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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/05/2025 04:44
El auditorio de Ticmas dentro de la FIL 2025 contó con la presencia de Camila Gómez Afanador, directiva académica de CESA; Melina Masnatta, especialista en tecnología educativa y Zelmira May, coordinadora de Educación de la UNESCO para Cono Sur. Crédito: —(Cortesía Ticmas) Tres mujeres, con un pensamiento crítico y una agenda de desafíos y oportunidades para pensar la tecnología y la educación, formaron parte del primer panel del VI Seminario de Innovación Educativa, organizado por la solución integral Ticmas en su auditorio en la Feria del Libro. Camila Gómez Afanador, con más de una década dedicada a pensar la educación, es directiva académica en CESA (Colegio de Estudios Superiores de Administración de Bogotá, en Colombia) y se especializa en innovación educativa y formación de liderazgo. Melina Masnatta es emprendedora, consultora Edtech especializada en innovación, tecnología, negocios digitales, investigadora, autora y una de las grandes referentes que cofundó la organización “Chicas en Tecnología” que marcó un antes y un después a la hora de hablar de género en el ámbito tecnológico argentino y latinoamericano. Zelmira May trabaja desde hace más de 15 años vinculada al mundo educativo y es Especialista y coordinadora del Programa de Educación coordinadora de la UNESCO para el Cono Sur. ¿Qué hace que una tecnología tenga propósito en el aula? Las panelistas destacaron en el VI Seminario de Innovación Educativa de Ticmas la necesidad de políticas inclusivas, formación académica y estrategias para integrar tecnología en regiones vulnerables. —(Cortesía Ticmas) Ante la pregunta, Camila Gómez Afanador planteó: “Yo señalaría dos puntos, pero creo que esto pues tiene muchísimo de ancho como de largo, como decimos en Colombia. Creo que primero la intención. Sabemos que cualquier acción en el aula, en la educación, pues mientras tenga intención ya hay como un gran paso avanzado. Y segundo, yo diría que el empoderamiento docente en términos de que la tecnología no entre como una amenaza, como algo nuevo que no conozco, que me va a reemplazar, sino que llegue como una herramienta”. “Conectando con lo que dice Camila, es clave el contexto, entender a qué contexto se está interpelando. Muchas veces cuando pensamos en la innovación y el diferencial nos olvidamos con qué contamos y lo pasamos por alto”, reflexionó Masnatta. Y agregó que al plantear los usos de la inteligencia artificial: “Muchas veces me encuentro con docentes que cuando piensan en promptear se olvidan que ellos planifican. Y planificar es promptear y promptear es planificar. Y el otro punto es la proyección ¿Para qué quiero que esto suceda? Y ahí el docente siempre trabaja con ese emergente de yo te voy llevando por este camino porque ya veo a donde quiero llevarte; un compromiso ético”. “Nadie está exento al impacto de la tecnología en el aula ni fuera de ella. Hoy nos están filmando, nos están grabando, nos están sacando fotos. Logré saber que en 20 minutos iba a llegar de Buquebus, que me acabo de bajar hasta acá y que iba a llegar a tiempo. Eso me lleva a reflexionar con quienes están acá sobre cómo podemos pensar en quedar ajenos al impacto de la tecnología en cualquiera de los ambientes que ocupamos”, planteó May y remarcó la importancia de no querer cerrar los ojos y creer que la tecnología va a desaparecer. May continuó: “Lo que realmente tenemos que empezar a pensar es cómo hacemos para que esa tecnología esté al servicio de mejores aprendizajes, de la formación de ciudadanos más responsables, más críticos. Hoy más que nunca, con lo que nos desafía la tecnología tenemos que formar ciudadanos, no solamente estudiantes, sino ciudadanos que ya no están en el aula, que tengan pensamiento crítico. Es la única forma en que podemos desafiar hoy a lo que la tecnología los expone y por ejemplo, a la inteligencia artificial. Entonces, yo creo que la tecnología debe estar en el aula y en todos lados. Y no olvidarnos sobre todo de otra cosa que debe estar al servicio de todos. Y para disminuir sobre todo las brechas y las desigualdades”. El docente como un guía