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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 02/05/2025 22:50
El Tordo Amarillo (xanthopsar flavus) es una especie endémica de los pastizales del sur de Sudamérica. Hace un siglo atrás, sus bandadas abundaban en nuestro territorio, con poblaciones distribuidas entre el sur de Misiones y Buenos Aires. Pero en las últimas décadas, la modificación y pérdida de su hábitat, su captura para el tráfico ilegal y el parasitismo de cría por parte del tordo renegrido (molothrus bonariensis) llevaron a que su población disminuyera en un 80%, al punto de que hoy sólo se concentra en dos sitios aislados: el extremo sur de Entre Ríos -en zonas aledañas a Gualeguaychú-, y el noreste de Corrientes. Esta situación crítica también se vio replicada en otros puntos del globo, lo que pone a la especie en un verdadero peligro de extinción a nivel mundial. Por fortuna, en los últimos años, la alianza entre conservacionistas, ONGs y organismos gubernamentales ha logrado proteger a cientos de ejemplares y sus nidos, en pos de garantizar una reproducción exitosa de la especie y evitar que desaparezca de nuestra región. En ese sentido, en Gualeguaychú, la organización Aves Argentinas lleva adelante el Proyecto Tordo Amarillo en colaboración con una red de organismos e instituciones. Para conocer los últimos avances de esta iniciativa, Ahora ElDía conversó con Rocío Lapido, técnica en conservación de especies e integrante del Proyecto en nuestra localidad. “En la provincia de Entre Ríos, donde era habitual encontrar colonias de tordos amarillos, hoy en día se registran pocos nidos en bordes de caminos o en potreros con actividad agrícola o ganadera. Es por esto que cada primavera, reunimos un equipo diverso, conformado por observadores de aves, investigadores, voluntarios y técnicos locales, con el que salimos al campo en busca de sus colonias, para lo cual también contamos con la colaboración esencial de propietarios y trabajadores de los campos”, explicó. Y amplió: “Una vez que localizamos un sitio de nidificación, montamos un campamento cercano y nos convertimos en ‘Guardianes de Colonia’. Durante toda la temporada reproductiva, monitoreamos los nidos a diario, y los protegemos de cualquier amenaza que pueda poner en riesgo su éxito reproductivo. Durante el trabajo de campo, cada nido es identificado y cada pichón es acompañado en su crecimiento hasta que logra salir del nido”. Luego, Lapido habló de las modificaciones que implementaron el año pasado para obtener mejores resultados: “En Entre Ríos, observamos que el diseño utilizado en años anteriores no mejoró la supervivencia de los nidos con pichones. Así que decidimos ajustar y perfeccionar su estructura para que fuera más eficaz, teniendo en cuenta el contexto particular de los ambientes reproductivos en la provincia. Implementamos este nuevo diseño de protección de nidos en la campaña de 2024 y nos permitió alcanzar una mayor eficacia para frenar el acceso de depredadores a los nidos y mejorar su supervivencia. Mientras las protecciones antiguas lograban un 48% de posibilidades de éxito en los nidos, las nuevas lo aumentaron a un 85%”. Según adelantó la técnica de Aves Argentinas, estos resultados y el informe detallado de la última campaña en el sur entrerriano y nordeste correntino están próximos a ser publicados. A la depredación por parte de zorros, aves rapaces y culebras -entre otros animales- se le suma la amenaza del pisoteo vacuno y el desmalezado. Es así que la protección del hábitat del tordo amarillo resulta fundamental, algo que requiere políticas activas que resguarden las áreas naturales amenazadas por el avance de la mano del hombre. En ese sentido, para redoblar esfuerzos y poner en marcha un plan integral de conservación de esta especie, la Municipalidad de Gualeguaychú creó en 2024 el Sistema de Áreas Naturales Protegidas, al tiempo que firmó un convenio de cooperación con Aves Argentinas y conformó una Mesa de Trabajo. Esta última reúne a distintas áreas de gobierno, a la academia, a ONGs, a reservas naturales de la zona y a los sectores productivos. Entre sus integrantes se encuentran organizaciones con trayectoria en acciones de conservación del tordo amarillo, como Aves Gualeguaychú, la Reserva El Potrero, la Fundación Azara y el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL). Lapido señaló que recientemente la Mesa de Trabajo por el Tordo Amarillo llevó adelante un tercer encuentro, en el que definieron distintos lineamientos y se comprometieron a formalizar la participación de cada institución, designar representantes, conformar equipos de trabajo y redactar un documento fundacional. “Queremos proteger y recuperar los hábitats de esta especie, hacer un seguimiento de cómo está su población y, sobre todo, construir un plan de acción sólido, con base científica, que nos guíe en cada paso”, concluyó. De esta manera, el desafío de salvar al ave emblema de Gualeguaychú continúa por rumbo firme y con expectativas de crecimiento.
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