04/05/2025 16:26
04/05/2025 16:25
04/05/2025 16:25
04/05/2025 16:25
04/05/2025 16:25
04/05/2025 16:25
04/05/2025 16:25
04/05/2025 16:24
04/05/2025 16:24
04/05/2025 16:24
Concordia » Hora Digital
Fecha: 04/05/2025 13:09
Descubre cómo la disminución en las coberturas de vacunación ha llevado al regreso de enfermedades como el sarampión y la hepatitis A, recordando la importancia de las vacunas para la salud pública. En los últimos meses, los brotes de sarampión y hepatitis A han vuelto a encender las alertas sanitarias en distintas partes del mundo. Estas enfermedades resurgen como una consecuencia directa de la caída en las coberturas de vacunación. Esta realidad nos obliga a reflexionar sobre las prioridades en materia de prevención en salud y la importancia de reivindicar a las vacunas como recurso esencial para proteger a las comunidades de enfermedades totalmente prevenibles. Las vacunas han sido, sin lugar a duda, una de las herramientas más efectivas en la historia de la salud pública. Han permitido la reducción drástica de la poliomielitis y el control de enfermedades como el sarampión, la difteria y la hepatitis A, entre otras. Sin embargo, en los últimos años se ha observado una disminución en las tasas de vacunación, atribuida a diversos factores: desde dificultades en el acceso hasta el impacto de la desinformación en sociedades que han olvidado los estragos que pueden causar estas enfermedades. El sarampión, por ejemplo, es una enfermedad altamente contagiosa que puede tener complicaciones graves, especialmente en niños y personas inmunocomprometidas. La Organización Mundial de la Salud ha advertido que para lograr la inmunidad colectiva contra el sarampión es necesario vacunar aproximadamente al 95% de una población. De igual manera, la hepatitis A, que se transmite por el consumo de alimentos o agua contaminados, puede generar importantes problemas de salud y afectar la productividad en comunidades enteras cuando se propaga. Las razones detrás de la disminución de la vacunación son múltiples, pero lo cierto es que la falta de cobertura no solo pone en riesgo a quienes no reciben la vacuna, sino también a toda la sociedad. La llamada inmunidad colectiva depende de que una proporción suficiente de la población esté vacunada para frenar la circulación de los virus. Cuando ese umbral disminuye, incluso levemente, enfermedades altamente contagiosas como el sarampión o la poliomielitis vuelven a encontrar terreno fértil para propagarse. Frente a este escenario, resulta clave reforzar tanto el acceso como la comunicación en torno a las vacunas. Los sistemas de salud deben asegurar su disponibilidad en todos los sectores de la población, eliminando barreras económicas y logísticas. Al mismo tiempo, es indispensable intensificar las campañas de concientización para contrarrestar la desinformación y recordar que vacunarse no solo es un acto de protección individual, sino también un compromiso colectivo con la salud pública. Es importante destacar que las vacunas son seguras y confiables. Tan así, que la seguridad de las vacunas es un aspecto fundamental en la salud pública, respaldado por un riguroso proceso de desarrollo y evaluación. Antes de ser aprobadas, las vacunas pasan por varias fases de ensayos clínicos que evalúan su seguridad y eficacia, y son revisadas por autoridades sanitarias internacionales como la FDA (Food & Drug Administration) o la EMA (European Medicines Agency) y nacionales como el ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). Una vez aprobadas, continúan siendo monitoreadas para detectar cualquier evento adverso. Aunque pueden presentarse eventos adversos leves, los beneficios que aportan son significativamente mayores. Además de proteger a los individuos, la vacunación contribuye a la inmunidad colectiva, salvaguardando a aquellos que no pueden vacunarse, como personas con ciertas condiciones de salud. La evidencia científica respalda la seguridad y eficacia de las vacunas, y es crucial que la población reciba información clara y precisa para tomar decisiones informadas sobre su salud. La vacunación es un acto de responsabilidad colectiva que beneficia a toda la comunidad. La historia nos demuestra que la vacunación ha sido una herramienta fundamental en la lucha contra numerosas enfermedades. La inacción puede hacernos perder los logros alcanzados. La salud de las generaciones futuras depende de las decisiones que tomemos hoy.
Ver noticia original
 (300 x 300 px).gif)
.png)
Examedia © 2024
Desarrollado por