que aprende y enseña Melina Masnatta, Camila Gómez Afanador y Zelmira May reflexionaron sobre la transformación del ámbito académico, los desafíos que enfrentan los docentes y la vital importancia de la inclusión tecnológica—(Cortesía Ticmas) Gómez Afanador se tomó un momento para reflexionar sobre las condiciones necesarias para que la tecnología sea un motor y no un obstáculo en el contexto áulico y señaló: “Primero, un docente formado es muy importante. Yo insisto mucho en que el docente siga teniendo la posibilidad de formarse no solo en poder decir: ’ yo sé hasta un punto y puede que mis estudiantes sepan más y puedo estar tranquilo con eso o tranquila con eso’ , pero también que tenga la preparación para llegar a ese lugar. Creo que no es automático porque muchos de nuestros docentes en esta región han sido formados con esta idea más tradicional de pararse en el aula y saber todas las respuestas. Entonces, poder formarlo y decirle puede que no tenga todas las respuestas y usted va a crecer y va a aprender en su aula y decir: ’ Al final yo estoy guiando el aula más que diciendo qué hacer o presentando una verdad’ “. Y agregó la importancia del rol de los directivos en esa forma de pensar al docente como guía que enseña y aprende; y para ello es importante involucrar a las diversas partes en las tomas de decisión con respecto a la tecnología; entre otros temas. ”Asumimos que la tecnología ya es una posibilidad para todo el mundo, pero en mi país al menos hay lugares donde no hay energía todo el tiempo, Entonces eso creo que también es muy importante, cómo considerar estas realidades y buscar alternativas, no para decir no la llevo, sino cómo no permito que la brecha sea grande porque no la llevo, sino que busco alternativas que puedan llegar donde no hay energía, donde no hay internet, etcétera”, reflexionó Gómez Afanador. Repensar las brechas Tres mujeres, con un pensamiento crítico y una agenda de desafíos y oportunidades para pensar la tecnología y la educación, formaron parte del primer panel del VI Seminario de Innovación Educativa, organizado por la solución integral Ticmas en su auditorio en la Feria del Libro. Crédito: —(Cortesía Ticmas) Zelmira Mey fue contundente al hablar de la importancia de analizar qué pasa hoy con la tecnología y la educación: “Creo que más que observar; lo que necesitamos es evidencia. Hay mucho conocimiento popular, pero hay muy poca evidencia generada. Mañana justamente presentamos un informe que se llama Kids Online que tiene que ver con cómo se conectan, desde dónde se conectan, para qué se conectan niños, niñas y adolescentes”. “Si no tenemos evidencia podemos teorizar todo lo que se nos antoje e inventarnos nuestras propias historias”, destacó May que reveló que este próximo informe a presentar se centra en Argentina y que “sorprende porque uno tiene muy mitificado esto de no todos se conectan. Obviamente hay diferencias, hay algunas brechas, pero se van a sorprender”. Al pensar en proyectos de impacto tecnológico y educativo que se sostuvieron a lo largo del tiempo, May no dejó de mencionar los trabajos de UNICEF en escuelas rurales: “A veces existen otros mecanismos como lugares de conexión, donde los jóvenes- en este caso fueron chicos de secundaria- podían acceder a la tecnología e incluso participar de clases remotas con docentes y orientadores y gente que los apoyaba a estudiar, que ni siquiera estaba en el punto donde ellos se sentaban a estudiar”. Además remarcó la importancia de políticas gubernamentales y de privados que instan a la entrega de dispositivos para reducir las brechas digitales y recordó la importancia del plan uruguayo Ceibal que se sostuvo a lo largo del tiempo. Innovación, error, seguridad Las expertas instantáneas a legislar, educar y garantizar un acceso equitativo para formar ciudadanos responsables. —(Cortesía Ticmas) Melina Masnatta reflexionó que nos encontramos en un nuevo apogeo de hablar sobre la tecnología a partir del gran disparador que fue el uso masivo de la inteligencia artificial: “Un tema muy grave y grande es la percepción que tenemos sobre la inteligencia artificial, como si fuera esta solución mágica. Entonces, cuando hablamos de las condiciones