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  • La mano que mece la cuna: cómo incide el afecto de la infancia en el futuro

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 07/05/2025 00:56

    Por Luz Saint Phat / [email protected] Una investigación reseñada por la Asociación Estadounidense de Psicología permite comprender el impacto de una crianza amorosa en la personalidad “Crianza ahora, desarrollo futuro: el poder duradero de la maternidad afectuosa” es el título de una nota de prensa de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) que refiere a la importancia de destacar el efecto que tiene el amor recibido en los primeros años para el resto de la vida. En este artículo, se hace referencia a una investigación cuyos resultados se encuentran sistematizados en el documento “La crianza en la infancia predice la personalidad en la adultez temprana”. Se trata de un estudio que permitió indagar en la correlación entre una niñez marcada por el afecto y el rendimiento académico, laboral, así como el bienestar general que poseen las personas cuando llegan a edades adultas. “Los rasgos de personalidad son fuertes predictores de resultados vitales importantes, desde el éxito académico y profesional hasta la salud y el bienestar”, afirmó la Dra. Jasmin Wertz, autora principal del estudio y profesora de psicología en la Universidad de Edimburgo. “Nuestros hallazgos sugieren que fomentar entornos de crianza positivos en la primera infancia podría tener un impacto pequeño pero significativo y duradero en el desarrollo de estos rasgos cruciales de la personalidad”, aseguró la especialista. Vale señalar que, para llegar a estas conclusiones, Wertz y sus colegas examinaron cómo el afecto materno durante la infancia, específicamente entre los 5 y los 10 años, permite predecir cuáles serán los matices que asuman los cinco grandes rasgos de personalidad a los 18 años, los cuales son: extroversión, amabilidad, apertura, escrupulosidad y neuroticismo (o estabilidad emocional). Experimentos En el marco de las indagaciones, según detalló la nota de prensa de APA, el equipo de investigación analizó datos de 2232 gemelos idénticos británicos (51,1 % mujeres) a quienes se les hizo seguimiento desde su nacimiento hasta los 18 años como parte del Estudio Longitudinal de Gemelos sobre Riesgo Ambiental. Durante el estudio, los investigadores realizaron visitas domiciliarias a las madres de los gemelos y las grabaron hablando de cada uno de sus hijos, en tanto que observadores capacitados evaluaron las respuestas de las madres en cuanto a calidez y afecto. A partir de la sistematización de esta información, se pudo concluir que “los gemelos cuyas madres expresaron más cariño hacia ellos en la infancia fueron calificados como más abiertos, escrupulosos y afables en la edad adulta joven”, explicó la nota. “Los resultados ofrecen evidencia de que una crianza maternal positiva y afectuosa puede afectar rasgos clave de la personalidad vinculados al éxito en etapas posteriores de la vida, y estas influencias podrían tener un impacto intergeneracional” afirmó Wertz, al respecto de estos hallazgos. “Los investigadores señalan que incluso cambios modestos en la personalidad podrían generar beneficios significativos para toda la población con el tiempo, en particular en el fomento de la responsabilidad, que está fuertemente asociada con el éxito en la educación, el trabajo y la salud”, destacó la nota. “Esta investigación proporciona evidencia valiosa del potencial de los programas de crianza para influir en aspectos críticos del desarrollo de la personalidad”, aseguró también la investigadora, aunque observó que “sin embargo, también destaca la necesidad de una comprensión matizada de cómo diferentes factores, como la genética, la crianza y las experiencias de vida, interactúan para moldear nuestra identidad”. En esta línea, Wertz reflexionó que la investigación ofrece importantes consideraciones prácticas para los responsables políticos y profesionales que trabajan en los ámbitos de la educación, el bienestar familiar y la salud mental. “Dado que la responsabilidad social puede predecir el éxito escolar y laboral, las intervenciones diseñadas para fomentar una crianza afectiva podrían contribuir a mejorar los resultados educativos, la salud mental y el bienestar social a mayor escala”, destacó el artículo de APA. Por otro lado, también se indicó que el artículo permite delinear algunos aspectos que permitan, a futuro, desarrollar modelos de formación parental para abordar las desigualdades en el desarrollo de la personalidad. “Al centrarse en prácticas de crianza que promuevan rasgos positivos en la infancia, es posible reducir las disparidades en los resultados de vida asociados con el entorno socioeconómico, la dinámica familiar y otros factores ambientales”, concluyó Wertz.

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