermatitis de contacto o alérgicas, no comparten ni la sintomatología ni la localización típica del herpes zóster. En cuanto al riesgo de contagio, Noriega fue claro: “La enfermedad es transmisible mientras existan vesículas o ampollas intactas. Una vez que la última lesión se seca y se transforma en costra, deja de ser contagiosa”. Por este motivo, para quienes cursan la enfermedad, recomendó evitar tener contacto con personas susceptibles, como embarazadas, recién nacidos, pacientes oncológicos o adultos mayores. Respecto de los cuidados, el especialista indicó que es clave mantener la piel limpia para evitar infecciones bacterianas. “El cuidado radica en asegurar una correcta antisepsia del área afectada”, subrayó. El tratamiento debe iniciarse rápidamente: “Dentro de las primeras 72 horas desde la aparición de los síntomas se recomienda iniciar antivirales por vía oral, combinados con tratamientos tópicos también con antivirales”, sostuvo. Para aliviar el dolor, es común el uso de analgésicos. Una de las complicaciones más temidas del herpes zóster es la neuralgia posherpética (NPH). Según el neurólogo Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, esta afección se caracteriza por un dolor persistente que aparece una vez que la erupción cutánea ha sanado. Este dolor, que puede durar meses o incluso años, se manifiesta a lo largo del trayecto de un nervio y se considera NPH cuando persiste por más de tres meses luego de la desaparición de las lesiones cutáneas. “La neuralgia se produce porque el virus, al reactivarse, inflama y daña las fibras nerviosas sensoriales”, indicó Andersson. En algunos casos, este daño se cronifica y da lugar a un dolor neuropático difícil de controlar. “El dolor se manifiesta como ardor, punzadas, sensación de corriente o hipersensibilidad. Incluso puede producirse alodinia, que es cuando un estímulo leve, como el roce de la ropa, provoca dolor”, detalló. Las zonas más afectadas suelen ser el tórax y la cara, especialmente el nervio trigémino. Los factores de riesgo para desarrollar NPH son similares a los del herpes zóster: edad avanzada, inmunosupresión, intensidad del dolor durante la fase aguda y localización en zonas sensibles como la cara o el pecho. Andersson también destacó las dificultades en el tratamiento: “El dolor de la NPH es difícil de tratar. Se utilizan antidepresivos tricíclicos como la amitriptilina o la nortriptilina, gabapentinoides, opioides en casos severos, parches de lidocaína o capsaicina, toxina botulínica y, en pacientes refractarios [los que no responden o resisten a los tratamientos convencionales], estimulación magnética transcraneal”, resaltó el dermatólogo. Jueves, 8 de mayo de 2025
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