para la innovación, yo siempre digo que lo primero es que cambie algo de tu realidad. No es comprar una fórmula mágica y vemos qué pasa”. Para la especialista es también clave pensar qué es lo que queremos cambiar. “Lo siguiente es con qué contamos. Esas son otras de las condiciones. Y tercero tiene que ver con el mundo áulico. El mundo educativo es el mundo de la experimentación y la innovación y eso tiene que ver también con la seguridad psicológica. Yo me puedo equivocar acá. Voy a tomar este error como parte o motor de la innovación. ¿Cuánto de esto me ayuda a entender o agilizar mi gestión de la frustración? Porque vamos, todo lo que esté conectado con educación tiene que ver con frustración. Creo que en el último tiempo empezamos a permitirnos hablar de estas palabras”. Y planteó la importancia de hablar de salud mental “que sí está muy atravesada con las condiciones de posibilidad de una experimentación, una innovación. Si yo no tengo esas condiciones, es muy complejo poder transformarlo. Ceibal es el sueño de todas las personas, una inversión a largo plazo. Todo esto se logra si podemos sostener en el largo plazo una continuidad, una perspectiva. Y eso no es fácil en un tiempo donde además el ritmo o la percepción de lo que vivimos es ya, rápido, fast food y lo siguiente.” “Y finalmente a mí lo que me pasa, cuando trabajo con diferentes equipos, es poder tener conversaciones honestas desde el punto de vista de mira. La conversación honesta habla de una comunicación. Y yo siempre digo que la comunicación es la tecnología más difícil, porque en estos tiempos es lo que nos cuesta más y complejiza invertir. Sobre todo cuando tiene que ver con la calidad”, reflexionó. Además se dio un momento para mencionar la importancia de tirar por tierra esa idea de “obsolescencia” docente que suele transmitirse con la llegada de la tecnología a las aulas y planteó- a partir de un estudio realizado- que es necesario hacerse cargo del tiempo que requieren las actualizaciones. “Cuando digo tiempo es la capacidad y el espacio de inversión. Y esto también es interesante porque muchos docentes decían quién me paga”, planteó y agregó la importancia de “ entender los riesgos y los desafíos en relación al uso de estas tecnologías, porque como docentes somos guardianes y responsables finales, visibles y tangibles”. Neuroderechos Masnatta sumó también el tema de los “neuroderechos”: “Parece algo lejos, algo medio loco, pero los neuroderechos son uno de los grandes desafíos. Cuando hablaban de las brechas que tenemos y los puntos que están muy basados en para qué se diseña esa tecnología; que en general son tecnologías persuasivas y que manipulan y generan información que uno ve solo un porcentaje de esa información, el otro porcentaje de esa información tiene otro fin, que es un fin comercial, que es un fin más delicado.” “¿Qué es lo que te gusta hacer? ¿A dónde querés ir? Todos estos puntos no son menores porque son datos o espacios que hoy tenemos de muchísima necesidad de conversación público privada, organismos internacionales y a veces los Estados están ganando terreno en otras latitudes, sobre todo en Europa. Creo que ahí hay puntos que los docentes empiezan a percibir y sistematizan y que habla de una biografía tecnológica educativa, lo cual también para mí por lo menos es inspirador, porque no es que todos estos años no sirvieron para nada. Sirvieron y mucho”, reflexionó. En el aula sí, en el aula no Las panelistas analizaron las nuevas demandas hacia los educadores, planteando un enfoque que resalte el apoyo institucional, la formación continua y el mérito docente. El debate sobre la presencia de la tecnología en las aulas no parece estar zanjado, e incluso con la expansión de la IA generó nuevas miradas. “El año pasado estuve en el Congreso Global WeProtect, una alianza global por la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes en entornos digitales. En Colombia hay una organización que es muy fuerte, donde yo trabajé, que se llama Red Papaz, que se moviliza mucho en el entorno digital, en especial porque es un entorno invisible”, planteó Gómez Afanador y puso el ejemplo de cuándo los colegios internacionales colombianos prohibieron el uso