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» Diario Cordoba
Fecha: 30/04/2025 06:38
-Del 5 al 7 de mayo, la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba celebra el 10º Congreso Córdoba Ciudad de Encuentro y Diálogo que aborda una cuestión tan compleja y desafiante como la desinformación. ¿Qué objetivos se marcan en este congreso? -Este congreso se inició el año 2015 y, por tanto, celebramos este año su décima edición. Desde entonces el objetivo fue destacar el papel de Córdoba como Ciudad de Encuentro y diálogo, contando con el apoyo del Ayuntamiento de Córdoba para fortalecer esta imagen. Cada año, desde entonces, hemos tenido un tema central que consideramos en cada momento de mayor actualidad en función de las circunstancias geopolíticas que marcan la agenda internacional. En esta edición, podemos decir que la elección del tema ha sido bastante fácil. La difusión de la desinformación generalizada ha marcado varios procesos electorales y determina muchas de las actitudes y comportamientos sociológicos en esta posmodernidad en la que vivimos. A tal punto llega su influencia que vemos cercenarse los propios cimientos de la democracia con gobiernos que toman derivas autoritarias utilizando las noticias falsas y la desinformación para alcanzar sus propósitos, pasando por alto los valores democráticos de una información veraz y contrastada. Desde el poder se utiliza la mentira contra todo adversario político. -Nada más empezar, Steven Forti, historiador y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona contesta a la pregunta: «¿Están las democracias en riesgo de extinción?». ¿Realmente la desinformación está poniendo en riesgo a las democracias y con ello nuestro Estado de Derecho o esta es una visión un tanto apocalíptica? -Yo creo que no es una visión apocalíptica. Es una visión realista. Estamos viendo como los medios de información tradicionales ven mermada su influencia en la comunicación social y, al mismo tiempo, surgen sistemas de comunicación y difusión de desinformación que llegan sin filtros a muchos sectores sociales y que intoxican la información veraz y contribuyen a crear posicionamientos políticos extremistas y polarizados. Evidentemente, ello pone en peligro la democracia en muchos sentidos, pero el primero y más elemental condicionado el voto ciudadano, que en muchas personas se construye en base a información falsa. «La difusión de la desinformación ha marcado varios procesos electorales» -Durante el congreso se pondrá en valor el papel del periodismo profesional. ¿Cree que los actuales estudiantes de periodismo y otros grados relacionados con la comunicación están en condiciones de hacer frente a los efectos de la desinformación o como parte de ese complejo sistema se ven arrastrados a una información rápida sin mucha reflexión ni filtros profesionales (me refiero a contrastar, investigar, indagar, comparar, etc.) poco efectiva contra las fake? -Es evidente que el periodismo tal y como lo hemos conocido está en riesgo y que incluso algunos profesionales se están dejando arrastrar por esa deriva. La rapidez de la información, la multitud de canales dispersos, la utilización de procedimientos de inteligencia artificial sesgada, la falta de formación, estudio, análisis y verificación, están conduciendo a estas derivas. Hoy día lo que habría que exigir a los profesionales del periodismo y a los futuros periodistas es una compromiso leal con la información veraz, pero para ello deben comprometerse con una formación de más nivel y tecnológicamente más avanzada. Por otro lado, hay una crisis generalizada de los medios, y de los grupos de inversión en los medios y de la financiación no demasiado transparente de los medios. En fin, son muchas circunstancias las que hay que valorar a la hora de abordar esta crisis general de desinformación. No basta con pedir noticias veraces, el problema es mucho más profundo. Y la propia ciudadanía se ha abandonado a la inmediatez, brevedad e información ya seleccionada por las redes, lo que hace que no desarrollen un espíritu crítico y un pensamiento menos mediatizado. -En el congreso, además, se analizarán casos muy actuales, como los de las guerras de Ucrania o Gaza o la vuelta al poder de Donald Trump. ¿Estamos aprendiendo de estos casos de cara al futuro o solo constatando el inmenso poder de la comunicación manipulada? -Creo que vivimos en una vorágine en la que no tengo nada claro si estamos aprendiendo o no. Hay un deber de la ciudadanía para consumir información seleccionada por ellos mismos y procesada en base a una formación y educación democrática que han recibido, pero que parece que han abandonado dejándose llevar por las plataformas de consumo fácil y directo de noticias fakes o de noticias «entretenimiento», que dificultan construir una verdad más o menos objetiva. «Es evidente que el periodismo tal y como lo hemos conocido está en riesgo» -¿Por qué da la impresión de que las fake news tienen más repercusión que la información veraz, contrastada y comprobada? -Como ya se ha demostrado las noticias falsas, llamativas generan más impacto y recuerdo en la memoria de los receptores y, además, nos inducen más a su redifusión. Además, es más fácil construir una mentira que argumentar para desacreditarla. -Como colofón al congreso, se celebrará una mesa redonda en la que se pondrá sobre la mesa el papel de la sociedad civil ante este tsunami de desinformación. No deberíamos conformarnos con la situación, pero, ¿nos estamos conformando? -Precisamente el objetivo de esta mesa redonda es ese. Evitar delegar la solución en otros. Somos los propios ciudadanos los que tenemos que ser protagonistas de nuestra lucha contra la desinformación y de nuestra apuesta y esfuerzo por conseguir una información veraz y de calidad.
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