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» Elterritorio
Fecha: 30/04/2025 11:28
Los niveles de inmunización están por debajo del 95% recomendable y enfatizan en evitar perder oportunidades y erradicar junto a las patologías a la desinformación miércoles 30 de abril de 2025 | 5:30hs. Arce hizo hincapié en el acto solidario de la vacunación que protege también a la comunidad. Foto: Gentileza Salud Pública Desde su desarrollo y aplicación las vacunas previnieron y erradicaron enfermedades y con eso salvaron la vida de millones de personas alrededor del mundo. Hoy, sin embargo, los índices de vacunación están por debajo de los niveles óptimos del 95% y preocupa la cantidad de niños que no están recibiendo las dosis que -en el caso de Argentina- forman parte del Calendario Nacional de Vacunación, son gratuitas y están disponibles en cualquier vacunatorio y centro de salud. La entrada de enfermedades como el sarampión y la tos convulsa encienden las alarmas de las comunidades médicas que vuelven a trabajar fuertemente en la concientización y sensibilización de la población y más fuertemente en la Semana de la Vacunación en las Américas y la Semana Mundial de la Vacunación que se extiende hasta el 3 de mayo. En ese contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que, del 1 de enero al 18 de abril de 2025, se registraron 2.318 casos de sarampión en seis países de la Región de las Américas, incluidos tres fallecidos. La cifra representa un aumento de una vez respecto al mismo período de 2024. La mayoría de los casos afecta a personas de entre 1 y 29 años, sin vacunación o con estado de vacunación desconocido. En Argentina, en tanto, se confirmaron 22 casos de sarampión, de los cuales doce corresponden a la provincia de Buenos Aires y diez a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Eso se debe a que el grupo etario de 1 año y 5 años no tiene las dos dosis correspondientes. Lo ideal es que tengamos una inmunización del 95%. Eso evita que ingresado un virus importado o una enfermedad importada no se siga transmitiendo. El sarampión es una de las enfermedades de más alta transmisión que tenemos”, insistió Liliana Arce, médica pediatra e infectóloga del Hospital de Pediatría Fernando Barreyro. La profesional que formó parte del comité de crisis de Misiones durante la pandemia del Covid-19, se refirió a que también se están viendo casos de tos convulsa y hepatitis, patologías que son prevenibles con la inmunización infantil. “Debemos concientizar que las vacunas son una herramienta para mantener la salud de la población, junto -como siempre decimos- al agua potable, y concientizar no solamente a la población que tiene que ir con su carnet de vacunación al médico o a un vacunatorio para preguntar si está completo, sino también a los médicos, es muy importante que revisemos los carnets de vacunación”, remarcó. Se trata de un hábito que en consultorio es llevado a la práctica por los pediatras, aunque no es muy habitual en profesionales de otras especialidades que atienden a pacientes de riesgo a los cuales la enfermedad los puede afectar de manera más grave por su comorbilidad. Arce resaltó que la vacunación es, además, un acto solidario con el otro, puesto que al tener el esquema completo no solamente se protege el individuo, también a su entorno. “Si vacuno a mi niño de 6 meses a 2 años, como está indicado en el calendario de vacunas de la Argentina contra la influenza, estoy protegiendo a los abuelos o algún contacto familiar que tenga factores de riesgo, como ser cardiopatía, obesidad mórbida, diabetes, enfermedades musculares, alguna enfermedad que produce inmunodepresión”, ejemplificó. En ese sentido, sostuvo que es necesario echar luz sobre los tabúes y desinformaciones que hay en torno a las vacunas que impactan en la baja cobertura. Información clara hacia la población y capacitación del personal de la salud son dos patas fundamentales, remarcó. “Hay muchas oportunidades perdidas de vacuna porque a veces las mamás charlan entre ellas y comentan que no hay que vacunar cuando el niño está resfriado o cuando está tomando antibióticos, que todas las vacunas juntas no. Lo ideal es que cuando tengan dudas sobre vacunar a su hijito o vacunarse una persona adulta, consulte con su médico y realmente no pierda esa oportunidad porque después vienen las consecuencias, una neumonía, una internación y ahí uno se da cuenta de la importancia de colocar la vacuna a tiempo antes que circulen los virus”, recomendó. Completar los esquemas y refuerzos hacen a una buena cobertura, porque aún así se puede contraer la enfermedad, pero evitar la forma grave y la internación. Vigilancia de sarampión Arce indicó que actualmente, en lo que respecta a vacunación contra el sarampión la primera dosis alcanza una cobertura del 80% y de la segunda un 60%. “Eso puede incidir en la aparición de un brote de sarampión, que sabemos los que tenemos unos cuantos años y hemos pasado por el brote del 2000 y de 1998 que no es una enfermedad benigna, que produce complicaciones del sistema nervioso central, respiratorios, que puede dejar secuelas de encefalitis”, dijo. Y agregó: “Nunca hay que tener miedo, pero por eso estamos capacitando. El Hospital de Pediatría está capacitando a los pediatras y mañana (por hoy) hace una capacitación de atención primaria de la salud para recordar cómo se presenta la enfermedad, cómo se diagnostica, qué hacer ante un paciente con sospecha de sarampión”. En ese marco, recomendó que en este contexto epidemiológico ante cualquier erupción en la piel con fiebre hay que tener como posibilidad al sarampión. “En este momento todo paciente febril con erupción debe quedarse en ese lugar donde se la atendió, ponerle un barbijo y hacerle todos los estudios de sangre, de orina y respiratorio para saber si es un sarampión, porque inmediatamente hay que bloquear ese caso para que no siga transmitiendo la enfermedad”, indicó. Lo mismo para una madre o un padre que vea estas señales en sus niños, coloquele un barbijo e ir a consulta. "La información clara, concreta, precisa, sin provocar miedo, sino tratando de aclarar las dudas. Creo que es una de las mejores herramientas que podemos tener los comunicadores en salud para evitar que una enfermedad se propague y pueda ser brote, epidemias y pandemias. Las dosis de la primera infancia.
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