de los celulares en sus aulas y terminaron trasladando la problemática a las familias sin darles las herramientas necesarias. “Si el celular es la única conexión con la tecnología en un colegio rural, cómo le voy a decir que no”, reflexionó y remarcó que se trata siempre del acompañamiento docente, la formación y la perspectiva en el tiempo. Políticas públicas Desde su rol en la UNESCO, May volvió a insistir en la importancia de la evidencia para poder tomar decisiones y sistematizar. “Los docentes hace muchísimos años que están lidiando con los celulares que entran a las clases y al aula”, reflexionó May y apuntó a que se trata de no ponerse en “situaciones hipócritas”: “Los niños también usan celulares y usan celulares desde muy tempranas edades” y la clave está en entender en qué contextos funcionan para el aprendizaje y no en prohibir. “Pero lo que sí estamos seguros es que no hay una solución única para cada centro educativo. Acá es cuando quienes hablamos de la descentralización, de la toma de decisiones en los centros, que es súper teórico, acá es cuando toma valor. Tenemos que dejar que cada centro educativo encuentre la forma que mejor le acomode. Ahora diríamos todos tenemos que desarrollar las habilidades necesarias para hacer un uso, como decimos en UNESCO, crítico, reflexivo, participativo y activo de los entornos digitales. Pero eso lo tenemos que aprender. ¿Y dónde lo vamos a aprender si no es en el aula? Entonces, si nosotros sacamos la tecnología del aula, no hay otro lugar para que lo aprendamos. Y no solo los estudiantes, sino también las comunidades que nos rodean, los padres, los cuidadores”, planteó May. Docentes y un presente de desafíos Masnatta, Gómez Afanador y May concluyeron que formar docentes críticos y prevenir abusos tecnológicos es un desafío global. Para cerrar el panel, Zunini reflexionó: “¿No le estamos pidiendo mucho al docente que de repente tiene que darles de comer, sostener la disciplina, la emoción, el aprendizaje socioemocional, la relación con las familias y ahora además saber todas las tecnologías que no estaban pensadas para la escuela, que entran en la escuela?”. “Y ser tiktokers y hacer reels en Instagram”, enumeró May y planteó: “Creo que siempre le pedimos mucho al docente, muchísimo” y aseguró que lo aprendió de Agustín Porres [Fundación Varkey] que “ docente hay que festejarlo y celebrarlo porque realmente son héroes. ¿Y qué hacemos con los héroes? Les pedimos mucho y les pedimos cada vez más”. Para May se trata de acompañar, de formar, de dar los espacios reales y el acceso económico y social. Por su parte, Masnatta contó la experiencia de una docente llamada Johana Rojas que trabajó una novela histórica con IA y se encontró con el desafío de repensar las imágenes cruentas de una guerra que le devolvió la tecnología para trabajar con sus alumnos. A partir de un trabajo de serio de planificación y de ajuste de prompteo, se logró convertir “esa amenaza” en una herramienta al servicio del aprendizaje. “Cuando fui a indagar qué experiencias tenían los docentes, los docentes me decían yo cuando innovo transgredo; transgredo la planificación; transgredo la supervisión que viene a ver qué hago”, planteó Masnatta en el trabajo de campo que hizo para su nuevo libro “Educar en tiempos sintéticos”. Y agregó que hay que “posicionar ese liderazgo de estos docentes que creo que le pedimos mucho, pero nos falta todavía aplaudirlos, visibilizarlos, darles esos espacios”. Por último, Gómez Afanador reflexionó sobre las exigencias que recaen en los docentes: “Efectivamente creo que les pedimos mucho y ante eso han surgido distintas soluciones o propuestas. Hay una que me parece que funciona muy bien en este contexto que venimos discutiendo y es una perspectiva multiactor. Cuando tenemos problemas tan complejos, muchas veces traemos perspectivas multiactores porque sabemos que un solo actor, el docente, no va a resolver este asunto tan grande y complejo”. “Le pedimos demasiado y creo que tenemos como sociedad responsabilidad compartida; que deberíamos estar aportando no solo con acciones propias, sino también con incidencia”, planteó Gómez Afanador.
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