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  • El nuevo papa es Robert Prevost, de EE.UU.: Se llama León XIV

    Valle María » Vallemarianoticias

    Fecha: 09/05/2025 03:12

    En su primer mensaje como pontífice, le agradeció a Francisco, dijo unas palabras en español dedicadas a su diócesis en Perú y pidió por la paz. En medio de una ovación, decenas de miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro recibieron con euforia al nuevo papa: Robert Prevost, el primer pontífice de Estados Unidos, quien adoptó el nombre León XIV. A las 13.08, la fumata blanca finalmente había emergido de la chimenea de la Capilla Sixtina, tras un día de espera, anunciando la elección del nuevo papa, el 267 en la historia y sucesor de Francisco. En ese momento, repicaron las seis imponentes campanas de la Basílica de San Pedro, en señal de júbilo. La elección del nuevo papa se concretó en la cuarta ronda de votación, al igual que ocurrió con Benedicto XVI en 2005. Una hora después de la fumata blanca -igual que en 2013-, el cardenal protodiácono, el corso-francés Dominique Mamberti, salió al balcón central de la Basílica de San Pedro, conocido como la “loggia”, para pronunciar el tradicional anuncio en latín: “Habemus Papam”, seguido del nombre del elegido y el que adoptará como pontífice, todo en latín. Prevost, un misionero de 69 años que dedicó su carrera a servir en Perú y lidera la poderosa oficina de obispos del Vaticano, salió minutos después a ese mismo balcón para enviar su primer mensaje. Su antecesor argentino, Jorge Bergoglio, sorprendió al mundo el 13 de marzo de 2013, cuando, a los 76 años, se presentó en el balcón con un informal “Queridos hermanas y hermanos, buonasera”, pero lo que dejó una huella histórica fue su decisión de adoptar el nombre de Francisco. En honor al santo patrono de Italia y de Asís, quien, en la Edad Media, renunció a sus riquezas para dedicarse a los pobres, celebró la belleza de la naturaleza y se sintió llamado a reconstruir la Iglesia. Además del mensaje que transmite a través del nombre elegido, habrá que observar la vestimenta que seleccione para presentarse al mundo. Francisco, como es bien sabido, salió a la loggia reflejando su estilo austero y sencillo: vistiendo únicamente el hábito talar blanco, característico de los pontífices (sin la muceta roja) y sus viejos zapatos ortopédicos negros, luego de rechazar los tradicionales zapatos de suave piel roja que suelen portar los papas. Llevaba también su cruz pectoral de arzobispo de Buenos Aires, plateada y con la imagen del Buen Pastor, que ahora se reproduce sobre la sencilla tumba en la que eligió ser enterrado en la Basílica de Santa María Mayor, cerca de la Virgen Salus Populi Romani, a la que veneraba, fuera del Vaticano. El nuevo papa, siguiendo la tradición, pasó por la sacristía de la Capilla Sixtina, conocida como la “habitación de las lágrimas” debido a los muchos pontífices que, conmovidos, han roto en llanto allí al tomar conciencia de la gigantesca responsabilidad que implica liderar una Iglesia de más de 1400 millones de fieles. En ese espacio, además de poder desahogarse, el nuevo papa encontró tres hábitos talares blancos de diferentes tallas, para elegir el que mejor se ajuste a su figura. Al reaparecer vestido de papa en la Capilla Sixtina, sus hermanos cardenales le rindieron homenaje, uno por uno, marcando el inicio de una nueva etapa, sin duda fascinante, en la historia de la Iglesia. Mensaje Visiblemente emocionado, el primer sumo pontífice estadounidense dedicó palabras a su antecesor. “Gracias al papa Francisco”, dijo. “Quisiera que este salud de paz llegue hasta sus corazones”, insistió: “Que los alcance a sus familias, a todas sus personas donde quiera que se encuentre, a toda la Tierra. La paz esté con ustedes”. En su primer discurso como papa, León XIV planteó que todos están “en las manos de Dios”. “Por lo tanto sin miedo, unidos, mano a mano con Dios y entre nosotros vayamos adelante”, dijo y remarcó: “Seamos discípulos de Cristo, Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz. La humanidad necesita de él como el puente para ser alcanzado por Dios de su amor” Alineado con los reiterados pedidos de paz de Francisco, extendió también un llamado a la ayuda comunitaria. “Ayúdense ustedes los unos a los otros, a construir puentes para ser todos juntos un solo pueblo en paz”, planteó. La Nación

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